LA HORA DE LOS HECHOS

Acabo de tener el honor de resumir y defender ante el pleno del Parlamento Europeo el documento que publico ayer mismo el EBB en torno a la crisis sobre refugiados e inmigrantes que está viviendo en los últimos meses la Unión Europea.  Por eso he pedido a los estados miembros que sean coherentes con la solidaridad que muestran los ciudadanos europeos ante la crisis de los refugiados y acepten las cuotas que ha propuesto la Comisión Europea «por humanidad, solidaridad y responsabilidad». Creo que compete a las instituciones comunitarias no pasar ni una para conseguir una Europa sin populismos, con los valores en los que creemos y a cuya fundación, como vascos, contribuimos desde el inicio.

Creo que viene a cuento recordar aquí que entre los padres fundadores de Europa, en los nuevos equipos internacionales participó entre otros nuestro primer lehendakari. Se encontraba exilado en París, refugiado. Huía de una dictadura cruel, inhumana y asesina. Con él miles de vascos vivieron la expatriación, el dolor de alejarse de lo propio, la experiencia de rehacer su vida con otras gentes, en otra cultura. Y no recuerdo ninguna imagen en los países que nos acogieron, que se parezca no por asomo a las que aparecen cada día en la televisión. Policías, vallas, fronteras, perros de presa, y hasta periodistas zancadilleando y golpeando a personas que huyen de dictaduras “oficiales” como la Siria u oficiosas, como la del estado islámico.

Esa experiencia de nuestro lehendakari y de tantos y tantos vascos explica la disposición que, desde el primer momento detectamos en muchos colectivos sociales y en muchas personas para responder con la misma actitud y valores a personas que necesitan nuestra ayuda. Un auxilio, por cierto, que debemos no solo por humanidad, sino por legalidad. El derecho al asilo está consagrado en la legislación internacional. Habrá que organizar, habrá que planificar, pero hay que hacerlo de manera urgente y atendiendo a las necesidades inmediatas sin demora. Por eso hoy ante los más de setecientos diputados que seguían este debate he puesto en valor la responsabilidad individual y los ejemplares comportamientos de muchos ciudadanos y he insistido en que ante una crisis como la de los refugiados necesitamos hechos. Como la respuesta vigorosa que en Euskadi lo local y regional ofrece ya para encauzar la solidaridad de la ciudadanía.

Por ello espero que la cumbre, que debería ser de jefes de estado, a celebrar el próximo 14 de septiembre, alumbre una política europea consecuente. He insistido en que las medidas que se adopten estén basadas en la humanidad, la solidaridad y la responsabilidad como textualmente se defiende en el documento del EBB. En términos concretos estos tres principios deberían plasmarse al menos en priorizar la atención y acogida de refugiados, organizarla, proporcionar visas y rutas seguras para llegar a Europa y mejores condiciones en los campos de refugiados. Hay que perseguir las mafias que trafican con el dolor y el miedo. No he tenido más que un minuto. Obviamente en ese escasísimo tiempo es difícil decirlo todo. No obstante podéis leer más sobre nuestras opiniones al respecto en este “post” Pero creo que sobran las palabras cuando tenemos delante gente sufriendo y muriendo a manos de dictadores corruptos, mafiosos que hacen negocio con la desgracia ajena o fanáticos religiosos. Los hay también que huyen simplemente del hambre que sigue siendo el asesino por antonomasia en los países del tercer mundo. Imposible no conmoverse. Imposible no renegar ante el contenido de los cubos de la basura de nuestra prosperidad.

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