DONOSTIA ES, EFECTIVAMENTE, CAPITAL EUROPEA
Tenía pendiente contaros que la pasada semana he dedicado dos días a acompañas a una delegación de la Comisión de Cultura del Parlamento Europeo a visitar Donostia-San Sebastián. El resultado de la visita no ha podido ser mejor. En el vídeo que encabeza esta crónica podéis ver al alcalde de Donostia Eneko Goia y la presidenta de la Comisión de Cultura del parlamento Europeo, Silvia Costa, valorando el encuentro. La experiencia ha sido tan interesante que aquí ha surgido la idea de redactar una especie de libro blanco que sirva de guía para las ciudades que vayan a organizar un evento de este tipo.
La delegación al completo, en el Ayuntamiento de Donostia
De acuerdo con las instituciones comunitarias, European Capitals of Culture es una iniciativa de la Unión Europea que ya ha dado este título a más de cincuenta localidades de todo el continente desde 1985. Con un año de duración, la distinción tiene tres objetivos fundamentales: destacar la riqueza y diversidad de culturas en Europa, incrementar el sentido de pertenencia de todos los ciudadanos de la Unión a un área cultural común y desarrollar la contribución de la cultura en el desarrollo de las ciudades. La delegación parlamentaria estaba formada por Silvia Costa (S&D) e integrada por Santiago Fisas (PPE), Yana Toom (ALDE) y Zdzislaw Krasnodebski (ECR). Además les acompañamos Inés Ayala Sender (S&D), Maria Teresa Giménez Barbat (ALDE), y Ernest Maragall (Verdes/ALE) y yo.
Hay dos factores diferenciales que han alabado unánimemente los visitantes que han conocido la experiencia puesta en marcha con este motivo en Donostia San Sebastián. El primero es que, a diferencia de lo ocurrido en otros lugares, en los que la capitalidad cultural se aprovechaba para realizar obras de infraestructuras culturales, en Donostia ese trabajo estaba hecho y los organizadores han podido centrarse en el programa. Por otra parte han destacado la calidad y cantidad de las actividades previstas, su enfoque, con un objetivo común basado en el valor europeo de la convivencia de la diversidad, la profesionalidad con que se están llevando a cabo y la gran implicación de organizaciones civiles y de la propia ciudadanía en las actividades. Finalmente se observó con especial interés la vocación de permanencia que tienen algunas de las dinámicas puestas en marcha durante esta edición de la capitalidad cultural.
Lo cierto es que visto el proceso de preparación y el programa no ha sido para mí una sorpresa la excelente valoración que realizaron todos los participantes en la visita, Euskadi, con Donostia 2016 a la cabeza está demostrando con hechos como la cultura es una herramienta de convivencia. Donostia es el ejemplo de lo que significa «Unidos en la diversidad» sobre la base del respeto y el reconocimiento al otro.
Vista esta especial incidencia en la cultura, la diversidad y la convivencia me ocupé de que responsables de la capitalidad pusiesen exponer sus líneas maestras en Estrasburgo el pasado mes de Abril. El foro elegido fue el intergrupo de diputados (cerca de setenta) que nos reunimos mensualmente coincidiendo con las sesiones plenarias, para abordar temas vinculados a la protección de las minorías tradicionales europeas, las lenguas minorizadas y la diversidad lingüística y cultural. El resultado de la presentación entonces ya fue muy bueno.
Lo mismo puede decirse de la «puesta de largo» de la capitalidad en Bruselas, poco antes de iniciarse el programa de actividades. Fue un acto espectacular presidido por el actual alcalde de la ciudad y al que tuve igualmente el honor de asistir. Me alegro de haber apostado en su momento por este proyecto y haberlo defendido a capa y espada a veces con soledad como cuando pusimos en marcha algunas iniciativas porque alcaldes y otros cargos de otras ciudades candidatas no aceptaron deportivamente la designación de Donostia tras el cambio de color del ayuntamiento, que pasó entonces de manos de Odón Elorza a Juan Carlos Izaguirre. Igualmente me volqué cuando mi compañera Eider Gardiazabal trajo aquí las «olas de energía Ciudadana». Porque este es un proyecto de todos en el que Euskadi y Donostia necesitaban aprovechar al máximo una enorme oportunidad tras un pasado en el que la violencia y la falta de respeto a la pluralidad habían dejado heridas tan profundas en la sociedad. Ha sido por ello muy instructivo y aleccionador que tres colores políticos diferentes hayan compartido la responsabilidad de ostentar la alcaldía de la ciudad.
Para conocer en profundidad la iniciativa no paramos en los dos días que duró la visita. Entre el 18 y 20 de mayo, nos entrevistamos con el alcalde y los responsables municipales del proyecto, las autoridades culturales de la Diputación y el Gobierno así como con referentes culturales del mundo de la música, el cine y la gastronomía. Por supuesto entre ellas incluimos centros de referencia como el Basque Culinary Center o Chillida Leku y la visita a la réplica del ballenero San Juan en Pasajes, que no conocía y me dejó muy gratamente impresionada.
Durante la visita a la construcción de la réplica del ballenero San Juan en Pasajes.
Entre las personas y autoridades con las que nos entrevistamos destacan con el Alcalde donostiarra, Eneko Goia y Pablo Berasategui, director de Donostia/San Sebastian 2016, la Concejala de Cultura, Miren Azkarate, o el director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi, y representantes de museos, festivales y otras organizaciones culturales de la provincia de Guipúzcoa. El encuentro concluyó con una rueda de prensa el viernes 20 cuyo resumen publicó el servicio de prensa del Parlamento Europeo.
He terminado el viaje orgullosa de ser parte de una sociedad como la vasca y tener la suerte de representarla en el Parlamento Europeo. Nuevamente, os lo aseguro, nuestro país ha dejado muy alto un pabellón tan lastrado durante tantos años por noticias y acontecimientos mucho menos positivos que los que nos han ocupado estos días.
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