ARTES TRADICIONALES, PESCA SOSTENIBLE E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Esquema de cómo se coloca en el mar y cómo funciona una almadraba
Esta semana hemos vuelto a Estrasburgo para celebrar el primer pleno de 2016. Hemos entrado de nuevo en contacto con el rigor invernal que cuadra a las fechas en que nos encontramos y que también comienza a asomar por Euskadi. Como veréis en las fotos que coloco por aquí la nieve parecía mantener un cerco sobre la capital alsaciana cuyas calles estaban estos días libres de nieve pero sometidas a temperaturas bajo cero. En este ambiente hemos debatido y aprobado algunas iniciativas en las que he trabajado bastante en las últimas semanas.
Los alrededores de Estrasburgo el lunes cuando viajaba hacia el pleno
Entre ellas destaca, por la importancia medioambiental y económica que tiene y porque sienta principios que afectan a todos los pescadores europeos, la modificación del reglamento que fija el plan de recuperación del atún rojo en el Mediterráneo. Me ha tocado representar a mi grupo en las negociaciones con el resto del parlamento, lo que aquí se llama “ponente en la sombra. Además de defender el plan de recuperación, que ha obligado a un intensísimo sacrifico a los pescadores que viven de esta especie me ha parecido fundamental apoyar el principio de que todos los buques que pesquen en aguas europeas lo hagan sometidos a las mismas normas para evitar que la actividad de las flotas de terceros países con las que no se alcanzan acuerdos en los organismos internacionales competentes perjudiquen a los buques europeos.
En el marco del debate sobre, he defendido igualmente la sostenibilidad de artes tradicionales como las almadrabas que llevan siglos demostrando que es posible idear artes de pesca realmente eficientes desde la perspectiva de la sostenibilidad de una determinada especie en el mar.
He insistido en este asunto porque en algunas campañas los pescadores europeos han operado en condiciones más estrictas que sus compañeros de flotas de terceros países, debido a que la Comisión imponía estas normas a los buques y pescadores europeos después de que sus propuestas no se aprobasen en los acuerdos internacionales del ICAAT (Comisión internacional para la conservación del atún atlántico). De ese modo se penaliza al sector europeo en detrimento de los productores de terceros países cuando fracasan las negociaciones internacionales y cuando la actividad extractiva se produce en el mismo ecosistema.
Cuando realizaba este trabajo de negociación, mi prioridad ha sido profundizar en el plan de recuperación del atún rojo en el Mediterráneo sobre bases científicas, posibilistas y exitosas. La evolución de la biomasa certifica que el plan en vigor funciona. Por eso creo que ha llegado la hora de comenzar a compensar el esfuerzo realizado hasta ahora por el sector con un TAC más generoso. No en vano en 2012 para recuperar la especie perdió el 58% de la capacidad de pesca de que disponía antes de que se pusiese en marcha este proceso.
También he querido explicar las razones que justifican dotar de más apoyo a todos los niveles a la pesca y a pequeña escala en esta pesquería. Reivindicamos sus artes más características, como la almadraba, que ofrecen una gran selectividad y son medioambientalmente eficientes. Apostamos por más control y más estricto para los diferentes sectores, pero no estamos de acuerdo con expresiones que criminalicen a quienes operan en un marco de regulación y control pensado para combatir las prácticas no sostenibles por parte de todos los operadores.
Finalmente y desde una perspectiva institucional apoyamos igualmente el papel del Parlamento en la trasposición de las recomendaciones de la Organización Regional de Ordenación Pesquera porque aportamos trasparencia, equilibrio y legitimidad. Las opacas negociaciones de las cuotas pesqueras en aguas europeas pese a lo que indica el Tratado de Lisboa son un elocuente ejemplo de lo que ocurre cuando estos procesos se alejan de la ciudadanía y sus legítimos representantes.
Ya sabéis que en este asunto tenemos un contencioso en toda regla con el Consejo Europeo y los gobiernos que lo componen. Ellos siguen empeñados en seguir trapicheando, en secreto, con los derechos de pesca que producen efectos muchas veces incomprensibles si no se sabe lo que se ha negociado por detrás y a cambio de qué. Muchas veces asuntos que nada tiene que ver con a pesca. Nosotros estamos por la objetividad, la ciencia y la estabilidad para propiciar que los productores puedan planificar a medio plazo con expectativas de cuotas de pesca previsibles y en consecuencia conocidas. Vamos a seguir insistiendo en ello porque es lo mejor para que siga pudiéndose vivir de la pesca en Europa. Asó lo defiendo desde que, esta controversia se llevó por delante un año largo de trabajo para aprobar el plan de gestión a largo plazo de la pesquería de la anchoa.
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