REGIONES INNOVADORAS VERSUS ESTADOS MÁS PROTECTORES QUE PROMOTORES

En el mes de noviembre de 2014 en Hondarribia participé en un seminario del PDE sobre cooperación transfronteriza y en mi memoria quedó grabado a fuego el mapa que presentó uno de los ponentes. En aquella imagen, una especie de termografía sobre el desarrollo económico e industrial en Europa se veía con toda claridad que las lógicas y sinergias de los espacios económicos que son capaces de crear condiciones para un desarrollo intenso y específico responden más a las euro regiones que a los estados. Esa realidad se ha ido imponiendo en el diseño de las políticas europeas que apoyan la economía real y progresivamente esa realidad aparece en las políticas de innovación, en las de apoyo a las PYMES, en las de cohesión, etc. Mantener esa capacidad de acción estratégica y mejorar esa posición es la base de la creación de empleo de calidad, es el primer sentido de nuestras reivindicaciones de autogobierno en el marco de una Europa que apuesta en esto por la proximidad.

Esta tarde he tenido ocasión de recordar esta realidad en el marco de un debate sobre el apoyo europeo a la innovación en las Pymes. Hoy hemos reivindicado en Estrasburgo el papel de Euskadi y de otras regiones europeas en el impulso a la innovación en la Unión Europea. La decidida apuesta del País Vasco por la especialización inteligente y la de la Comisión por empoderar a las regiones con más iniciativa es un acierto. Mantener esta capacidad de acción estratégica, que es la base de la creación de empleo de calidad, es el primer sentido de nuestras reivindicaciones de autogobierno.

Con estas palabras quería subrayar, resumir y celebrar que se haya consolidado ese cambio de filosofía de la Comisión Europea en torno a las políticas de innovación. Que se haya profundizado en la idea de empoderar a las regiones en este campo que se acentúo con la anterior titular de este departamento en Bruselas Maire Geoghegan Quinn y se mantiene hoy. La entonces comisaria de innovación explicó en un pleno durante la pasada legislatura las claves de este cambio de orientación en una intervención en la que afirmó textualmente que “viendo la trayectoria de treinta años en el País Vasco en el apoyo a la innovación “hay esperanza para Europa”. Los informes debatidos esta tarde insistían en profundizar en esta regionalización y en fomentar los intercambios de experiencias y buenas prácticas para generalizarla en toda la unión.

Estamos construyendo Europa y en muchos temas encontramos que la resistencia de los estados a entender que las lógicas del siglo XIX y los paradigmas sobre soberanía con los que nos castigan los verdaderos nacionalistas europeos, los que han vivido hasta hace bien poco de gestionare fronteras, deben ser transformadas para globalizar las respuestas a los desafíos planetarios y acercar, por el contrario a las personas, las políticas que mejor funcionan en proximidad.

Esta de la innovación es una de las áreas que demuestra con más claridad que una Unión Europea eficiente necesita cambiar por completo sus paradigmas de gobernanza. Se está demostrado que las regiones, las áreas de desarrollo y especialización inteligente que promueven la innovación mediante el aprovechamiento de sus fortalezas y de las sinergias naturales que nacen de ellas demuestran que la lógica estatal, a veces más proteccionista que promotora, no es la que mejor se adapta a la promoción y apoyo de la economía productiva.

Por estas razones me he alegrado esta tarde en Estrasburgo de que la Comisión asuma cada vez más esta lógica que ha permitido por ejemplo al País Vasco, integrarse en el grupo de cabeza de las regiones europeas con estrategias de especialización inteligente, mantener el peso de la industria en su PIB y no perder el tren de la competitividad en un escenario global.

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