UN PASO MAS PARA VISIBILIZAR A LAS MUJERES DEL SALITRE

Ayer antes de venir a Estrasburgo hacia el pleno que celebramos esta semana en el Parlamento Europeo quise estar, de nuevo, con las mujeres del salitre. Son personas que han estado siempre en la trastienda del sector pesquero. Pero son personas imprescindibles para entender y garantizar el funcionamiento de la compleja cadena que vincula el pescado que nada en el mar y el plato en que acabamos degustándolo. Mi madre ejerció uno de estos oficios. Conozco bien sus problemas, la falta de reconocimiento, su invisibilidad, la ausencia total de derechos laborales y sociales en que se ha desenvuelto. Y me alegro de haber  formado parte del grupo que personas que se ha empeñado en acabar con esta situación. Hoy las mujeres de la mar, las rederas, las neskatillas y las empacadoras han aparecido en los informes europeos sobre política pesquera y oficios de la mar. Costó mucho trabajo, pero el trabajo en red que hemos tratado de desplegar en esto años ha conseguido que esta cuestión esté en la agenda Europea. En el vídeo habéis podido escuchar al lehendakari Urkullu que quiso acompañar ayer a este colectivo en un día tan importante. Igualmente estaba en el acto la consejera del ramo Arantza Tapia el viceconsejero del sector primario Bittor Oroz y su director de pesca Leandro Azkue.

Consecuentemente desde el Gobierno Vasco se han puesto en marcha muchas actuaciones. Una de ellas es regularizar y mejorar la capacitación profesional de estas trabajadoras del mar y reconocer esta formación oficialmente. A esa actividad respondió ayer el acto al que asistí en el Museo marítimo de Bilbao. 36 mujeres de los puertos de Bermeo y Ondarroa han recibido los certificados de profesionalidad en “Pescadería y elaboración de productos de la Pesca y Acuicultura”. Se trata de las últimas representantes de oficios tradicionales que, como explicaba ayer el Gobierno vasco, “son esenciales para el funcionamiento de la flota pesquera”.

Este curso que concluyó ayer con la entrega de diplomas, comenzó a principios de este año y ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre los departamentos de Desarrollo Económico y Competitividad (a través de la Fundación pública Hazi), el Departamento de Empleo y Políticas Sociales (Lanbide, servicio vasco de empleo) y el Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura (Agencia Vasca para la evaluación de la competencia y de calidad de la formación profesional).

La de neskatilla es una profesión muy antigua, desconocida fuera del ámbito pesquero y poco valorada, dedicada, principalmente, a la descarga de las capturas de la flota de bajura y la logística de esa flota. Es la verdadera retaguardia de los arratzales.  Por su parte, las empacadoras se ocupan de la clasificación de las capturas dela flota de arrastre previo a la comercialización del pescado.

Este colectivo está formado hoy en día por trabajadoras de entre 30 y 55 años, que combinan su trabajo con tareas domésticas, e incluso con la gestión del barco familiar. Las neskatillas de Bermeo se asociaron en 2009, mientras que la asociación de Ondarroa se creó cinco años antes, en 2004. Ambas comparten el objetivo de defender sus intereses y trabajar conjuntamente en las áreas de formación y protección laboral, además de coordinarse y disponer de una representación común. Gracias a la existencia de estas organizaciones pudimos estructurar un grupo que vino a Bruselas a exponer ante la Comisión de Pesca del parlamento Europeo su situación laboral. Sus aportaciones fueron claves para que finalmente las enmiendas que habíamos presentado para defender su inclusión en los informes sobre política pesquera común tuviesen éxito.

Se trata de trabajos remunerados en función de las descargas afectados por la reconversión pesquera y por las paradas biológicas a las que se somete la actividad pesquera. Tienen pendiente el reconocimiento de sus enfermedades profesionales. Lograr la visibilidad del colectivo y de los problemas que le afectan es, igualmente, una de sus principales reivindicaciones en el momento presente. Las rederas, el tercer gran colectivo de oficios femeninos tradicionales relacionadas con la pesca, ya recibieron en 2011 un reconocimiento similar al recibido hoy por neskatillas y empacadoras. También su actividad fue objeto de una visita de la Comisión de Pesca a Euskadi que organizamos la pasada legislatura. Ahí comenzó la carrera que nos ha permitido ir avanzandoen el reconocimiento europeo a esta problemática.  Ha sido el Gobierno Vasco la institución que ha impulsado un proceso para que personas con experiencia laboral, pero sin estudios reglados, consigan un certificado de profesionalidad, y con reconocimiento oficial a nivel estatal. En el año 2011, 61 rederas de Euskadi participaron en el proceso para evaluar y acreditar sus competencias profesionales, y adquirieron el certificado de profesionalidad en “Confección y mantenimiento de artes y aparejos de pesca”.

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