MÁS QUE PALABRAS. EUSKADI CON LA INDUSTRIA VASCA DEL ACERO
En Europa hablamos constantemente del desarrollo 2020, una forma de producir sostenible, inteligente e integradora. Hablamos de la economía circular, de la necesidad de reciclar y recuperar materiales para no agotar los recursos limitados del planeta. Hablamos de modelo social europeo. Y hoy ha llegado la hora de demostrar que, además, hacemos por todas estas cosas tanto como lo que decimos que vamos a hacer. Porque el dumping chino amenaza. Porque plantas de producción ejemplares en estas cuestiones como la ACB de Sestao viven los efectos de esta amenaza. Esto nos contaban esta misma mañana en Bruselas, en el vídeo que encabeza esta crónica, Juan Carlos Díez, representante de los trabajadores y el alcalde de Sestao, Josu Bergara que se ha acercado hasta Bruselas con la concejal de empleo y parlamentaria vasca Leire Corrales. Les acompañaban además los directores de la diputación de Bizkaia Izaskun Artetxe y Gorka Estévez.
Ha sido un día interesante además porque la representación institucional de Euskadi en cuerpo y/o alma estaba con los trabajadores de Sestao que se manifestaban en Bruselas. De hecho varios eurodiputados vascos como mis compañeros Eider Gardiazabal y Ramón Jauregi, Carlos Iturgaiz y yo misma hemos estado con los trabajadores europeos del acero y con los emprendedores y empresarios de la asociación europea de productores del acero, juntos. Nosotros especialmente cerca de la ACB de Sestao para reivindicar más medidas y más rápidas desde las instituciones europeas contra el dumping que sufre nuestro acero desde China. Bruselas ha escuchado hoy muchas veces «ACB Aurrera». Hemos estado, unidos, en defensa del acero europeo sostenible.
Paralelamente a escasa distancia en los despachos de las instituciones europeas nuestra consejera de industria Arantza tapia se batía el cobre en el grupo de alto nivel sobre la política energética europea insistiendo en esta reivindicación y, a la vez recordando que en el interior de la unión hay también problemas muy importantes que resolver. El diferencial de los precios de la energía entre estados miembros, por ejemplo es fundamental. Estas dos reivindicaciones han sido una constante en nuestro trabajo, desde nuestra modesta oficina parlamentaria de Bruselas en favor de la industria en general y de la siderúrgica en particular. Las resumimos en un informe que entregamos el viernes pasado a los trabajadores de la ACB de Sestao.
Nuestro objetivo es que las instituciones europeas apliquen con rapidez y contundencia la legislación antidumping y respalden de verdad las producciones sostenibles medio-ambiental y socialmente. No es de recibo que acero de peor calidad, producido en condiciones medioambientales y sociales mucho peores que las que exigimos aquí, esté arruinando nuestra industria. Estamos ante un caso evidente de dumping con inmediatas consecuencias en el empleo.
El cese temporal de las actividades en la ACB de Sestao es un ejemplo claro de este problema. Esta planta produce con bajísimas emisiones, utiliza chatarra como materia prima, tiene procesos innovadores que convierten esa acería en una fábrica flexible y moderna y apuesta por el acuerdo en el ámbito de las relaciones laborales. Ahora ese ejemplo de economía 2020 padece la competencia de industrias, como la siderurgia china, que son una de las causas de las nubes tóxicas que vemos tantas veces en las noticias que hablan de China.
Finalmente pedimos que en la apuesta europea por la industria se incluya además la cuestión del mercado único de la energía, porque además de las amenazas exteriores, el diferencial de los precios de la energía dentro de la propia unión es inaceptable.
Esta ha sido también la partitura que hoy se escuchaba en las calles de Bruselas. Más de cinco mil trabajadores, provenientes de toda Europa se daban cita en el parque del cincuentenario para llevar hasta la capital de la Unión sus preocupaciones e inquietudes. Nos estamos jugando el futuro, la tranquilidad y el empleo de miles de personas. Nos estamos jugando el futuro de muchas comarcas europeas que dependen de estas plantas de producción para mover una industria auxiliar que de trabajo a mucha otra gente. Nos jugamos la vida de los pequeños comercios de ciudades como Sestao. Y nos la jugamos contra empresas que, como hemos visto muchas veces en el telediario, producen acero en condiciones muy diferentes a las que utiliza, por ejemplo la ACB de Sestao. Empresas chinas que producen acero con carbón, que están fuertemente subsidiadas, que pagan salarios muy inferiores a los nuestros, con jornadas de trabajo más largas y en peores condiciones. Empresas que aportan su parte alícuota, no pequeña ni menor de las terribles nubes tóxicas que nos sobrecogen, cada vez con más frecuencia. Primero porque amargan la vida a millones de seres humanos. Además porque aunque tengan puntualmente un efecto local, a medio plazo tienen un efecto global: el calentamiento del planeta.
De esto hemos hablado también con los responsables de Arcelor Mittal, máximo accionista de la planta de Sestao, encabezados por el CEO de la ACB Antonie Bassé y representantes de los trabajadores entre los que se encontraban José Ramón manso y Juan carlos Diaz, en la reunión, concreta y operativa, que por la tarde hemos mantenido en mi oficina en Bruselas. Hemos hablado de qué y como podemos seguir trabajando juntos para que la presión no decaiga. Porque tenemos razón. Porque la partida fundamental se juega aquí. No podemos ceder porque están en juego nuestros valores y la sostenibilidad de la tierra. No podemos ceder porque la esperanza está más en un modelo social como el europeo que en esa extraña simbiosis, como nos recordaba hoy Juan Carlos Díez Agirrezabal, entre comunismo y capitalismo radical que hoy es la economía china. En eso hemos estado y así vamos a seguir.
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