SACUDIDA EMOCIONAL EN ESTRASBURGO

Esta semana está siendo muy intensa en el pleno de Estrasburgo, como casi todas. Hemos intervenido en muchos debates apasionantes y hemos asistido a la presentación de lo que será el plan Juncker de reactivación económica de la unión Europea. Pero además está siendo emocionalmente muy intenso y me gustaría, en la medida de las modestas posibilidades que tiene este blog compartir con vosotros dos grandes momentos.

Hoy hemos vivido una experiencia emocionalmente muy intensa. Jamás había visto tantas lágrimas y de tan diferentes colores en el hemiciclo. Humanamente conmovedor. Y muy instructivo. Cuando pensamos en las candidaturas para el premio Shajarov de este año no dude en proponer al ginecólogo congoleño Denis Mukgewe como acreedor al máximo reconocimiento que la unión europea hace a las personas que trabajan a favor de los derechos humanos y la libertad de conciencia. Os ruego que le escuchéis. Es imprescindible. Su historia leída impresiona. Explicada en directo, mientras la decena de diputados que promovimos su candidatura cenábamos con él en Estrasburgo con mueve, emociona, impacta, compromete. Pero diseccionada allí, frente a la representación genuina de la ciudadanía de la civilizada Europa ha resultado demoledora. Nuestro confortable discurrir convive con la atrocidad. Los cuerpos de las mujeres y las niñas son en El Congo campo de batalla para guerras especialmente sucias. Guerras que se libran para controlar recursos naturales que luego hacen más eficientes nuestros teléfonos móviles. Guerras que dejan cicatrices en lo más íntimo de miles de mujeres. No añado una palabra más. El espeluznante relato que acabáis de escuchar nos coloca frente a lo que podemos llegar a hacer las personas contra otras personas cuando dejamos de tratarlas como tales. Cuando las consideramos menos que objetos. Y en el centro de la desolación, por contraste, lo mejor de nuestra especie, el doctor Mukgewe. Casi solo ante el peligro, la inhumanidad, la violencia. La inhumanidad.

Esta semana hemos tenido también en Estrasburgo al Papa Francisco. Es la alocución de un Papa más humana que he oído desde que recuerdo. De puro terrenal pasó a celestial, porque estaba compuesta por valores que la crisis financiera se encarga cada día de poner en cuestión cuando no abolir. Me quedo con este párrafo:” Mantener viva la realidad de las democracias es un reto de este momento histórico, evitando que su fuerza real – fuerza política expresiva de los pueblos – sea desplazada ante las presiones de intereses multinacionales no universales, que las hacen más débiles y las trasforman en sistemas uniformadores de poder financiero al servicio de imperios desconocidos. Este es un reto que hoy la historia nos ofrece”.

Comparar esto con cualquier homilía de Rouco Varela es comprobar que afortunadamente hay dos iglesias y que parece que la próxima a los problemas de la ciudadanía, la que investiga los abusos de pederastas, la que instala duchas para que los sin hogar  puedan regresar a este lado, la que comprende la teología al servicio de los que menos tienen, ha llegado al Vaticano. No me atrevo a decir aún que lo gobierna, pero este Papa me ratificó ayer que tiene mucho más que buena pinta. Se atreve con los toros que sus antecesores devolvieron, por bravos, al corral. Por eso os dejo aquí su intervención completa. Juzgar vosotros mismos. Y empiezo a entender el porqué de las intensísimas y severas medidas de seguridad que rodearon su visita al Parlamento Europeo.

Tags: Congo, Denis Mukgewe, Papa Francisco, Paz, Violaciones

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