PROYECTO CLYMA, ACERCANDO LOS HECHOS A LAS PALABRAS
Hoy hemos presentado junto con Alberto Carbonell, director general del puerto de Barcelona en Bruselas, las claves del proyecto CLYMA, un intento de convertir en realidad una definición operativa de lo que significa un corredor interoperable, intermodal y sostenible. En un tramo concreto, como el que une Lyon con Barcelona y Madrid se ha hecho un trabajo muy serio para identificar indicadores y parámetros que pueden medir el grado de cumplimiento de estas cualidades, y un estudio de los problemas de infraestructura y gestión que se dan en el tramo para alcanzarlos. La conclusión es esperanzadora e inquietante a la vez.
Detectados los principales problemas si se priorizan las inversiones para ganar rápidamente en eficiencia en el transporte ferroviario en este corredor, incrementar su capacidad y competir ventajosamente con el tráfico por carretera no hacen falta inversiones inmensas. De los 27.000 millones que supondría disponer de la situación ideal se puede mejorar mucho la situación con 200. Pero eso sí, hace falta remover muchos obstáculos de otro orden, los que dependen de la voluntad de las personas y los intereses de modelos de negocio que tienen que cambiar si pretenden aprovechar todas las potencialidades del ferrocarril.
Los datos que han orecido y las medidas que han desgranado para poner en marcha un nivel de interoperabilidad e intermodalidad eficiente en este tramo del corredor Mediterráneo aportan la ventaja de que van a mejorar mucho las relaciones económicas en todas las regiones que están sobre la línea elegida para hacer esta experiencia piloto y que conectan además este tramo del corredor con otros corredores prioritarios europeos, lo que multiplica su rentabilidad. El proyecto se centra en mejorar la capacidad del ferrocarril para absorber el tráfico especialmente de mercancías y hacer de eje central de todos los cambio de modo de transporte que se den en el corredor para aprovechar al máximo las cualidades de cada uno de ellos.
Ha sido una presentación muy interesante y me he quedado con algunos datos que han suministrado Carles Rúa y Marta Bellera. El primero explicando el proceso de priorización de inversiones que permitiría, con unas cifras muy razonables, rebajar a menos de un 1% los 27.000 millones de inversiones que resolverían de manera óptima todos los problemas. La segunda sistematizando actividades para combatir los problemas de pura voluntad humana que dificultan los fletes ferroviarios internacionales y que hemos trabajado con bastante profundidad en el informe de interoperabilidad. Por poner algunos ejemplos en este tramo del corredor Mediterráneo hay dos anchos de vía tres tipos de señalización y solo tres locomotoras, entre las que utilizan todos los operadores, capaces de funcionar en las zonas transfronterizas más complejas.
En esta presentación, además de los citados han intervenido Alberto Estrada, en representación del puerto de Tarragona, que ha explicado la importancia que tiene resolver el acceso de los puertos al núcleo de movilidad del corredor, y Alix Martinon que se ha centrado en lo que significan las autopistas ferroviarias, las redes de transporte por ferrocarril de alta capacidad. También se han detallado las repercusiones que el buen funcionamiento de este corredor tendrá para las regiones por las que atraviesa. Finalmente Santiago García Milla, presidente de la asociación internacional de puertos y Laurens Jan Brinkhorst coordinador del corredor mediterráneo en la Comisión Europea han puesto broche final a esta iniciativa.
En definitiva un paso más para avanzar hacia la definitiva puesta en marcha de redes Las redes trans-europeas de transporte que, como he dicho en la presentación de esta jornada son la base de un proyecto que nos va a cambiar la vida, que va a mejorar la calidad de los servicios que ciudadanía y operadores económicos necesitan para desarrollar otro modelo de movilidad: más sostenible, más eficiente, más competitivo. Inteligente.
Los cimientos de este cambio se ponen pasando de palabras como redes trans europeas, corredores prioritarios, infraestructuras core, Red Galileo o banda ancha, a los hechos. Con iniciativas como CLYMA estamos poniendo las bases del futuro que necesitamos: aplicaciones que nos permitan relacionarnos como usuarios con comodidad y en tiempo real con un sistema integral de movilidad, intermodal, interrelacionado, capaz de ofrecernos opciones en precio, velocidad y soluciones hasta el último kilómetro. Imposibles sin las infraestructuras que con tanta oposición estamos construyendo. Imposibles sin una visión Europea. Imposibles desde la posición particular de cada estado. Oportunidades para la innovación, para nuevos emprendedores, nuevas mentalidades. Un apoyo imprescindible para nuestro sistema productivo y una cantera de empleos de calidad muy vinculados al conocimiento.
Estamos hablando de convertir el 1% del producto interior bruto que nos cuesta hoy la saturación, en recursos disponibles para la innovación, para el desarrollo y la promoción de la economía real y mantener y recuperar el liderazgo que en muchos sectores de la tecnología del transporte Europa tiene que mantener.
Por eso mientras algunos agentes miran a estos proyectos, solo ven acero y cemento y hablan desde el pasado, nosotros estamos empeñados en regresar a un futuro mucho mejor que la más aventurada de las profecías. Conceptos intermodales, realidades como una Europa vertebrada, capaz de unir en la misma palabra Cataluña, Lyon o Madrid.
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