COLOMBIA HACIA LA PROSPERIDAD POR LA VIA DEL ESFUERZO Y LA DESEADA Y NECESARIA PAZ.
La pasada semana he tenido un intenso e interesante viaje a Colombia con la Delegación de la Comunidad Andina del Parlamento Europeo de la que soy Vicepresidenta. Lo intenso de la agenda me ha impedido contaros hasta hoy la visita que ha resultado muy interesante. Hemos tenido encuentros de gran interés incluida una entrevista de lujo de cerca de una hora con el Presidente Juan Manuel Santos, uno de los mandatarios más atípicos de una región en la que han emergido en los últimos años otros tipos de liderazgo. Perdonad por la realización del vídeo pero creo que la causa lo merece. No todos los días tengo la suerte de obtener un testimonio de este valor. Ya veis que el presidente tiene las ideas claras y es optimista. Su posición es un resumen del ánimo que me he encontrado en la visita. Una de las claves para aprovechar al máximo el momento dorado que vive la economía Colombiana es aprovechar la oportunidad de paz que se abre con las conversaciones de La Habana. Colombia lo necesita y tienen perfectamente claro que si la paz tiene precio, la guerra que ha lastrado las oportunidades que se abren ahora ante la sociedad Colombiana tiene un precio mucho mayor. Hay un clamor social por otra Colombia, pacífica, más justa, con oportunidades para todos. Pierden todos con la violencia y la desigualdad. Por eso hay una esperanza compartida y un empeño muy generalizado en que el asunto progrese y Colombia ratifique su interesante posición en la región como tierra de emprendimiento y oportunidades. Nuestra misión allí nos ha permitido comprobar que hay objetivos claros, empe o ciudadano, actitud institucional y muchas ganas por abrir una nueva etapa para incorporar al país definitivamente a la modernidad.
Los temas tratados con los distintos responsables políticos e institucionales han ido desde la aplicación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Colombia a la exclusión de la exigencia de visados para los Colombianos que venga a Europa, pasando por la situación del Proceso de Paz, la aplicación de la Ley de Víctimas y la Restitución de Tierras o el problema del narcotráfico. Lo que está claro es que Colombia, un país en expansión, con un muy interesante índice de crecimiento y que ofrece grandes oportunidades al emprendimiento tiene el desafío de superar las grandes desigualdades sociales. Es un País en el que pese a su crecimiento sostenido en los últimos años aún hay un 30% de la población en situación de pobreza y un 10% de extrema pobreza sobre todo en el ámbito rural.
Esta compleja situación social se hace aún más dura por la violencia de las FARC, los BACRIM el narcotráfico, la violencia contra los niños y mujeres o los problema derivados de la explotación legal o ilegal de las minas. Estamos pues ante una sociedad compleja con un intenso conflicto interno que pide profundas reformas estructurales. El Acuerdo Comercial con la UE ayudará a mejorar las relaciones económicas entre Colombia y Europa una vez superados los obstáculos iniciales de su aplicación y puede aportar además estabilidad y apoyo en los procesos emprendidos para resolver el problema social que vive el país.
No me ha sorprendido pero sí creo que todos debemos estar más atentos a una reclamación que han formulado las autoridades colombianas y que viene a ser una constante en los últimos meses: “Un acuerdo y un trato de igual a igual”. Los países de América Latina reivindican un papel acorde con su realidad y una visión de sus potencialidades acorde con los datos que reflejan su evolución. Y es que aunque en latinoamérica persisten problemas sociales como los descritos hay una firme voluntad por superarlos y Europa debería estar más atenta y receptiva ante una actitud más abierta, niveles de crecimiento económico y social, expectativas y especialmente a las repercusiones de los acuerdos que mantienen con los países más importantes del mundo a través de la Alianza del Pacífico. Son circunstancias que les va a permitir situarse en el mundo en los próximos años en una situación muy distinta a la actual. Por lo tanto creo que como Europeos debemos ser conscientes de esta realidad y obrar en consecuencia. No es mal paso comenzar a implementar el acuerdo de loibre comercio. La representante de la Ue allí nos explica los pasos que deben darse para ello.
