LA RENTA DE GARANTÍA DE INGRESOS VASCA (RGI) INTERESA EN EUROPA
Esta mañana hemos acompañado a Juan Ibarretxe y Gotzone Sagardui, miembros de Lanbide en la comparecencia en que han explicado en Bruselas el sistema vasco de renta de garantía de Ingresos. La experiencia vasca en la lucha contra la pobreza y la exclusión ha despertado el interés de la cámara en un momento en el que se debate la implantación de algún tipo de norma de mínimos que proteja a la ciudadanía contra la pobreza y la exclusión en todo el territorio de la UE. Y que además, añadiría yo tras escuchar a nuestros representantes, apueste profundamente por la plena inserción laboral de toda la gente que en un determinado momento de la vida se ve obligada a recurrir a este tipo de ayudas. Una buena manera de subrayar, trabajando y mostrando en Europa experiencias vascas que interesan los 1000 días de gobierno que lleva en Ajuria Enea Inigo Urkullu
Cuando estuvimos preparando esta sesión del intergrupo que se dedica en el Parlamento a estudiar el problema de la pobreza y la inserción social y laboral de quienes la sufren, llamaron la atención varios datos de la experiencia que se aplica en Euskadi. Para empezar su longevidad: es un sistema que ha cumplido ya 25 años. A continuación su intesidad, la cantidad de recursos destinados a este programa y su comparación con lo que se destina a inserción en el estado. El 40% de lo que se gasta en España en programas de este tipo proviene de la RGI vasca. En tercer lugar los resultados de estos años de trayectoria que demuestra que la combinación de soporte contra la pobreza y reinserción laboral dan resultado. Y finalmente el porcentaje de reinserciones laborales que se obtienen.
El variado programa de ponentes ha puesto de manifiesto varias conclusiones. La primera es que es necesaria esa regulación de mínimos para garantizar en todos los estados unos niveles de dignidad y subsistencia que garanticen ambas a todos los europeos y hagan innecesario el llamado «turismo social». La segunda es que establecidos esos mínimos, los programas, como ya hemos visto en otras cuestiones como la garantía Juvenil, deben diseñarse a la medida de la sociedad en que funcionan. No es lo mismo la dimensión de la pobreza en Finlandia que en Grecia ni las características de las personas que la padecen y especialmente el entorno socioeconómico en el que se produce la marginación y las oportunidades de integración. Finalmente es básico hablar también del modelo económico y el sistema productivo, pues sin creación de riqueza no hay redistribución posible.
En ese contexto la directora de Activación Laboral de Lanbide, Gotzone Sagardui, ha presentado hoy en el Parlamento Europeo los principales logros del sistema vasco de prestaciones públicas, que ha cumplido ya más de cinco lustros de vida. Desde aquí podéis descargaros su presentación.
En su intervención, Gotzone Sagardui ha destacado la decisiva contribución del sistema de prestaciones públicas (Renta de Garantía de Ingresos, Prestación Complementaria de Vivienda y Ayudas de Emergencia Socia) a la estabilidad socioeconómica de Euskadi, lo que ha colocado a la sociedad vasca entre las más cohesionadas de Europa y que cuentan con un mayor control de las situaciones de pobreza.
Para la responsable de Lanbide, la política de garantía de ingresos en Euskadi no se diseñó únicamente para garantizar a corto plazo el acceso a unos recursos mínimos. El diseño técnico de sus programas se planteó de forma que fuera posible garantizar a largo plazo la estabilidad económica de la población, y en ese punto es donde ha tenido más éxito. En la actualidad, la proporción de personas en hogares que no tienen recursos para abordar gastos extraordinarios se sitúa en un 22,5% en Euskadi. El indicador es del 42,7% en España, del 38,9% en la UE-28 y del 36% en la zona euro. Alemania y Francia se sitúan en torno al 33%. Sólo Suecia se sitúa por debajo de la CAE en este indicador.
Por lo que se refiere al empleo, Euskadi es la comunidad autónoma que ha llegado al punto álgido de la crisis en el estado español con la proporción más elevada de personas afiliadas a la Seguridad Social en el conjunto de la población en edad activa: 59,4% a finales de 2013 por 59% en Madrid, 56,5% en Cataluña y una media del 50,7% en España.
Los procesos económicos de estabilización automática que se asocian a la política de garantía de ingresos explican que Euskadi haya sido la comunidad menos afectada en España por el desempleo, con una media del 13,3% entre 2009 y 2013 por 16,8% en Madrid, 19,7% en Cataluña y 22% en España. Ese porcentaje del 13,3% de desempleo es siete puntos inferior a la tasa que existía en Euskadi cuando se puso en marcha el primer programa de garantía de ingresos: en 1989, la tasa de desempleo alcanzaba el 20,5%. Euskadi destaca hoy por ser una de las comunidades con menor desempleo en España. En 1989 en cambio, antes de lanzarse el programa de garantía de ingresos, su tasa de paro sólo era inferior a la de las zonas más pobres de España.
Los llamativos datos que presenta la RGI vasca habían sido objeto de atención de un grupo informal que conformamos para empezar a trabajar en este asunto de la exclusión social al comienzo de la presente legislatura. La posterior creación de un inter grupo contra la pobreza formado por una treintena de diputados abierto al resto de componentes de la euro-cámara nos animó a trasladar allí el trabajo que veníamos desempeñando.
Aquí podéis leer como planteamos aquel trabajo. Formamos el grupo tras conseguir que en el programa de la nueva comisión Juncker se incorporase un compromiso sobre renta mínima. Considerábamos este el camino más directo hacia una suerte de renta mínima de inserción. La Renta de garantía de Inserción (RGI) que funciona en Euskadi es un ejemplo hasta para quienes aparecen ahora como paladines de la defensa del modelo de protección social: “Podemos”. La segunda etapa ha sido seleccionar el procedimiento institucional que puede ser más rápido y eficaz para implementarla. Definido ese concepto de mínimos preparamos una pregunta dirigida a la Comisión Europea para saber en qué plazos y cómo pensaba el equipo Juncker poner en marcha esta iniciativa. La Comisión Europea informó entonces a este grupo de la existencia de un proyecto piloto de la Comisión para estudiar buenas prácticas a nivel europeo sobre renta mínima –www.emin-eu.net– a cuya financiación ha dedicado un millón de euros. Su secretario de programas Fintan Farrell presente en esta jornada ofreció detalles sobre la preparación de una conferencia de expertos a nivel europeo.
Igualmente en su respuesta, la Comisión informó de la realización de un estudio de referencia sobre los costes de alimentos, bienes y servicios para una familia tipo en las capitales de todos los Estados de la Unión Europea para determinar los estándares de ingreso que pueden garantizar una existencia digna y poder realizar proyecciones del coste, Estado a Estado, de la implantación de un sistema de renta mínima. En las próximas semanas espero recibir algunas informaciones al respecto.
Además nos movimos por los diferentes grupos parlamentarios para captar adhesiones en favor de esta iniciativa. Finalmente y tras explicarnos la comisión que había constituido un grupo de trabajo para empezar los estudios preliminares para la implantación de la renta mínima acabamos integrando toda esta actividad e inquietudes en el intergrupo sobre pobreza. Una vez más hemos podido comprobar, en este marco, que Euskadi es una de las claras referencias a nivel europeo en este tipo de programas de asistencia.
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