DRONES, EL FUTURO ES AYER. NORMAS CLARAS PARA UNA INDUSTRIA CON FUTURO
Ayer por la tarde regresé a Estrasburgo desde Puerto Principe, la capital de Haití, donde este fin de semana me ha tocado participar en una misión de observación electoral de la UE. He conseguido reincorporarme así a la parte final de un pleno que ha sido intenso e interesante por la gran cantidad de acuerdos adoptados en asuntos de rabiosa actualidad. Me quedo con la abolición del roaming, un asunto en el que hemos tenido una participación estelar los miembros de ALDE y la conexión el premio Shajarov a Rafi Badawi. Otra propuesta nuestra que, como en a os anteriores con los casos de Malala Yousafzai o el doctor Mukgewe han sido finalmente las elegidas por el jurado para recibir este prestigioso premio que reconoce una trayectoria en defensa de los derechos fundamentales en todo el mundo.
En plena crisis generada por el toco mocho de Volkswagen con las emisiones hemos aprobado también esta semana un endurecimiento de las normas de control sobre la contaminación y otro montón de asuntos relacionados con la seguridad alimentaria, la neutralidad en Internet y las telecomunicaciones de las que realmente entran en nuestras casas. Una buena oportunidad para insistir en lo importante que es estar aquí y poder participar y aportar en estos debates.
Hoy, en el retorno al «tajo» parlamentario he podido intervenir en otro debate de los de casi pasado, porque el asunto que hemos tratado corre prisa. se trata de la necesaria regulación del mercado industrial y de servicios que se prepara en torno a los «drones».
Creo que a estas alturas no hace falta explicar lo qué son estos ingenios. Lo que si que conviene subrayar es las expectativas que abre su uso comercial. Estos días se ha celebrado el treinta aniversario de la película «regreso al futuro»ituaba la acción en 2015. Una de sus previsiones era la utilización de un dron para pasear a las mascotas domésticas. Quizá esa sea uno de los servicios más improbables para esta industria, pero el pastoreo, por ejemplo, es hoy mucho más que una opción. Las posibilidades son enormes. Por eso hoy he reclamado una regulación urgente a nivel europeo del sector de fabricación y operación de drones. Fabricantes, operadores y usuarios necesitan seguridad jurídica para preservar derechos fundamentales y convertir el riesgo que presentan todas las tecnologías de doble uso (civil y militar) en una oportunidad para fomentar una industria con enorme potencial y una cantera de empleos de calidad.
El Parlamento Europeo ha debatido esta mañana un informe de iniciativa para fijar la posición de esta institución sobre las aeronaves pilotadas de forma remota (RPAS siglas en inglés) popularmente conocidas por «drones». La Comisión Europea presentará el próximo mes una propuesta legislativa al respecto. Europa es hoy la zona del mundo con más empresas dedicadas a la explotación de los servicios que pueden prestar los drones. En la actualidad existen ya 2.500 firmas dedicadas a ello frente a las 2.300 que operan en el resto del mundo. El objetivo de la iniciativa debatida esta mañana es consolidar esta posición de liderazgo, ofreciendo seguridad jurídica a fabricantes, operadores y usuarios y garantizando el control del buen uso de estos artefactos, especialmente en lo que se refiere a la protección de la intimidad y la protección de datos de la ciudadanía en su conjunto. Esta es, a la vista del uso intensivo que se pronostica en el sector de la seguridad y la vigilancia, una de las cuestiones clave a debate.
En esta coyuntura resulta imprescindible acelerar la regulación que necesitan fabricantes y operadores de drones a nivel Europeo. Tenemos la oportunidad de colocar la industria civil del sector en una posición de liderazgo mundial. Conseguirlo depende de que fabricantes, operadores, usuarios y ciudadanía dispongan de un marco estable para invertir con seguridad y de garantías jurídicas y técnicas para operadores, usuarios y ciudadanía.
Esta mañana he citado los aspectos clave que entendemos debe reunir esa regulación: identificar adecuadamente los drones, sus cualidades y las de sus operadores, coordinarlos con la aviación tripulada, delimitar los usos profesionales y recreativos, reglar la formación de los operadores y evitar posibles abusos contra derechos fundamentales (comunicaciones, intimidad, propia imagen).
A la vista de los datos sobre emprendimiento y potencialidad que presenta el sector y las cualidades que pueden ofrecer los empleos que creará acertar con la regulación y aprobarla rápidamente será clave para convertir un riesgo, el que presentan todas las tecnologías de doble uso, en una oportunidad y fomentar una industria con enorme potencial y una cantera de empleos de calidad. Y por supuesto no olvidar que la sobre regulación, la imposición de procedimientos o medidas utópicas o imposibles de cumplir, una tentación cuando legislamos desde aquí, es uno de los errores a evitar para no perder la posición de liderazgo que tiene hoy el sector europeo en el mundo.
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