LA COMISIÓN REVISARÁ LAS NORMAS EUROPEAS DE TRANSPORTE POR CARRETERA

Estos días estoy retomando la actividad en Bruselas en unas semanas en las que la crisis de Ucrania, la actuación de Bruselas ante esta crisis o la de palestina, las nuevas tragedias en el Meditarráneo a causa de la inmigración etc se suman a la catarata de informaciones sobre la renovación de cargos en las principales instituciones europeas. Y es que ante estos retos la situación de impasse que se vive en Bruselas agudiza los problemas de falta de unidad y agilidad que caracterizan a estas instituciones en el escenario internacional. 

Por supuesto que estas temáticas me afectan y de hecho serán temas que vamos a analizar en el cónclave que la dirección de ALDE celebrará el próximo lunes en Gante, pero yo prefiero insistir en que Europa se construye también atendiendo problemas más domésticos que tienen una enorme influencia en nuestras vidas de cada día y afectan por sectores a muchos profesionales. En el mes de agosto, por ejemplo y a principios de septiembre hemos estado atentos a la situación que vive el sector del transporte de mercancías por carretera sacudido por varias problemáticas que tienen que ver con las imperfecciones que aún registra la creación de un espacio social y económico común  en Europa.  

Y hoy hemos recibido la primera respuesta. El Comisario de Transportes da prácticamente por seguro que la Comisión revisará el estatuto de la profesión de transportistas y las condiciones de acceso al mercado internacional del transporte por carretera. Siim Kallas no cree que la integración del sector haya generado pérdidas de empleo, se muestra preocupado por el descenso de actividad en el sector y considera conveniente «mejorar la aplicación de algunas disposiciones legales referentes al transporte de mercancías por carretera». 

El Comisario hace referencia en su escrito al informe que la propia Comisión Europea entregó poco antes de las elecciones al parlamento y consejo europeos sobre la situación del transporte. En este documentose concluye que la revisión es necesaria  tanto para estabilizar el funcionamiento del mercado en una zona económica teóricamente única como para mejorar la lucha cobtra el fraude y mejorar las condiciones de los conductores y lel propio formato de la profesión que debe recuperar su atractivo, incorporar nuevas áreas de conocimiento y prevenir una más que previsible escasez de profesionales en el futuro.  

Vengo manteniendo un contacto bastante permanente con los profesionales de este sector y por eso nada más comenzar la legislatura pregunté  sobre las medidas para investigar y controlar el dumping social que realizan algunas grandes empresas del sector del transporte por carretera utilizando “conductores prestados” de países de la antigua Europa del Este. La denuncia se basa en los testimonios de los profesionales vascos del sector y en un informe (Bocquet) aprobado recientemente sobre este tema por el senado de Francia.  Solo en Gipuzkoa en los últimos seis años han desaparecido 786 empresas o autónomos del sector. 

Estas prácticas nada tiene que ver con la libre competencia y deben erradicarse si queremos mantener un empleo y actividad sostenibles en un sector muy castigado por la crisis en general y en el estado en particular por la sequía en el acceso al crédito y el coste del dinero cuando se consigue. Por eso pido más control para evitar fraudes que cuestan empleo y trabajo a nuestras empresas de transporte por carretera.   

Las diferencias salariales en el sector del transporte por carretera entre los distintos países de la Unión están comenzando a generar un problema de dumping social en el sector dentro del mercado interior. El sistema empleado para realizar estas malas prácticas esta descrito en un informe  firmado por el senador Éric Bocquet y aprobado por el senado francés que revela cómo funciona el dumping social desde algunas grandes empresa del sector contra competidores más pequeños y autónomos que operan en su mismo estado. Algunas de estas grandes firmas utilizan «conductores prestados» procedentes de filiales abiertas ad hoc en antiguos países del este integrados hoy en la Unión. Dichos conductores realizan rutas especialmente de larga distancia con origen en España o Francia pero con costes de mano de obra sensiblemente inferiores a los que afectan a sus competidores en el mismo estado. Por ello hremos solicitado medidas destinadas a evitar la subcontratación más eficaces porque las actuales están fracasando en los estados que las implantan y no parece existir un control europeo para limitar estas prácticas.

Afortunadamente el Comisario parece compartir  las inquietudes de unn sector que está pidiendo además una nueva modificación de la normativa que regula los tiempos de descanso para aplicar específicamente a los conductores de rutas internacionales de largo recorrido e insiste en la necesidad de ayudas para evitar que los diferenciales de costes financieros y de acceso al crédito compliquen aún más la libre competencia en el sector.

Igualmente nos hemos interesado por la reciente modificación del código laboral y del transporte en Francia que puede afectar gravemente a la circulación de camiones en Francia. En concreto queremos saber si Bruselas considera proporcionado que se sancione con hasta 30.000 euros de multa y un año de cárcel el incumplimiento de una norma que impide que los profesionales del transporte pasen su descanso semanal ordinario a bordo del camión. Además de la desproporción en la sanción sabemos que no existe en este momento infraestructura de servicios ni hostelera suficiente en Francia para atender la demanda localizada en el entorno de las grandes autopistas europeas que puede generar esta normativa que tampoco ataca los problemas de competencia desleal que acabo de describir.

En fin, que por las alturas sigue el vendaval, pero a pie de tierra hay que seguir trabajando.

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