PEDIMOS A BRUSELAS QUE IMPIDA EL VETO CONTRA LA IKURRIÑA EN EUROVISION
Esta mañana, tras comprobar la veracidad de una noticia que me parecía imposible, el veto impuesto a la Ikurriña por los organizadores del festival de eurovisión y la inclusión de nuestra andera en un listado junto a la del autodenominado «estado islámico» he enviar una carta al comisario de Cultura Tibor Navracsics en la que le informo de que la bandera oficial y legal de la comunidad autónoma vasca ha sido incorporada en un listado de “banderas especialmente prohibidas” en las normas internas del festival de Eurovisión que se celebra este año en Suecia. En la carta le pido al comisario que explique a los organizadores del festival qué es una Ikurriña y que anime a corregir un boicot que considero impropio de la historia democrática y la tradición cultural de aquel país, anti europeo y una ofensa para la ciudadanía vasca. He mandado también copias de esta al embajador de la delegación permanente de Suecia ante las instituciones europeas y a los 20 eurodiputados suecos entre los que se incluye mi compañera de grupo y presidenta de la Comisión de peticiones del Parlamento europeo Cecilia Wikstrom.
Ayer cuando comprobamos que efectivamente en los organizadores han publicado una «política de banderas» que incurre en esta barbaridad decidimos preparar esta iniciativa porque semejante decisión va contra los valores de la unión europea y su lema «unidos en la diversidad» , contra la normativa europea y supone una ofensa para todas y todos los que nos sentimos representados por esta bandera. Espero en consecuencia que tanto el comisario de Cultura como los eurodiputados suecos ayuden a corregir esta desagradable decisión.
En la carta le recuerdo a Tibor Navracsics que la bandera vasca es, legalmente, la enseña representativa de una de las nacionalidades más antiguas de Europa construida hoy en comunidad autónoma del estado español. El artículo cinco de Estatuto de Gernika señala que la ikurriña es la bandera oficial de Euskadi desde que 1978 se aprobase esta ley orgánica de un estado miembro de la Unión Europea refrendada además por la ciudadanía vasca. Por eso me detengo en la historia reciente del País Vasco y recuerdo a los destinatarios de este escrito que la bicrucífera fue ya la bandera oficial de Euskadi durante la guerra civil española y que nada menos que el régimen de Franco, la prohibió. La recuperación de nuestro autogobierno y sus símbolos fue fruto de una y lucha cívica y democrática, por lo que incorporar nuestra bandera a una lista de símbolos especialmente prohibidos y compararla con la del autodenominado ejército islámico es un error impropio del nivel cultural y la historia democrática de Suecia, además de una ofensa para toda la ciudadanía vasca.
He querido además subrayar lo que una actuación como esta significa en el marco de la Unión Europea cuyo lema es “Unidos en la diversidad”. Desde esta perspectiva esta decisión es antieuropeo plantear este tipo de prohibiciones que, como demuestra la historia, no contribuyen ni a alentar la convivencia ni a difundir valores básicos para la paz y la estabilidad como el respeto a la diversidad y especialmente a las comunidades, lenguas y culturas que, por azares de la historia no configuran hoy estados. Por esa razón político administrativa sus ciudadanos padecen en ocasiones ataques a sus derechos fundamentales como el que nos ocupa. Agresiones impensables si Euskadi fuese un estado de la Unión y decisiones más propias de las dictaduras que de una Unión construida como espacio de paz, estabilidad, prosperidad y libertad sobre la base del respeto a todas las identidades que la integran. Decisiones que tratan de negar realidades sociales, institucionales y políticas con un estilo que recuerda regímenes totalitarios afortunadamente desaparecidos en Europa.
Por estas razones solicito al comisario que se dirija a los organizadores del festival y las autoridades suecas, les solicite una rectificación formal de este boicot, les explique el carácter legal y democrático que tiene el estatuto e Gernika y los símbolos que de él emanan y transmita a los organizadores del festival de Eurovisión que su decisión, basada en el desconocimiento, arbitraria y ajena a la cultura democrática es una ofensa para toda la ciudadanía vasca y para la resistencia cívica que trabajo frente a una de las dictaduras más largas y sanguinarias de Europa para recuperar las libertades y el autogobierno del País Vasco. No parece que el general Franco sea un modelo a seguir en la Europa de hoy.
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