PLAYA DE RIS, EL PODER DEL QUE SE EMPEÑA
Esta tarde he estado en Zumaia acompañando a los responsables de Pevasa y del astillero Balenciaga en la botadura del “Playa de Ris”, otro atunero congelador que confirma la vocación de los armadores y sector pesquero vasco de seguir apostando fuerte en esta rama de la actividad pesquera. Toda botadura es una ceremonia iniciática que emociona a cualquiera que haya crecido a orillas del mar. Me fascina esa fusión, lenta, morosa, contundente, pero a la vez inexplicablemente grácil. Y todo Zumaia al otro lado de la ría viviendo una vez más el milagro del ingenio y la técnica que permite convertir en un barco ágil, manejable y poderoso miles de toneladas de acero que serán la casa y la vida de los 30 miembros de su tripulación.
El barco se construye aquí, en Euskadi, como el Izaro que acompañamos la semana pasada porque los astilleros vascos saben hacer y han vuelto a superarse. El “Playa de Ris” es un buque avanzado desde muchos puntos de vista pero como siempre destaca en sostenibilidad. En este caso la eficiencia y limpieza de sus propulsores, las instalaciones de frío y toda la tecnología digital que incorpora son un verdadero anuncio de la capacidad de nuestra industria naval. Ojala sea el síntoma de que en el sector desaparece definitivamente el mal sueño del expediente sobre el tax lease y en el pesquero que esa forma respetuosa y sostenible de pescar se va extendiendo en las aguas de todo el mundo. De momento el “playa de Ris” en cuanto termine de arbolarse iniciará su singladura camino de Mauritania y seguirá predicando con el ejemplo como sus antecesores.
Por eso hoy era otro día para celebrar. Y esa esperanza traslucen las declaraciones del director del astillero Balenciaga Vicente Galdeano, el de Pevasa Borja Soroa, y la consejera de industria, Arantza Tapia . pocos titulares de su cartera habrá en Europa que en un país de la dimensión del nuestro tengan que elegir el mismo día entre las tres botaduras que hoy nos distinguían como ese rincón corajudo, trabajador, perfeccionista y competente, cualidades que en Europa permanecieron tantos años ocultas por culpa de la violencia. Esa imagen es la que diseña y certifica una identidad en el mundo de hoy. Y en esa vía vasca tenemos que persistir en los próximos años.
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