UN APLAUSO INTERNACIONAL DE APOYO A LA VÍCTIMA DE «LA MANADA». NOSOTRAS TAMBIÉN TE CREEMOS.
Hoy me ha parecido especialmente oportuno recordar una intervención que realicé la semana pasada en la Comisión de Mujer e igualdad del parlamento Europeo. Con un pie en la escalerilla del avión que me condujo a Timor leste para concluir mi trabajo como jefe de la misión de observación electoral de la UE en aquel país tuve la satisfacción de poder recoger y ahora transmitir la muestra de apoyo europeo a la víctima de “La manada” que acabáis de ver en el vídeo que encabeza esta noticia.
Porque efectivamente, un espontaneo, cálido y unánime aplauso de los eurodiputados de esta comisión, respaldando a la víctima de esta presunta violación grupal es la reacción que cosechó la denuncia pública que sobre las condiciones en que se celebra estos días el juicio por estos hechos. Vista la presión ambiental, vista la condición de algunos de los acusados que pesa y de qué modo en la posición que están adoptando algunos medios de comunicación, me pareció imprescindible llevar a Bruselas el lema “yo te creo” y lamentar que esta joven haya tenido que esforzarse en demostrar que no consintió, sino que padeció el ataque de los presuntos violadores .
Un buen ejemplo de esta diferencia de trato y rasero, de completa falta de sensibilidad pudimos verlo el otro día en un conocido programa de televisión en el que los miembros de “la manada” sospechosos de violación, entre los que por cierto figuran un miembro de la guardia civil y otro del ejército, aparecían púdicamente protegidos en una imagen correctísima, “de manual”. El exquisito cuidado con que se les trató contrasta dura y diría que escandalosamente con el criterio que se aplica cuando los que salen en pantalla, por supuesto a cara descubierta, son “malos de verdad”, “malos malos”, malos oficiales como los jóvenes de Alsasua que se vieron envueltos en una bronca de bar con unos guardias civiles. Cuando afrontan una posible condena por terrorismo solo posible gracias a la muy particular aplicación del derecho que empieza a caracterizar a la ya célebre juez Carmen Lamela. Porque si el proceso mediante el que mantiene en prisión a varios ex miembros del Gobierno catalán y dos representantes de sendas organizaciones cívicas es técnicamente insostenible, el que afecta a los jóvenes de Alsasua es aún peor. Todo un ejemplo de despropósito técnico, de completa arbitrariedad y de nefasta aplicación de las condiciones que se exigen, por ejemplo, para aplicar a un investigado la medida cautelar de prisión preventiva. Pero aquí veis la diferencia. Los de “La manada” protegidos tras un velo. Los otros, no. Vergonzoso.
Me alegro en consecuencia de haber tenido la oportunidad de suscitar este tema en el Parlamento Europeo y más aún durante el trámite de una iniciativa sobre la adhesión de la UE al Convenio de Estambul, un acuerdo internacional imprescindible para combatir de manera homogénea y coordinada la violencia de género. Dados los acontecimientos vividos y sufridos por la joven, en un oscuro portal de Pamplona y en el juicio en el que se analizan aquellos hechos me pareció fundamental dedicar un recuerdo y rendir un sentido homenaje a esta mujer de 18 años que en las pasadas fiestas de San Fermín fue acorralada por cinco hombres que se autodenominan “la manada” y que hicieron vídeos e intercambiaron mensajes de Whats App sobre las acciones que cometieron. Además robaron el teléfono de la víctima, le quitaron la tarjeta y realizaron una serie de acciones que no tiene otro sentido que el incrementar la indefensión de una persona en cualquier circunstancia de riesgo.
Hoy, en todos los medios aparecen los argumentos que los defensores de los cinco componentes de la autodenominada “La manada” están desplegando para salvar de la cárcel a estas cinco personas. Yo me alegro muy sinceramente de que tengan la oportunidad de defenderse, de que tengan un juicio justo y con todas las garantías. Porque así es la democracia y el estado de derecho, pero además porque estamos aprendiendo mucho, estamos escuchando cada día, en toda su crudeza, los valores estereotipos y demás “artillería” argumental que impulsa los delitos de violencia contra las mujeres.
Un buen ejemplo está en el resumen que hizo el abogado defensor de estas cinco personas tras ver el vídeo de la presunta violación. Pongámonos en situación. Cinco jóvenes mucho más grandes y fuertes que tú te meten en un portal y te acorralan sin que quepa duda alguna de cuáles son sus intenciones. Tienes dos alternativas: resistirte, sin ninguna expectativa de escapar y muchas posibilidades de que te peguen y ejerzan aún más violencia contra ti o tratar de recibir el menor daño posible en un episodio de agresión que reúne todas las agravantes posibles, desde la nocturnidad al abuso de superioridad. No creo que sea posible encontrar demasiadas mujeres que opten por la primera opción. Pienso, por el contrario que seríamos muchas más las que sin duda trataríamos de sufrir lo menos posible y no a adir a la certeza de la violación el riesgo más que cierto de perder además la vida. Convertir eso en un “consentimiento” no verbal y añadir además que el “episodio” fue “placentero” habla a las claras de lo que comentábamos, los valores que viven en las inmundas conversaciones del grupo en Whats App, el vídeo que protagonizan abusando de una joven semi inconsciente en un pueblo de Córdoba o la significativa foto de un maniquí con en la que etiquetaron a la víctima con el expresivo lema: “hagas lo que hagas quítate las bragas”. Por cierto esta ha sido la única de las tres evidencias comentadas, que retratan el nivel de los “machotes” de “la manada” que han sido admitidas como prueba en el juicio.
Si se han admitido, sin embargo algunas actividades en redes sociales de la víctima obtenidas a través de la contratación de un detective privado mediante las que los investigados pretenden acreditar que lo que ellos consideran “placentera” sesión de sexo consentido no dejó aparentes traumas en la víctima. Cabe suponer que piensan que una persona que ha vivido esta horrible experiencia no puede dedicar ni un minuto a tratar de volver a vivir, a enfrentar la vida de nuevo tratando de superar una experiencia tan traumática.
Por eso recordé en el Parlamento Europeo que han tenido que ser un grupo de mujeres portando este cartel de “yo si te creo” las que han tenido que denunciar las condiciones en que se celebra estos días el juicio por estos hechos. Porque al parecer y según los movimientos que despliegan defensa y acusados es ella la que tiene que demostrar que fue una víctima, que no provocó los hechos con su actitud.
Creo que conviene finalmente recordar aquí los datos que aparecen en el primer estudio elaborado por la Agencia Europea de Derechos Fundamentales en torno a la violencia de género que acreditaba la alta prevalencia de este tipo de delitos y faltas en los países de la Unión. La víctima de “La manada” pertenece a ese grupo de mujeres, una de cada veinte entre las que han sido violadas en Europa, que han sido víctimas de una agresión grupal. me alegro que el recuerdo y homenaje a esta joven haya desencadenado en la fría y a veces hierática Bruselas un aplauso de apoyo de las y los y las euro diputadas presentes en esta sesión.
Category: Blog
Comentarios (2)
Trackback URL | Comentarios Feed RSS
Sitios que enlazan a este Post