Para la normalización social Colombia necesita resolver sus problemas de reparto de la riqueza que sin duda van a ayudar a resolver su otro gran problema, el de la violencia. El proceso de Paz que está ya negociándose en La Habana entre gobierno colombiano y FARC está siendo controvertido, pero en los contactos que he mantenido no he encontrado una sola autoridad pública, representante institucional o del mundo económico que no vea en esta iniciativa una oportunidad de futuro. Por eso el primer día comenzamos nuestro encuentro con los embajadores de varios de los Estados Miembros de la Unión en Colombia y continuamos con el Viceministro de Relaciones Exteriores, los miembros del MAPP-OEA y los responsables de AMERIPOL.
Tengo que recordar que el Gobierno del Presidente Santos aprobó dos leyes de vital importancia. La Ley de Víctimas, que incluía a las víctimas de todas las organizaciones que han cruzado armas y agresiones en las últimas décadas, incluyendo las organizaciones paramilitares y la de Restitución de tierras de miles y miles de colombianos que se vieron desplazados como consecuencia del conflicto. No está resultando sencilla la devolución de las tierras a sus propietarios. Se cruzan la dificultad de tramitación de la documentación, los intereses económicos cruzados y algunos niveles de corrupción. En los casos en los que consiguen devolver las tierras a sus legítimos propietarios, el gobierno ha encontrado ya reticencias de los beneficiarios provocadas por presiones para que no las acepten que han llegado incluso al asesinato. Respecto a las 5,5 millones de víctimas a los que la ley les reconoce derechos, su aplicación tampoco está resultando fácil. Por lo tanto y en boca de los responsables de la MAPP, las negociaciones de Cuba son la base previa para cerrar el conflicto pero el acuerdo es solo el comienzo del proceso de paz largo y complejo. Llevarlo a fin con éxito requerirá mucha coordinación institucional con implicación de los ámbitos locales y regionales.
Con el tema del narcotráfico me resultó especialmente interesante la reunión con AMERIPOL, la Comunidad de Policía de América que realiza una tarea muy importante para afrontar la delincuencia organizada transnacional y que desde el 2010 tiene un proyecto compartido con la Unión Europea para luchar contra el narcotráfico hacia Europa. Me sorprendieron sus primeras palabras” Colombia es un País que ha aprendido a valorar más la vida”. Una de las cifras que refuerzan esta idea es que Colombia llegó a registrar hasta 3.500 secuestros al año cifra que en pocos años se ha reducido en un 90% y se ha incrementado el número de rescates por parte de la policía. Trabajan en colaboración con 30 policías de 26 países para eliminar la trata de mujeres. Por ello han suscrito acuerdos con Asia para luchar contra los casos de explotación sexual y esclavitud.
No hay ninguna duda de que el tráfico de drogas no es únicamente un problema de los países que lo producen sino también de los consumidores como Europa y Estados Unidos o Brasil. Pero el éxito en la lucha contra el narcotráfico en Colombia donde el área de siembra pasó de 163.000 hectáreas el año 2000 a 64.000 el año 2011, ha tenido como consecuencia que se han desarrollado nuevos mercados y nuevas rutas hacia Europa y Asia pasando por áfrica y parece ser que con el punto de mira en el Caribe. Un problema complicado, con implicación de personas en la producción, distribución, comercialización y en el blanqueo de capitales que necesita acometerse a nivel global y con un alto grado de inteligencia y organización. El día siguiente, 29 de octubre no fue menos interesante por nuestro encuentro con el Alto Comisionado de los Derechos Humanos y su equipo, con agentes de la Sociedad Civil y con el Presidente de la República Juan Manuel Santos.
Pudimos constatar una vez más los problemas derivados de las dos Colombias, la urbana y la rural donde están concentrados todos los problemas de la violencia, el narcotráfico y en donde se percibe con toda su crudeza la dificultad que tiene aplicar las leyes que ya he mencionado respecto a la restitución de tierras y víctimas. Ven el proceso de paz como una oportunidad para abrir espacios para el cambio sobre todo para la parte de los que más sufren.
