GAROÑA, EL TALANTE DE LOS SEÑORES DEL RODILLO.
Lo peor que tiene algunos estilos de gobierno es que producen la impresión de que quienes los practican tomas por tontos a los ciudadanos, un camino que permite a este tipo de personas considerar a quienes gobiernan no como una sociedad a la que deben servir sino un conjunto de subditos. Así no hace falta transparencia ni esas zarandajas de las que algunos hablábamos en el ya lejano 2007. Las cosas las deciden los listos y se acabó. Luego se fabrica una explicación pro forma y se avienta por todos los medios disponibles que, en el caso del partido que nos gobierna, no son pocos.
Viene esto a cuento a la vista del lamentable espectáculo que acaba de dar el gobierno estatal con el expediente para la reapertura de Garona. El Consejo de seguridad Nuclear para dar el sí, ha tenido que poner a la central las mismas condiciones de reapertura que todos sabemos que no cumple ni cumplirá, porque el objetivo real de esta operación es abrir el camino para que otras centrales, más grandes que la burgalesa dispongan de un procedimiento y un camino trillado para renovar sus licencias. El sí de hoy, es como ya dijimos en la última pregunta que presentamos a la Comisión Europea sobre este tema, solo la hoja de ruta para facilitar otros trámites.
Además y como denunció muy adecuadamente aquí esta semana el Diputado General de Álava, no se ha informado a las autoridades concernidas por el funcionamiento de la central de ninguno de los trámites efectuado para organizar este proceso de reapertura. El Consejo de seguridad Nuclear, un organismo que debería de preservar con más celo su neutralidad y que en este caso ha actuado a las órdenes del gobierno. Sus responsables saben que el procedimiento emprendido hasta concluir hoy con este “si condicionado”, no cumple ni por asomo la directiva de Seguridad Nuclear. España tampoco ha cumplido las obligaciones que se comprometió a asumir cuando se unió al tratado Euratom y que son tan simples como comunicar todos los planes de inversión nuclear que se hagan en cada estado a las autoridades comunitarias.
Lo que a algunos les parece una broma no deja de ser una aberración, porque las instituciones a las que se niega información tienen, entre otras responsabilidades, la de organizar todos los planes de emergencia exterior de la central que, dadas las características de la energía nuclear en el caso de garo a afectan a una vasta extensión de terreno y a la práctica totalidad, por ejemplo de la población de Euskadi. Lo mismo cabe decir de competencias en el ámbito del medio natural, de la gestión de los recursos hídricos, de la gestión de residuos y de otro montón de materias en las que inciden directamente riesgos que presenta esta central. Cosas de las que hablamos en el pleno del Parlamento Europeo ya en 2011 tras la Catastrofe de Fukushima.
Nosotros hemos estado siguiendo este expediente desde que supimos de las intenciones de las autoridades estatales de poner en marcha el proceso de reapertura, modificando la legislación existente con una reforma ad hoc. También alertamos de su opaca marcha a la Comisión Europea cuando el CSN decidió declarar secreto todo el expediente de la reapertura y encontramos en ella la constatación clara de que no se están cumpliendo en este caso normas básicas europeas sobre seguridad nuclear. Ahora solo hace falta de que, además de reconocerlo, se actúe. Porque no parece cosa menor que muchos meses después de que se entregase el informe sobre Garona vinculado a la catástrofe de Fukushima la Comisión europea no hubiese recibido plan de inversión alguno sobre las obras de adecuación necesaria. En definitiva un despropósito tras otro que es un ejemplo más del talante que ha llevado al partido Popular a ser un verdadero “especialista en negociaciones y acuerdos” que no se sabe nunca cuándo empezarán pero se constata casi siempre como terminan: mal. El rodillo, por favor, a la cocina para alisar masa.
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