MÁS QUE PALABRAS. ASPARBI UN EJEMPLO A SEGUIR
Me parece terapéutico, especialmente para quienes nos encontramos bien, para quienes nos sentimos sanos y no apreciamos, por cotidiano, lo grande que es estar bien, encontrarse bien. Me parece instructivo, para aprender lo que somos capaces de hacer cuando las cuestas se empinan, cuando las dificultades nos salen al encuentro. Cuando cosas que nos parecían sencillas, cotidianas, se complica. Me parece admirable, ese afán de superación. Esa voluntad de seguir viviendo como siempre, de no perderse nada, de poner al mal tiempo buena cara.
Es lo que me han enseñado los miembros de la asociación vizcaína de enfermos de parkinson ASPARBI que se han acercado esta semana hasta Bruselas para conocer de cerca qué demonios es esto de la Unión Europea y cómo funcionan sus instituciones. Estuvieron el lunes y el martes. Coincidieron con una huelga general y con un tiempo manifiestamente mejorable, que no hizo fácil cumplir el programa que tenían previsto. Pero “oztopo guztien gainetik” tanta circunstancia adversa no les impidió explorar a fondo qué se hace en el Parlamento Europeo y cómo vivimos la experiencia quienes tenemos el honor de traer hasta aquí la voz de Euskadi, de sus colectivos, asociaciones, instituciones y empresas. De asociaciones como esta que demuestran el vigor de una sociedad que no se resigna y que va a seguir empeñada en mejorar. Fijaos en lo que son las cosas cuando la fortuna no acompaña que nos tropezamos hasta con la técnica. Los vídeos que grabamos en su visita no han recogido el sonido. Todavía no sabemos el porqué. Por eso no puedo colocar aquí la entrevista que hicimos con la presidenta de ASPARBI, aunque prometo recuperar el contenido y colocarlo aquí en cuanto pueda.
Esas fueron las enseñanzas que nos dejaron estos ilustres visitantes. Aire fresco, vida de verdad, a pie de calle. Espíritu de superación. Curiosidad. Espíritu cívico. Voluntad y ganas de intervenir, de comprometerse, de implicarse en aquellas cuestiones que puedan interesarles y afectarles y que se cuecen aquí en las instituciones europeas. Tan claro lo tenían que Ricardo Fuentes nos dejó, en nombre de todo ASPARBI y en nombre de muchos otros ciudadanos unas reflexiones que no tienen desperdicio. Cien palabras que valen su peso en oro. Voz, sentimiento y unos cuantos encargos, brisa europea para ventilar los escaños de sus señorías. No hay sonido pero os escribo el texto a continuación:
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