ETXEKO LANAK PARA LA COMISION EUROPEA FRENTE AL FRAUDE Y LA CORRUPCION
La sede central de la Comisión Europea en Bruselas.
Esta tarde hemos comenzado el pleno que celebra mensualmente el Parlamento Europeo en Estrasburgo con el informe anual que elabora el Parlamento Europeo para proteger los intereses financieros de la Unión y luchar contra el fraude en la tramitación y uso de fondos europeos. Este es un asunto que me interesa especialmente porque, a la vista de que la corrupción es uno de los asuntos que con razón más preocupa a la ciudadanía, conseguimos que el Euro-Cámara aprobase en septiembre de 2015 una enmienda nuestra que pretendía igualar los criterios de lucha contra la corrupción en toda Europa. Así las administraciones más avanzadas pueden apoyar en la mejora de las que tienen más problemas.
Ese principió nos llevó a plantear la propuesta de establecer un código europeo anticorrupción. Nuestra propuesta, planteada en la onceava de las enmiendas que presentamos en aquel debate incorporaba tres cuestiones concretas: crear un sistema de indicadores transparente sobre la penetración de la corrupción en los estados miembros; Publicar los progresos logrados para erradicarla y presentar un informe anual comparado sobre el estado de esta lacra a nivel europeo.
Tras el debate en sesión plenaria la propuesta quedó literalmente recogida en el artículo 148 del informe sobre la situación de los Derechos Humanos en la Unión aprobado el 8 de septiembre de 2015. Por eso hoy he lamentado que lejos de abordar esta tarea el informe denuncie que la Comisión ha dejado de publicar datos comparativos sobre corrupción. Lo ha hecho no solo sin comunicarlo a esta Cámara, sino desoyendo este acuerdo tan concreto del Parlamento Europeo.
El debate me ha servido igualmente para poner sobre la mesa otro de los grandes problemas que suelen utilizarse contra el proyecto europeo. Participar en cualquier programa comunitario es complejo para el que aspira a aprovechar las oportunidades que brinda. Por eso siempre aparece en todos los informes que realizamos sobre el funcionamiento de los programas, sean de pesca, agricultura, innovación, desarrollo regional, cohesión social o cualquier materia, que se simplifiquen los trámites y se aligeren las cargas administrativas que sufren los usuarios. Bien es cierto que esa simplificación no debe afectar al control pero no es menos cierto que los beneficios de estas dos mejoras deben recaer en los que reciben las ayudas.
He dicho esto porque muchas veces en esta complejidad está la explicación de algunos errores que parecen fraudes. Y porque hemos conocido casos en los que la “simplificación” se la ha apuntado la administración en perjuicio del usuario. He ilustrado este problema haciendo referencia a problema que tuve la oportunidad de denunciar ante la Comisión y a la insatisfactoria respuesta recibida. Creo que debe de repararse y no debe volver a repetirse lo ocurrido tras concluirse un proyecto determinado, el portal europeo de empleo. El coordinador del proyecto, una organización vasca, ve ahora como le reclaman cantidades indebidamente abonadas a uno de los socios internacionales del consorcio que, por razones ajenas al proyecto, ha quebrado. La Comisión no puede resolver sus dificultades para interactuar con el socio perjudicando al coordinador que, como veis en la repuesta es la solución adoptada para resolver un problema que de ser de la administración europea acaba recayendo en una entidad que ha cumplido a plena satisfacción sus obligaciones en el asunto en cuestión.
Finalmente he apostado por mejorar los procedimientos de intercambio de datos sobre fraude en estos fondos entre Estados Miembros y por homogeneizar los criterios de seguimiento de posibles infracciones y la comunicación de las mismas. Las diferencias entre la penetración que tiene la corrupción en los distintos estados y las irregularidades que comunica algunos de ellos son razón más que suficiente para tener la certeza de que hay, en este concreto asunto, una enorme oportunidad de mejora.
Category: Blog
