«L’EUROPA QUE HAN FET FRACASSAR» SE PRESENTA EN BRUSELAS
Ayer tuve un rato para charlar con el Eurodiputado catalán Ramón Tremosa y su asistente Aleix Sarri que presentaban en Bruselas uno de esos libros que creo sinceramente que dejarán huella. Aquí ellos mismos os explican que contienen las 296 páginas de “L’Europa que han fet fracassar” y cuál es el sentido de escribir hoy, en estos días de tribulación para el proyecto europeo, un trabajo que une en el título las palabras Europa y fracaso. Estas líneas dedicaron a la presentación del libro en Barcelona en la edición catalana de El País.
Como veis lo primero y más sugerente de este concienzudo trabajo de recopilación de datos y perspectivas que no suelen aparecer en los medios de comunicación es su enfoque, vamos a decir que insólito en ese panorama, desde el que se acerca a la realidad europea. Creo que uno de los graves problemas que tienen la Unión se deriva de la hipócrita actitud con la que los líderes nacionales se la juegan a sus colegas europeos. No les permiten disponer de las herramientas que permitirían a las instituciones comunitarias ordenar algunos de los peores problemas que nos aquejan. Algunos acostumbran a incumplir radicalmente los acuerdos que adoptan en la mesa del Consejo Europeo y que se convierten después en leyes comunitarias tras su paso por el Parlamento Europeo.
El acuerdo entre las tres instituciones es siempre un paso obligado para que una directiva o un reglamento se apruebe. Después cuando la no ejecución de las reformas pactadas produce los efectos que todos sabemos que van a producirse llegan los llantos. Entre los efectos, la imposibilidad de controlar el déficit de algunos estados miembros; la existencia de sistemas financieros plagados de bombas de relojería en forma de entidades con riesgo sistémico (capaces de descoyuntar el sistema financiero de todo un estado miembro); la imposibilidad de unificar los mercados de la energía o financiero; la no ejecución de las obras prioritarias previstas en las redes trans-europeas de transporte… Cuando las soluciones diseñadas para resolver los problemas no se aplican los mismos que lo impiden se rasgan las vestiduras y critican la inacción de unas instituciones, como las europeas que ellos mismos han bloqueado. Es un proceder que tuve ocasión de denunciar recientemente en un pleno del Parlamento Europeo.
Esta es nuestra alternativa frente a este fenómeno, especialmente acuciante en España y lo hemos comentado aquí muchas veces. Este blog está lleno de ejemplos y crónicas que habla de lo mismo, antiguas en las que asistimos a increíbles espectáculos y también recientes y vinculadas a espinosísismos asuntos por ejemplo sobre Derechos Fundamentales. Son verdaderos ejemplos del europeísmo del que alardean algunos y que se quiebra a la primera dificultad. Yo, ya lo sabéis, no soy partidaria de las políticas de austeridad sin más. Creo que hay que poner en marcha inversiones anti cíclicas cuando las cosas vienen mal dadas. Pero también estoy de acuerdo con que hay que pagar las deudas. España no tiene hoy un modelo de desarrollo y crecimiento consolidado y estable. Su crecimiento hoy está vinculado a sectores con cierta volatilidad, un problema que ya denunciaba hace años el anterior comisario de empleo Lazlo Andor. El turismo o a ajustes salariales centrados en recuperar competitividad por esa vía no son el mejor camino para consolidar el crecimiento. Cuando ahora se escuchan lamentos sobre los cinco mil millones adicionales que hay que ajustar para alcanzar los objetivos europeos de déficit pocos recuerdan que el principal origen de aquel agujero es esta debilidad estructural y una bajada de impuestos que fue el principal argumento electoral de la campaña del partido en el gobierno.
Cuando se desarrolla más este argumento, cuando se buscan ejemplos para ilustrarlo, uno encuentra una inestimable ayuda en este libro. Porque “L’Europa que han fet fracassar” habla de estas cosas, de las que no salen en la prensa, de las que ponen blanco sobre negro dónde están los verdaderos problemas para construir una soberanía europea. Y explican muy bien además como estos terremotos con epicentro en el sur empiezan a registrarse en los sismógrafos del norte a los que llega el euro escepticismo por los efectos que sobre todo el continente tiene este círculo vicioso.
Por eso recomiendo este libro. Aquí pueden encontrarse ejemplos asombrosos de cómo un eurodiputado es capaz de decir que España no cumplirá un Reglamento (que previamente el gobierno ha aprobado en la mesa del Consejo Europeo) porque “no cumple la Constitución”. El criterio constitucional invocado (en este caso la competencia estatal para fijar los precios públicos en los puertos) es una simple invención, tiene en pie de guerra a los que pueden ser extraordinariamente rentables y viven ahora condicionados por esa cortapisa y ha originado un procedimiento de sanción contra el estado español. Si uno quiere hacerse una idea de lo que hablo animo a repasar las página entre 98 y 105. Quienes se llenan la boca hablando de respeto a la ley, imperio de la ley, estado de derecho…resultan ser campeones europeos en desobediencia.
He tenido ocasión de vivirlo y contarlo aquí muchas veces. Aquí os dejo con dos reflexiones que están en el origen de lo que quiere explicar el libro y que nunca, jamás, veréis reflejadas en ninguno de los grandes media del estado y mucho menos invocados por tertuliano alguno. Tampoco creo que sea fácil que este libro, originalmente editado en catalán se traduzca al castellano. A ver quién se anima. Yo de momento, lo tengo claro. La seriedad, la solvencia, la coherencia, el federalismo europeo son nuestra vía para ser nación en Europa.
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