OTROS VALORES PARA COMBATIR EL DESEMPLEO JUVENIL.
Esta mañana hemos tenido dos debates muy interesantes sobre el cambio de rumbo que necesita EUROPA para volver a la senda del crecimiento y sobre lo que debemos hacer para acabar definitivamente con el desempleo juvenil. Ambas son cuestiones evidentemente relacionadas, porque en el origen del desempleo de todos los segmentos de edad y en el juvenil también hay cuestiones macroeconómicas que resolver y de las que os he hablado aquí muchas veces.
Yo personalmente estoy esperanzada en que el plan de invertir 300.000 millones de euros para fomentar la economía productiva con el que viene la nueva comisión bajo el brazo va a tener un impacto real en la economía europea. Si el sistema financiero abre definitivamente el grifo de la financiación la actividad debe volver a la senda que jamás debió abandonar. Porque llevamos años diciendo que con la simple austeridad no basta para devolver a Europa al crecimiento.Es más, entidades tan poco sospechosas como el propio fondo monetario internacional empiezan a darse cuenta de que trabajadores con mini salarios no tiran del consumo y así es muy difícil crecer. Seguimos además padeciendo un comportamiento manifiestamente mejorable del sistema financiero que debe devolver en créditos baratos y abundantes el esfuerzo público realizado para salvar la situación. Como he dicho alguna vez no debemos perder de vista los efectos que una quiebra de entidades con riesgo sistémico hubiese tenido sobre la economía genial y sobre la vida cotidiana de muchos impostores.
Pero todas estas cosas las hemos dicho muchas veces y solo disponíamos de un minuto para aportar algo más. Y creo que es necesario empezar a hablar de este tema del desempleo juvenil desde lo que podemos hacer cada uno de nosotros. Creo que nos falta otro tipo de crítica de la situación. Algo que vaya más allá de la crítica a lo que hacen las instituciones.
Este asunto del desempleo juvenil está lógicamente en las conversaciones cotidianas porque afecta a la vida de prácticamente todos nosotros. Vemos lo que les ocurre a hijos, sobrinos, conocidos, parientes vecinos y no pensamos que sólo la crisis frena su acceso al mercado laboral. Olvidamos que muchas veces nos olvidamos de explicarles lo que costó llegar hasta dónde estuvimos cuando Europa era un ejemplo de redistribución de la riqueza. A muchos no les hemos entrenado para entender que el fracaso es una experiencia básica del aprendizaje y no una tragedia irreversible. Observamos un desajuste entre las especialidades profesionales que más se demandan y la oferta educativa y seguimos demasiadas veces empeñados en menospreciar la formación profesional. ¿Dejamos a nuestros jóvenes asumir las responsabilidades que les ayudan a crecer o al menor obstáculo decidimos y actuamos por ellos.? ¿Cómo influye esa sobreprotección en el auto emprendimiento o en la actitud ante el riesgo? ¿Dónde queda una reflexión sobre estas cuestiones en nuestra actitud de todos los días? ¿Y en el diseño curricular? eso es lo que he intentado resumir el minuto que me ha correspondido en este debate.
Porque echo de menos un discurso sobre valores y actitudes. No es cómodo hablar de esto pero hay papel y responsabilidad para autoridades y gobiernos en este asunto. Pero también la hay para personas y familias . Hay que proponer otros modelos de referencia, educar en la responsabilidad, enseñar también a fracasar y recuperar el prestigio del esfuerzo personal. Algunos de los problemas que tenemos están en que hemos olvidado que el conocimiento requiere además unas determinadas actitudes y rinde mucho mejor con valores. El talento sin alma de los financieros sin escrúpulos que originaron esta crisis es el mejor ejemplo de lo que digo.
Pese a los errores que individual y colectivamente cometemos no puedo dejar de admirar lo que hemos progresado. Estamos superando déficit a históricos de formación como el de los idiomas que limitaban nuestra movilidad y nuestra capacidad para internacionalizar nuestras empresas. Jóvenes brillantes y comprometidos están ya aportando talento y entusiasmo a nuestra cadena de innovación y empieza a consolidarse. Ojalá seamos capaces de darles las oportunidades que merecen.
Ademas,he participado también en el debate sobre la preparación de la próxima cumbre europea. creo en la necesidad de superar la austeridad como receta única pero también en la necesidad de abordar en conjunto los retos globales que estacan la economía europea y la puesta en marcha de una verdadera gobernanza europea que permita obligar a muchos estados que ahora no lo hacen a implemenlo que me tocó contar en Tallín tar los proyectos europeos de inversión que crean valor añadido. Creo que lo que me tocó contar en Tallín sobre las redes transeuropeas de transporte explica por qué o nos creemos de verdad lo de Europa o tenemos muy poco que hacer.
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