NO NOS OLVIDEMOS DE HODEI
Esta semana estamos de pleno en Estrasburgo. Hoy en concreto repasando los objetivos de la presidencia Griega para este primer semestre. No he tenido tiempo hasta ahora para contaros cómo va el pleno, pero no quiero dejar pasar más tiempo sin colocar aquí un recuerdo para Hodei Egiluz y su familia. Como sin duda sabéis Hodei es un joven informático que desapareció en Amberes sin dejar rastro el pasado 19 de octubre. He procurado en estas semanas estar cerca de unos padres que sufren y quiero seguir haciéndolo en el marco de la más absoluta discreción. Pero esta semana, a solicitud de los padres he llevado este caso al pleno del Parlamento Europeo. El objetivo de la intervención o su justificación es simple. El próximo domingo se cumplirán tres meses desde que se perdió la pista de Hodei en pleno centro de Amberes. El asunto es realmente raro, especial. Este joven de Galdakao desapareció después de sufrir un par de asaltos en las calles de Amberes aquella fatídica madrugada. Su pista se pierde en una zona llena de cámaras de videovigilancia que no han servido para saber qué ocurrió realmente. La investigación no consigue avanzar o superar la barrera de silencio en que se han encerrado las personas en cuyas manos la policía encontró las tarjetas, la cartera y el teléfono de Hodei. Pasa el tiempo y todos queremos impedir que el caso se olvide, deje de ser una prioridad. Por eso el lunes llevé este caso al pleno. Hemos pedido que las instituciones belgas, la policía y Europol dinamicen trabajos y coordinen esfuerzos para seguir investigando, para agotar cualquier oportunidad, para sacar partido a la mínima pista. Hemos pedido además que se transponga rápidamente la directiva de protección de las víctimas de la que os he hablado otras veces aquí. Porque los derechos que concede a cualquier ciudadano europeo sometido a una situación como la que vive la familia de Hodei son muy importantes. Para empezar estar permanentemente informado de cómo van las diligencias en los juzgados. Y superar las barreras que impone el idioma. Los padres de Hodei se enfrentan, por ejemplo, a un legajo redactado en neerlandés y esa es la lengua de los policías, abogados, jueces y operadores que intervienen en el proceso. Es un ejemplo más de lo importantes que son las cosas que se aprueban en el parlamento Europeo y a las que tan poco caso y menos atención se presta. Pero sobre todo me pareció básico trasladar el desgarro de una familia que vive la peor de las tragedias. La certeza de la muerte es terrible, demoledora, dura. Pero la incertidumbre en la que viven Pablo y Coro desde el 19 de octubre pasado es morir cada día. Quiero que estas líneas sean la expresión de mi solidaridad con ellos. Y de mi admiración. Porque esta desgracia me ha dado la oportunidad de conocer a unas personas responsables, con ideas claras. Una pareja que ha hecho un extraordinario trabajo con su hijo. Fomentaron en él la responsabilidad y el valor del esfuerzo. Le animaron a asomarse sin miedo al mundo global en que vivimos y eso le llevó, a los 23 años a encontrar un trabajo en Amberes. Hablaron con su hijo por última vez por Skype, bites llenos de humanidad, de sentimientos, de afecto, que humanizan las máquinas. Han huido conscientemente de la tentación de los focos. No se han convertido en espectáculo. Y siguen dando cada día una lección de entereza, esperanza y constancia y coherencia que me emociona. Con personas así nuestra sociedad tiene futuro.
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Izaskun tienes razon no deberiamos olvidarnos de Hodei, la verdad que el tema es peliagudo seguro que haras todo lo que este en tus manos no me cabe la menor duda, es mas me ha extrañado que no escribieses antes sobre el tema….
Musus