CONTRA LA ELUSION FISCAL EN EUROPA Y DEFENDIENDO CONCIERTO Y CONVENIO
Esta mañana hemos tenido una nueva oportunidad de poner en valor el Concierto económico y el Convenio navarro en un pleno del parlamento Europeo. Debatíamos esta vez un informe destinado a acabar con la elusión fiscal en Europa y especialmente a terminar con las prácticas fiscales que quedaron al descubierto tras las revelaciones del Luxleaks. Tras conocer cómo se las gastan algunas multinacionales para tratar de no pagar impuestos el parlamento y la Comisión europea han puesto en marcha algunas medidas para luchar contra este tipo de prácticas. Está en juego el mantenimiento de la capacidad de nuestras instituciones para hacer política, para impulsar las inversiones productivas y la innovación, para mantener el modelo social europeo. Hay que acabar con la elusión fiscal, con lo que llamamos “planificación fiscal agresiva” y propiciar que las empresas paguen sus impuestos allí dónde generan beneficios.
Ese era el objetivo del debate de hoy. Por supouesto he mostrado mi apoyo a los objetivos de este informe. Solo la coordinación, otra gobernanza fiscal que debe avanzar hacia un tipo armonizado del impuesto de sociedades va a servir para avanzar en este camino. Pero además hay que contar con todos para decicir y ejecutar estas medidas. Por eso en, en línea con los principios expresados por el comisario Moscovici, a una pregunta que le hicimos sobre el programa Fiscalis, esta nueva gobernanza debe contar con el compromiso de todos los estados miembros, pero además con el de los sistemas regionales fiscales autónomos como Concierto y Convenio navarro que han demostrado su eficacia para impulsar la economía real y prevenir el déficit.
Necesitamos un enfoque coordinado y armonizado del funcionamiento de los regímenes fiscales en el que se integre a todas las administraciones tributarias. Pero cuando digo todas me refiero también a las administraciones fiscales regionales, como el Concierto y el Convenio que cumplen los criterios del Tribunal de Luxemburgo para considerarse sistemas autónomos, porque disponen de autonomía institucional, normativa y económica.
He defendido muchas veces en el parlamento Europeo las ventajas de este tipo de sistemas. Se ha demostrado que la proximidad que ofrecen favorece el control, previene la corrupción, favorece el apoyo a la economía real y es un antídoto eficaz contra el déficit. Y considero además una temeridad abrir la caja de los truenos con menosprecios contra esta expresión de la autonomía política que además mejoran la vida de los ciudadanos y el estado de las cuentas públicas.
España es un buen ejemplo de cómo los agujeros en los presupuestos se produce con más facilidad en aquellas administraciones que tienen menos responsabilidades sobre sus ingresos que atribuciones sobre sus gastos. Por eso hay tantos y tantas que consideran el Concierto un privilegio pero hay tan pocos que quieren adoptarlo como sistema de financiación. Y es que eso de depender de lo que seas capaz de recaudar para gastar, de no tener a “papa” estado por encima para rescatarte cuando las cosas se ponen feas es complicado. Es mucho más fácil decir que no hay porque no te dan que por que tu economía se estanca o no eres capaz de incidir desarrollo y actividad económica sostenible.
Por estas razones creo que sistemas como el Concierto y el Convenio son experiencias a promover en toda Europa. Necesitamos por arriba coordinación y enfoques estratégicos y por abajo experiencias como estas que han acreditado su utilidad para avanzar en la buena dirección.
Para concluir su intervención la eurodiputada jeltzale he puesto cifras a la alusión fiscal provocada por estas prácticas, he insistido en las medidas a poner en marcha y ha pedido seriedad y compromiso a los estados miembros. No es de recibo que muchas multinacionales tributen a la carta, que las administraciones públicas pierdan al año entre 100.000 y 240.000 millones por esta vía. Para acabar con ello necesitamos otra gobernanza fiscal a nivel europeo. Construirla requiere el compromiso claro y sin vetos de los 28 estados miembros y contar también con los entes fiscales regionales autónomos, como el Concierto vasco o el Convenio navarro que muestran su compromiso con estos objetivos.
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