GESCRAP, UNA EXPERIENCIA VASCA EN EL TOP DE LA ECONOMIA CIRCULAR
Vivimos en un planeta finito. Los recursos tienen límites y los paradigmas de crecimiento a los que estábamos acostumbrados han entrado en crisis hace tiempo. La solución a corto plazo pasa por la promocion de lo que se llama “economia circular” un proceso que se basa en la constante reutilización de las materia que utilizamos para fabricar cosas. Dos especialistas en esta temática, Iñaki Velasco y Javer Cervera los responsables de la empresa vasca GESCRAP, lider en recuperación de metales tuvieron la amabilidad de explicarnos como se han hecho especialistas en convertir ese “no tirar nada” en una oportunidad de negocio y na fuente de empleo. Hoy su tecnología y sus procesos están presentes en una quincena de países en todo el mundo.
Como habéis escuchado a Iñaki Velasco y Javier Cervera, Lo normal hoy y lo obligatorio en unos pocos años es que la mayor parte del flamante vehículo que sale reluciente de un concesionario nazca sobre la base de reciclar todas las materia reutilizables de los coches que se depositan en los desguaces, de la chatarra que se produce en las lineas de producción de piezas de los nuevos vehículos, etc.
Por eso tenemos mucho interés en ver cómo este proceso de recuperación, de producción de materias primas secundarias se convierte en una oportunidad de negocio y generación de empleo y en que posición nos encontramos como pais en este ámbito crítico para el mantenimiento de la actividad industrial. Así que hemos empezado a hacer visitas a firmas que se dedican a estas cosas y esta semana nos ha parecido muy interesante conocer la experiencia de uno de nuestros líderes en el sector, la empresa vizcaína Gescrap. Así nos preparamos para afrontar debates que van a ser clave en los proximos meses tales como el cotrol del plan que ha presentado la Comision Europea para propulsar a nivel comunitaria la Economia Circular.
Esta empresa se dedica a la recuperación de residuos metálicos. Trabaja para separarlos, procesarlos y dejarlos listos para su refundido y reutilización en nuevos procesos industriales y ha crecido sobre la base de aplicar los principios básicos del reciclaje y asociarse con partners estratégicos que son clientes primarios y secundarios Primarios porque contratan con Gescrap la gestión de sus residuos metálicos y secundarios, porque las nuevas piezas que componen los vehículos que están fabricando ahora proceden del trabajo de tratamiento y gestión que realiza Gescrap.
Para conocer las claves de este proceso que se desarrolla mediante una técnica de mejora continua decertificada y cumpiendo osmás exigentes estándares mdio ambientales, el Consejero Delegado de la firma Iñaki Velasco y el Director general Javier cervera nos explicaron como tecnología, rigor, transparencia y control han ascendido la conocida actividad de los antiguos chatarreros en un proceso crítico para la supervivencia de la industria, en un fuente de riqueza y generación de empleo, en un banco de pruebas para procesos innovadores y en una plataforma más de conexión de la industria vasca con el comercio internacional.
Gescrap nació convirtiendo una crisis, la siderúrgica que se vivió a orillas del Nervión, en una oportunidad. La base de su éxito la alianza con partners estratégicos, la separación de residuos en origen siempre que sea posible, la simplificación de los procesos, la trazabilidad de los residuos que componen sus productos, el control en los procesos logísticos y la tecnología. Ese es el método que se aplica para transformar las informes masas de metales que llegan a sus plantas o que tratan directamente en las de sus clientes, en sólidos y manejables cubos que ofrecen al cliente varias garantías: una composición metálica garantizada, un mínimo de impurezas, la certeza de conocer la procedencia de los residuos que componen el producto y la regularidad y seguridad que garantiza una logística de distribución que se ha convertido en otro de los procesos clave de esta firma vasca en la que la formación de sus profesionales es una de las claves.
En la visita nos explicaron la teoría pero además nos ofrecieron una clase práctica que nos ayudó a comprender como este negocio se ha convertido en un formidable mecanismo capaz de facturar 370 millones de euros al año procesando residuo metálicos en medio mundo. Allí vimos como desde la viruta metálica a railes de grúa que acaban de desmontarse en un pabellón, pasando por los recortes de las prensas de una gran empresa automovilista se convierten de un incomprensible amasijo a un cubo, denso, homogéneo, preparado para volver de nuevo al horno de fundición con la garantía de que dará lugar al acero, aluminio u otro componente con la aleación que se necesita para volver a ponerse al servicio de la industria. Otro proceso en el que el saber hacer de los profesionales vascos está marcando tendencias en el mercado global.
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