HOMENAJEANDO EN BRUSELAS A LOS ÚLTIMOS FUSILADOS DEL FRANQUISMO

CARTEJORNADAS

Ya hemos hablado aquí varias veces sobre la atípica situación en que se encuentra el estado español en materia de memoria histórica. A España le cabe el dudoso honor de ser el segundo país del mundo tras Camboya con mayor número de desaparecidos no voluntarios tras una confrontación armada. Decenas de miles de personas fueron fusiladas, asesinadas, víctimas el fanatismo homicida de ambas partes durante la guerra. Así son las guerras. Bien es cierto que uno de los bandos defendía la legalidad constitucional. Lo especial en el caso español es que el bando vencedor, los insurgentes, los autores de un golpe de estado mandaron, y cómo, durante cuarenta años de dictadura. En ese periodo los franquistas siguieron aplicándose con afán y llenaron cunetas y fosas comunes de personas que siguen pendientes de verdad, justicia y reparación.

Muchas veces he pensado que la palabra que falta, reconciliación, tiene que trabajarse mucho más porque la sociología española sigue dividida en bandos que beben de aquellos lodos. Leí una investigación al respecto de un diario americano que desplazó un corresponsal a Valencia para tratar de explicar por qué en un lugar con extraordinarios niveles de corrupción la ciudadanía seguía observando conductas de voto bastante fijas, al menos si se consideraba la lealtad de los votantes a los dos grandes bloques. La conclusión era que muchas personas votaban a los «míos» aunque no me gusten, antes que cambiarse a «los otros». Relacionaba esos bandos con las huellas que en la memoria había dejado la guerra civil. Vaya usted a saber si tenía razón, pero la tesis no deja de ser llamativa.

Lo cierto es que hay que seguir trabajando para alcanzar estos cuatro objetivos, verdad, justicia, reparación y reconciliación. Porque son las bases que garantizan la no repetición de este tipo de atrocidades. Así lo recomiendan las Naciones Unidas que han señalado repetidamente que dejar impunes delitos de lesa humanidad como los cometidos y amparados por el franquismo y sus derivadas va contra el derecho internacional.

Por eso llevamos mucho tiempo trabajando en Bruselas en este campo de la memoria histórica. Hemos organizado un grupo de trabajo del que se han apeado el PP (no sorprende) y el PSOE (sorprende algo más). La próxima semana, Miguel Urban, de Podemos, Ernest Urtasun de Iniciativa, Marina Albiol de Izquierda Plural, Josu Juaristi el eurodiputado de Bildu y yo misma hemos puesto en marcha una semana de conferencias dedicada a explicar, aquí en Bruselas por qué hay que resolver esta situación. La iniciativa coincide con el cuarenta aniversario de los últimos fusilamientos del franquismo.

La jornada se titula, expresivamente, «Con impunidad no hay democracia» y traerá a Bruselas, entre otras figuras a la Jueza María Servini, la instructora de la querella argentina que ha puesto en marcha el intento de procesamiento de varios ex altos cargos del franquismo por delitos de lesa humanidad. Por parte Vasca estarán en las jornadas personas como Josu Ibargutxi, representante de nuestro país en la asociación CEAQUA y los periodistas  Mikel Donazar e Iñaki Agirre que van a presentar sendos documentales. La enorme labor que viene desarrollando la sociedad de ciencias y un Aranzadi ha impedido que alguno de sus representntes nos acompae en estas jornadas. Los invitamos a contar su experiencia y lo han intentado hasta el ultimo momento. Finalmente no ha sido posible.

Josu Ibargutxi es miembro de la asociación Goldatu y participó en la mítica fuga de Segovia. El segundo, periodista de Radio Euskadi, director del programa «los Hilos de la memoria» y autor de varios documentales sobre memoria histórica. Uno de ellos «Éramos vecinos» que hace un recorrido por las políticas europeas de memoria histórica y las compara con las que se aplican en España abrirá de hecho las jornadas en un acto cultural en el que Juan Diego Botto interpretará el monólogo «el privilegio de ser perro». El actor es hijo de un desaparecido durante la dictadura argentina.

Las jornadas están divididas en dos bloques e incluyen un homenaje a los últimos fusilados por la dictadura que se llevará a cabo en el centro García Lorca de Bruselas. Este acto incluye una nueva actuación del mencionado intérprete argentino un acto conducido por los eurodiputados Miguel Urban y Marina Albiol en el que participarán diversas asociaciones de víctimas. Además se proyectarán dos documentales referidos a estos hechos, “Septiembre del 75” de Adolfo Dufour (2008) y “El viento y las raíces” de Iñaki Aguirre (2007). Podéis en todo caso descargaros el programa completo desde este enlace. Estos días de reflexión y homenajes como ya os anticipaba, se van a cerrar con una invitada de excepción, la jueza María Servini en torno a cuya figura y actividades se ha construido el programa de la jornada de clausura.

Este es un trabajo de fondo. Hay que seguir, sin desesperar, hasta que aquí se animen a tener una actitud menos fría respecto a este problema, que es un problema europeo. Hay muchos nuevos miembros a los que se les ha examinado en este tipo de cuestiones y a los que se ha obligado a cumplir unos estándares que no se le exigen a España. Todos los nuevos socios de la Europa del este tiene en marcha programas de memoria que están propiciando un relato estremecedor de lo que vivieron aquellas ciudadanías antes de que cayese el muro de Berlín y de que la Unión Soviética pasase a ser un simple recuerdo.

Aquí hay decisiones marco que no se cumplen (es legislación europea). Se homenajea a franquistas sin que nadie mueva un dedo y se cita la transición española como un ejemplo a seguir, aunque está construida sobre décadas de silencio de miles de personas que perdieron mucho más que una guerra. Aquí no se quiere hablar de los pies de barro de aquel proceso que empujan ahora una reforma constitucional que debió hacerse mucho antes.

Estoy realmente cansada de oír a quienes se llaman pomposamente «constitucionalistas» invocar el patriotismo constitucional y citar a Habermas como padre de sus conceptos de ciudadanía y patria. La homologación no aguanta el mínimo análisis crítico. En España no hay un demos compartido (creo que a la vista está y tampoco ese supuesto demos se constitucionalizó democráticamente. No se quiere recordar que las fuerzas armadas españolas intervinieron en la última fase de su redacción para «sugeriri» algunas modificaciones, entre ellas el significativo artículo octavo. Todavía hoy algún ministro se acuerda de él para recordar que «si todo el mundo se porta bien, no habrá intervención militar en Cataluña». En fin…

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Comentarios (4)

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  1. Maite Alberdi Eguiguren dice:

    que pena no estar un poco mas cerca para poder asistir a las mismas, Tienen que ser interesantísimas. Animo para realizarlas en Euskadi.

  2. Estamos traajando sobre más iniciativas en torno a la memoria histórica en colaboración con diversas organizaciones vascas. Si todo sale bien, en marzo colaboraremos en la organización de unas jornadas en Euskadi.

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