FORONDA Y ARASUR ESTAN EN LAS REDES EUROPEAS DE TRANSPORTE
Esta semana se han acumulado varias noticias referidas al desarrollo del transporte que merecen un comentario y me han animado a plantear iniciativas ante las instituciones europeas Por sentido común, por coherencia con las prioridades europeas para mejorar el transporte. Y por cumplir un compromiso que adqurí con vascas y vascos precisamente al pié de las pistas de Foronda. Por una parte hemos conocido los presupuestos generales del estado que, un año más se quedan muy cortos para recuperar el incomprensible retraso que llevan las obras de la “Y” vasca. Por otra parte el PP ha insistido en su intención de potenciar la plataforma logística de Villafría en Burgos y ha combinado la cesión de 250.000 metros cuadrados para ampliarla con su apuesta por acabar, mediante decisiones administrativas, con la capacidad para competir que tienen Arasur y el aeropuerto de Foronda. El broche de oro lo puso ayer el presidente de ADIF cuando dijo algo en lo que estoy completamente de acuerdo. Que la red española de alta velocidad “no tiene ni pies ni cabeza”.
Todos estos hechos están relacionados entre si. Le faltó al señor Farré en su análisis profundizar en las causas por las cuales tenemos la red hecha unos zorros. El problema es de planificación y de prioridades. El problema es que el estado español ha realizado estas inversiones de espaldas a las prioridades europeas, algo que hemos tenido clarísimo en Euskadi y ha costado vidas humanas y mucho dinero. La alta velocidad tiene sentido y es capaz de generar demanda si convierten el tren en una alternativa de verdad al avión y al autobús para trayectos de media y larga distancia. Y eso resulta muy difícil si en vez de insertar las inversiones en los grandes ejes europeos de transporte se planifica con una visión estrictamente local y vinculada, en no pocas ocasiones a los intereses partidarios de la formación que ocupa el gobierno en un momento determinado. Luego se llaman a sí mismos patriotas. Luego llaman “anti españoles” a quiénes no entendemos este proceder y lo denunciamos. Pero un simple repaso a las prioridades aprobadas en el Parlamento Europeo para desarrollar las redes europeas de transporte y los planes españoles de inversión en estas infraestructuras revela bien a las claras el perjuicio que esta forma de funcionar le está haciendo a la economía española.
Para empezar porque se están gastando mal los escasos recursos disponibles. Las obras que se van ejecutando no van a ser capaces de generar el desarrollo y las oportunidades que generarían las vinculadas a las redes trans europeas que sirven después para completar las redes secundarias. En segundo lugar porque se pierden oportunidades para captar fondos europeos desde el mecanismo financiero “Conecting Europa” que solo cofinancia obras vinculadas a estos corredores prioritarios. Os invito a que comprobéis que esta actitud es persistente en el tiempo y compartida por PP y PSOE, como pudo verse con el paquete de enmiendas que presentaron a la directiva de las redes trans europeas del transporte. Lógicamente fueron rechazadas.
De acuerdo con los criterios establecidos un tramo como la Y vasca tiene prioridad absoluta porque conecta dos estados, elimina un cuello de botella existente que afecta a todos los modos de transporte terrestre y compromete la evolución del marítimo y aéreo. La Y vasca añade intermodalidad al corredor en este punto críticoporque conecta este eje con carreteras y autopistas que forman parte de redes europeas de alta capacidad, con los aeropuertos de Loiu y el sistema logístico Foronda-Arasur y con el puerto de Bilbao, principal en la cornisa cantábrica de acuerdo con el mapa de infraestructuras prioritarias dibujado por Comisión y Consejo Europeos. Pues bien, descontando las inversiones realizadas por el Gobierno vasco verdadero impulsor de esta obra, el estado solo ha dedicado un 7% de los fondos gastados en estos cinco años en la red ferroviaria a esta prioridad europea. No vasca, ni española. Europea. Por eso he presentado varias iniciativas dedicadas de nuevo a los retrasos en la y vasca, al denunciable comportamiento del PP con Arasur y Foronda, esta en colaboración con nuestro grupo juntero en Alava y al retraso en la construcción de la conexión Burgos Miranda que hace más incomprensible aún la apuesta del gobierno de Rajoy por Villafría. Como titular de la Comisión de Transportes creo que estoy en la obligación de intentar que se corrija el rumbo en una materia en la que nos jugamos mucho. Nada menos que un cambio radical y necesario en la movilidad europea centrado en mejorar el servicio que se ofrece ahora a personas y transportistas de mercancías. Y centrado también en aliviar la dependencia del transporte de los combustibles fósiles y reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
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