Y una situación clásica en estos casos, las derivadas políticas y los intentos de sacar réditos electorales del proceso que, como siempre, ralentizan y dificultan las negociaciones. Este no es un aspecto nuevo para nosotros pero lo que he percibido es que la Mesa de negociación en la Habana y su ruta de trabajo está siendo utilizada para elaborar los eslóganes de la campaña electoral para las elecciones que se celebran el mayo del próximo año. No obstante he encontrado una coincidencia plena: todos esperan que el proceso avance y hay un consenso extendido en torno a la aplicación al conflicto de una “justicia resolutiva” y justicia transaccional” para que hacer posible que los máximos responsables de las graves violaciones de derechos humanos y delitos las asuman y a la vez participen en la construcción del proceso de Paz. Y en todo esto como no puede ser de otra manera en Colombia aprecian el apoyo de Europa por experiencia y porque siempre vienen bien los ojos ajenos en estos asuntos en los que la sola mirada interior, cargada además de conocimiento de emotividad necesita muchas veces esa distancia para gestionar este combate de emocionalidades.
El Presidente nos dedicó más de una hora. Su apuesta por la colaboración con la Unión Europea y la aplicación del acuerdo comercial es indudable. Mostró su interés por el reciente acuerdo del Parlamento Europeo para la eliminación de los visados a los Colombianos y que aún tiene pendientes varios trámites en las instituciones europeas para ser definitivamente aprobado. Y claro que estando en una etapa preelectoral todo lo que ocurra en el país está condicionado por ello. El Presidente para el día 25 de noviembre debe hacer público si se presentará o no a la reelección y todos lo queríamos saber. No nos lo dijo pero unos cuantos salimos con la impresión de que se presentará de nuevo y además volverá a ganar.
En el ámbito judicial resulto especialmente interesante el encuentro con la Fiscalía General de la Nación que ha estado cerca de las negociaciones de La Habana. Están preparándose para el día de después de la firma del acuerdo de paz. Es tal el número de víctimas que se ha producido en 50 años de violencia que son conscientes de la imposibilidad de juzgar a todos los que han cometido delitos. Por ello van a supeditarlo todo a una Comisión de la verdad. Y están trabajando en un modelo centrado en determinar los máximos responsables de los delitos cometidos y las organizaciones que han intervenido en el conflicto. Han decidido viendo las experiencias en otros países con problemas similares en donde el intento de individualizar los procesos retrasó el trabajo principal de la justicia y generó una enorme frustración en las víctimas. Podríamos pensar que esto podría originar problemas con las asociaciones de víctimas pero han realizado un gran trabajo con todas ellas para que puedan encontrar consuelo y justicia en esta forma de proceder. Este enfoque permitiría juzgar delitos hasta ahora nunca juzgados en el marco de este conflicto como la violencia sexual, el secuestro de población civil, vinculación de niños para la comisión de los delitos o por los desplazamientos forzosos. Por lo tanto investigación y celebración de juicios y la posibilidad de que el tipo de penas que se impongan tengan un carácter de penas alternativas. Es evidentemente un gran reto, no está lejos de la polémica política pero los agentes sociales están mayoritariamente de acuerdo. Lo cierto es me vino muy bien completar la información sobre el trabajo tan profundo que están desarrollando para encontrar soluciones posibilistas para la construcción de la Paz.
A última hora de la tarde abandonamos Bogotá para dirigirnos a Medellin y continuar con las reuniones a primera hora de la mañana. A las 8 de la mañana nada más salir del hotel nos repartieron unos folletos sobre los proyectos desarrollados en esta gran ciudad que durante años ha estado vinculada en la mente de todos al narcotráfico y la delincuencia organizada. Y ¿que me encuentro? En una de las páginas el siguiente titular “: Experiencia pionera de cooperación entre el País Vasco y Medellín” Os podéis imaginar mi sorpresa y orgullo. Se trataba del programa Antioquia-Medellín, Bizkaia-Bilbao AM-BBI desarrollado entre 2008 y 2012. Su título “De La exclusión al reconocimiento” Dirigida a dar oportunidades de desarrollo económico a personas totalmente excluidas. Las mujeres han sido las principales beneficiarias.
