MAREA GRANATE. PARTICIPAR PARA CAMBIAR LAS COSAS
Ayer compartí un debate en Estrasburgo con los miembros de la Marea Granate organizados en la capital de Alsacia. Es este, como veis en el vídeo, un movimiento que agrupa a las personas que han tenido que dejar España a causa de la crisis y van organizándose en grupos en los lugares en los que van estableciéndose. Ayer nos reunimos para hablar de participación política desde la lejanía y el tema acabó centrándose casi exclusivamente en las dificultades que se pone a las personas en estas condiciones para participar en los diferentes procesos electorales, especialmente desde la última reforma de la ley electoral, a la que nos opusimos.
Nosotros conocemos bien ese tema porque además de a los vascos que se ven en estas circunstancias, afecta a nuestra diáspora y sabemos los trucos que a veces emplean los gobiernos de uno y otro color para tratar de dificultar la participación de los colectivos que presumen no favorables a sus intereses. Por eso me comprometí con las asistentes y con las otras dos eurodiputadas que asistieron al acto, Paloma López Bermejo y Marina Albiol Guzmán a preparar algunas iniciativas en el Parlamento Europeo vinculadas a esta problemática. Del mismo modo comunicaré con mis compañeros en las Cortes generales para repasar posibles actuaciones a reemprender allí sobre este triste asunto.
La verdad es que las condiciones y dificultades que deben superar los votantes son grandes. No es la menor el hecho de que por mor de los recortes el ministerio español de sanidad ha retirado las tarjetas sanitarias a las personas que se encuentran en esta situación. Así que inscribirse en el censo de residentes ausentes implica quedarse sin asistencia sanitaria si por casualidad en unas vacaciones les ocurre algo. Una muestra más de la escasa sensibilidad social y democrática del actual gobierno.
Me llamaron la atención varias cosas durante el encuentro. La primera la asistencia, notable, y la actitud de los asistentes. Participar en política es mucho más que votar. Es organizar actos de este tipo, es seguir los debates en las instituciones, es intentar intervenir en ellos y es exigir las máximas facilidades para poder hacerlo. Yo por supuesto me comprometí con las reivindicaciones que allí se expusieron sobre el acceso al voto. Por eso abrí otra línea de reflexión sobre esta idea de participación permanente. Les conté las experiencias de zabalik y parte hartu, la filosofía de esos sistemas adelantados a su tiempo que pusimos en marcha en el Parlamento vasco y su puesta en barbecho cuando deje la Presidencia de esa institución. Yo desde luego me he pasado la legislatura defendiendo estos principios.
Por eso les animé a no desfallecer y entendí el desánimo que puede asaltarte cuando crees que ese tipo de esfuerzos no sirven para nada. Yo no lo creo. Por eso estaba allí, con aquellos jóvenes expulsados del sistema por la crisis y el fallido modelo de desarrollo por el que hace décadas optaron los sucesivos gobiernos españoles. Eso es lo que debe corregirse. Es el primer e imprescindible cambio. La especulación urbanística, el pelotazo, no crean empleos estables. Eso lo hace la economía productiva y especialmente la industria y los servicios. El cambio de modelo requiere conocimiento, personas formadas y con experiencia, capaces de desenvolverse en el mundo global. Deseo con todas mis fuerzas que las tribulaciones que afectan hoy a estos jóvenes se conviertan en ventajas mañana si cambia el panorama. Ese es el capital humano que necesita cualquier país para desarrollarse. Y es lo que encontré en esta reunión en Estrasburgo.
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