HISTORIA DE LA IKURRIÑA QUE ATERRIZÓ EN FORONDA. EMOCIÓN, RAZÓN Y CORAZÓN
Pedro Moreta ha emocionado esta mañana a todos los que nos hemos reunido en las campas de Foronda para celebrar el día del Partido Nacionalista Vasco, a todos los que sentimos la nación vasca. Pedro, un joven profesor de paracaidismo natural de la localidad alavesa de Maeztu ha sido el encargado de bajar desde el cielo la Ikurriña que ha ondeado en el escenario desde el que nuestros líderes nos han recordado que somos un valor seguro. Y lo somos porque en estos 120 años somos la cadena que no se interrumpe, el rayo que no cesa trabajando por Euskadi. Y lo hacemos combinando cabeza y corazón. Contando con las personas y pensando en las personas. Como las miles y miles de mujeres y hombres que saludaban desde el suelo a Pedro sintiendo Eukadi en rojo, blanco y verde. Unos abajo construyendo un impresionante mosaico una Ikurriña viva, humana. Otro desde el cielo añadiendo sentimiento y corazón a la seriedad de los discursos que han retratado lo que somos, lo que falta por hacer y cómo pensamos hacerlo.
Por eso como habéis podido ver en el vídeo Pedro hoy se ha emocionado cuando desde más de 1000 metros de altura veía las campas repletas y cuando, a medida que se acercaba a tierra en su parapente, podía sentir y escuchar la emoción de las miles de personas que han seguido atentas y conmovidas el simbólico vuelo de la ikurriña. Ha sentido honor y emoción. Nosotros también. Hoy en Vitoria como en el día de Celedón, para los abertzales la alegría, la emoción, bajaba del cielo. Y aterrizaba, como no, en Foronda.
En el vídeo habéis podido escuchar también a Pili García Olano, la secretaria general del EBB, la persona que con vistas al alderdi eguna del año pasado planteó esta iniciativa y encontró la persona capaz de llevarla a cabo. Ha sido una larga espera. El año pasado todo estaba dispuesto para poner en marcha esta idea. Las condicione meteorológicas y los permisos que hay que obtener para hacer este tipo de exhibiciones, aconsejaron posponer el evento. Hoy, 365 días después aquella idea brillante se ha convertido en realidad y ha producido el efecto esperado. El vuelo de la ikurriña era hoy uno de los acontecimientos de la jornada.
Lo ha sido por la espectacularidad del evento, pero también por lo que simboliza. Una imagen muy bien elegida. Hay nacionalismos que gestionaron colonias y aún no se han recuperado del dolor de perderlas. En la cultura corporativa les queda ese resto de gestor de imperios. Por eso se les hace tan difícil escuchar, aunque sea un clamor el que llama a los tímpanos. Por eso son tan alérgicos a los cambios. Y por eso siempre tienen a mano la respuesta de la dimensión, de la inmutabilidad de la ley o de cualquier otro espantajo que les permita ganar tiempo mientras fabrican opositores. Y es que es muy aburrida la bandera de 1000 metros cuadrados en la plaza de Colón, los cornetazos, el espíritu nacional y los bigotes de qién allí l colocó. Es que son antiguos los «intelectuales» del tres al cuarto que a falta de argumentos pretenden tomar por tontos a todos los que no les bailamos el agua. Eso si mientras huyen como escaldados de los concepto modernos sobre estado, ciudadanía, soberanía e identidad que el Consejo e Europa lleva años remozando para sorpresa y disgusto de esta gente. Puros noventayochistas que pretenden que tomemos por progres.
Por eso hay tanto contraste entre como ha manejado el asunto escocés el premier británico David Cameron y la voz monocorde con que el españolismo enfrentó en su día el plan Ibarretxe y balbucea ahora frente al clamor ciudadano que pide en Cataluña un reforma profunda del «no señor» automático que ha levado la situación hasta aquí. Como he leído hoy en uno de esos mensajes de twitter tan sintéticos como precisos, quizá convenga subrayar que hasta la fecha ninguna instancia internacional ha considera ilegal o antidemocrático el bullir cívico que lleva a los catalanes hacia la consulta. Por el contrario, en Canadá o en Gran Bretaña han enfrentado el problema de otra manera, desde la política y han ganado objetivamente adeptos como nación.
En cambio las Naciones Unidas si han declarado no acode con el derecho internacional el trato que ha propinado el estado español a las víctimas del franquismo. No han tenido ni memoria, ni reconocimiento ni reparación. Pensando un poco sobre esa terrible realidad, que tiene tanto que ver con el ajuste de cuentas con nuestro propio pasado, con la oxigenación de nuestra convivencia y con la salud de origen de la sacrosanta (si la de 1812 fue la Pepa la de ahora eso) se entienden muchas cosas.
Por eso mismo el lehendakari ha empezado su discurso hablando de memoria histórica. Por eso hay tanto contraste. Una cosa es el banderón de la plaza del Colón y otra la ikurriña que hoy en Foronda nos emocionaba. Una cosa es el valle de los caídos y otra el Intxorta.
Category: Blog