UNA VISION COMPARTIDA SOBRE LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS
El pasado viernes por la mañana intervine en Donostia en un curso de verano organizado por el Ararteko sobre la crisis de los refugiados. Bajo el título “Europa ¿tierra de asilo? Desafíos y respuestas”, cuatro eurodiputados en directo y uno a través de un vídeo hemos reflexionado sobre el que viene a ser el primer problema humanitario y político que vive la Union Europea. Hemos estado en la mesa Ramon Jauregui, Carlos Iturgaiz, Maite Pagazaurtundua y yo misma. Por vídeo ha intervenido Josu Juaristi. El propio titular del cargo, Manu Lezertua, con amplísima experiencia en las instituciones internacionales y especialmente en la Unión Europea os acaba de explicar en el vídeo que le sugerían laas intervenciones que realizamos. En el siguiente vídeo os explica los objetivos del curso.
Esta crisis la protagonizan, como han dicho mis contertulios, sobre gente que ha vivido como nosotros, que tiene referencias culturales y aspiraciones vitales muy similares. Que se ha visto, de repente, apeada del presente y del futuro y que nada tiene. Que ha pasado de las zapatillas de marca y las series en television, al barro. Cuando una es mujer, el periplo que puede llegar a sufrir incluye abusos sexuales, riesgos a los que jamas se enfrentarán los hombres. Hay niños solos, que han perdido lo más importante. Su familia. Y una tragedia humana que generará secuelas a largo plazo. Porque es muy difícil olvidar el tratamiento recibido.
Por eso a mi me ha parecido fundamental plantear una hoja de ruta con catorce medidas concretas basadas en los valores originales sobre los que se fundó la Unión Europea, para dar una salida humana y posible a la crisis de los refugiados. Yo dede luego, me rebelo ante las imágenes que está produciendo este problema y denuncio que la actitud de muchos estados miembros es el verdadero origen de la deficiente respuesta ofrecida hasta el momento frente a este drama.
Aquí podéis descargar el esquema de mi intervención en la que he destacado que la preponderancia del Consejo sobre la Comisión Europea y el Parlamento Europeo están en el origen de unas decisiones que nos avergüenzan a todos los que compartimos los valores fundacionales de la Unión y conocemos la historia reciente de Europa. Las disposiciones adoptadas para abordar la crisis de los refugiados ni cumplen el derecho internacional, ni la Directiva europea de asilo. El bloqueo impuesto por los estados o medidas unilaterales adoptadas por algunos de ellos han frustrado respuestas como la gestión común de las fronteras exteriores y la aplicación de la Directiva de Asilo que aplicadas hace tres años hubieran resuelto muchos problemas.
Por esas razones he defendido una solución europea e integral, que ordene todo el proceso de reconocimiento de derechos y asentamiento desde las instituciones europeas. Ninguno de los Estados miembros puede, en solitario, afrontar la dimensión del desafío que esto supone. Tanto nuestro grupo en el Parlamento Europeo (ALDE) como el propio Partido Nacionalista Vasco han hecho públicas sus propuestas para afrontar este problema basadas en los señalados principios.
Entre la medidas que he plnteado para afrontar esta situación es para empezar, activar la cooperación en los países que producen inmigración económica. He denunciado el acuerdo con Turquía que no considero un país seguro de acogida. De hecho entre las catorce medidas propuestas he planteado invertir los fondos que financian el acuerdo con Turquía en ayudas a las ONGs para mejorar las condiciones de vida en los campos de refugiados y en ayudas financieras directas para sufragar gastos de primera necesidad o propiciar el asentamiento.
Esta semana hemos dado algunos pasos. Ya os he contado aquí que en el pleno celebrado esta semana por el Parlamento Europeo se ha dado luz verde al cuerpo europeo de guardacostas y fronteras y se han coordinado los medios de que disponen las agencias marítimas de la UE para auxiliar a la nueva organización en sus funciones (otra medida propuesta en este paquete). He insistido en centralizar las peticiones de asilo y crear corredores seguros y oficinas para expedir visas en los países de origen para combatir a los traficantes de personas. Estas mafias vulneran todo tipo de derechos y han “facturado” 8.000 millones de euros, 2.000 más de lo que cuesta el acuerdo con Turquía. Dicha cantidad en manos de los refugiados hubiese sido clave para su reasentamiento.
Finalmente he insistido en propiciar una intervención en los países de origen basada en la cooperación y en una política común de promoción de la paz y la seguridad y he insistido en cambiar las reglas para los inmigrantes por razones económicas para adecuar los flujos de personas a las necesidades demográficas de la UE. Mientras se produce ese cambio he abogado por mejorar el funcionamiento de los llamados puntos críticos para convertirlos en lugares de tránsito destinados a distinguir inmigrantes económicos de refugiados, identificación, o evaluación de seguridad de las personas que llegan.
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