Tras esta agradable sorpresa que sitúa a Euskadi como agente de referencia en solidaridad nos dirigimos al encuentro del Gobernador de Antioquía Sergio Fajardo que en la anterior legislatura fue alcalde de Medellín. Pertenece a un grupo de personas que hace 14 años decidieron hacer la política de otra manera. Se acercaron a cada uno de los barrios, a las personas, y se comprometieron con un programa centrado en resolver desde lo local las desigualdades sociales, la violencia y la cultura de la ilegalidad y corrupción reinantes. Han sido coherentes y han conseguido la confianza de la ciudadanía.
Comenzaron con el Programa” Medellín la más educada” y ahora su marca sigue siendo “Antioquía la más educada”. Consideran la educación el motor de la transformación y por ello comenzaron dedicando el 40% de los presupuestos a proyectos educativos. Construyeron una red de bibliotecas basados en el modelo catalán y en este momento superan las cifras de oferta y de resultados de la experiencia original. Reforzaron los centros educativos para que todos los niños de la ciudad tuvieran la posibilidad de tener la misma educación que los hijos de las clases más pudientes. Esta transformación basada en la educación ha utilizado el lenguaje de la arquitectura para romper barreras entre el centro de la ciudad y barrios en los que hace unos años no podía entrar ni la policía debido a los niveles de delincuencia vinculados con el narcotráfico. Zonas que son atractivas para los turistas por sus singulares edificios obras de arquitectos que de manera solidaria han trabajado por su ciudad. Para hacer accesibles estos barrios, antes marginales, se ha construido una red de teleféricos que conectan una ciudad basada en asentamientos y que han llenado de gente y vida espacios inhabitables hasta hace bien poco. El reto es ahora extender el proyecto para toda la región. Con los mismos valores, los mismos objetivos y estoy segura que lo conseguirá. Y por supuesto realiza una apuesta decidida por el proceso de paz que la considera como una auténtica oportunidad de futuro.
Por último visitamos al actual alcalde Aníbal Gaviria Correa. Resalta que el resultado de la ciudad es la suma de 4 sucesivos gobiernos sintonizados. Aspira por desarrollar un proyecto de urbanismo cívico-pedagógico y aprovechar las potencialidades de la ciudad de modelo como polo de atracción en ciencia, tecnología e innovación. Y aspiran a reforzar la idea de una ciudad de oportunidades para continuar reduciendo las desigualdades y mejorar la vida de sus ciudadanos. También como Alcalde aspira a que la mesa de La Habana tenga un buen final.
En nuestra despedida y en el momento de sacarnos la foto se interesó por mis orígenes. Le interesaba porque hacía un par de años había visitado Euskadi con su familia buscando sus raíces. Y llegaron a Gabiria, vieron el pequeño pueblo y se quedaron con la satisfacción de saber que a tantos kilómetros de Medellín, en Euskadi, tienen algo que también es suyo. Como podéis ver el segundo motivo de mi sorpresa y orgullo en una ciudad que me ha sorprendido por su fuerza e iniciativa, por la energía positiva que ha estado durante tanto tiempo limitada por el miedo pero que ahora sale en forma de emprendimiento, ilusión, energía desbordada y bien dirigida hacia un futuro mejor.
Lo vivido me lleva a una reflexión de carácter general. Vivimos bastante de espaldas a la revolución que se vive en estos países que llamamos «emergentes». Hace ya tiempo que se mueven en claves muy positivas, hace tiempo que han comprendido que tienen mucho más que mano de obra barata y hace tiempo que se han puesto, de verdad, en movimiento. Esta vez el movimiento es endógeno. Nace de una ciudadanía que empieza a creer que la transformación es posible, que la corrupción, la violencia y la larga lista de calamidades que les han impedido hasta ahora ocupar la posición que su riqueza y capacidades merecen son derrotables. Mientras en Europa seguimos mirándonos complacidamente al ombligo y pensando en estos países como si fuesen los niños pequeños que van a colgar siempre de nuestra mano. De seguir así en unas décadas no es imposible que seamos nosotras y nosotros, el otrora «primer mundo» quiénes miremos hacia arriba.
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