ESTRECHANDO RELACIONES
Esta semana se han acercado por aquí los miembros de la Comisión Mixta Congreso Senado que se ocupan de las relaciones con la Unión Europea y parlamentarios de otras comisiones. En el grupo viajaban Iñaki Anasagasti, Maria Eugenia Iparagirrey Pedro Azpiazu. Os dejo con sus impresiones sobre el viaje que van a ser mucho más elocuentes que lo que yo escriba aquí.
Yo me quedo con tres ideas que han salido prácticamente en todas las intervenciones. Una de carácter general y otras dos relacionadas con los dos grandes debates abiertos aquí en estas fechas: el final de las políticas de austeridad y la tensión libertad-seguridad que planea sobre las medidas que pretenden mejorar la seguridad en Europa frente a la amenaza del terrorismo yihadista. Estas eran algunas de las cuestiones que centraban el interés de los visitantes.
La de carácter general es una queja absolutamente repetida desde escaños de todos los colores sobre la escasa importancia que se da en los medios al trabajo parlamentario y lo injustamente que se valoran las muchas horas, gestiones y trabajos que, entre bambalinas permiten que llegar a acuerdos o plasmar ideas ciudadanas en iniciativas parlamentarias.
La segunda es que tras intensos contactos con responsables de las instituciones europeas es ampliamente mayoritaria la idea de que Europa necesita mucho más que austeridad. El plan Juncker es el primer intento serio de romper una dinámica que ha llevado a la pobreza a demasiados europeos. Lamento que la Comisión no disponga de más autonomía financiera porque necesitamos mucho más y espero, deseo y defiendo que la tenga. Porque este plan busca la reindustrialización de Europa, priorizar lo estratégico, cumplir los compromisos y crear, de verdad, mercados únicos en la energía, las finanzas y el transporte. Desde luego, nosotros como país industrial estamos deseando que esto se ponga en marcha. Por mi parte me encantaría que saliese adelante nuestra propuesta como ALDE mucho más vigorosa que la de la Comisión.
Además el modelo 2020 empieza y acaba en las personas. Por eso nosotros respondiendo a nuestro lema electoral “más Euskadi, otra Europa”, pedimos a las instituciones continentales otro empeño: toca rescatar personas. Son el yacimiento de nuestra principal riqueza: el talento. Eso también es imprescindible para crecer desde el conocimiento y propiciar la integración. Y a eso responde el grupo de eurodiputados que estamos empeñados en conseguir una renta mínima europea de inserción. En el grupo de trabajo, por cierto me alegro de que una entidad tercera, nada menos que la red de lucha contra la pobreza haya identificado la experiencia vasca con la RGI como buena práctica.
Finalmente ha impactado en los visitantes el cambio, nada sutil en las medidas de seguridad que rodean el parlamento. Esta semana tuvimos minipleno aquí en Bruselas despliegue del ejército belga era espectacular. Y esa presencia hizo a muchos recordar que esa amenaza difusa, general, permanente, es una realidad. Ojala sirva, como defiende ALDE y como ayer mismo pedimos nosotros en el pleno, para que definitivamente se sume a todos los que pueden ayudar en el intento. Ahora algunos miran la matrícula y procuran marginar. Y eso es cualquier cosa menos práctico, inteligente y europeo.
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