EL HUEVO DE LA SERPIENTE

Quiero comenzar estas líneas mostrando mi solidaridad con todas las personas que fueron directamente atacadas el pasado 11 de septiembre en la librería Blanquerna de Madrid. Y quiero hacer extensiva esta solidaridad a todos quienes se/nos sentimos agredidos por la turba fascista que decidió volver a los tiempos del “glorioso alzamiento nazional” y “poner en orden” a torta limpia a las personas que no piensan como ellos, aunque sean mayoría, defiendan sus posiciones con procedimientos estrictamente democráticos. Ya conocemos esa música. Este país la ha padecido durante más de cuarenta años. Y no está dispuesto a repetir la historia.

Mejor prevenir que lamentar. Poner en práctica este sabio consejo es el objetivo de las iniciativas que en estos años hemos puesto en marcha en el Parlamento Europeo para evitar que nuevas formas de intolerancia y fanatismo pasen de las palaras a los hechos. Y ese es el sentido de la pregunta que esta misma semana hemos presentado ante la agresión fascista sufrida por la librería Blanquerna en Madrid en la Diada de Cataluña.

El vídeo que podéis ver aquí es lo suficientemente expresivo de lo que ocurrió: Una organización fascista con agresiones y amenazas interrumpe un acto que no les gusta e impone a todos los allí presentes su visión de las cosas. En Euskadi, desgraciadamente sabemos mucho de ese tipo de comportamientos. Mi primera reflexión, al verlo fue la de la indignación y la pena. La segunda la reflexión del espejo en que deberían mirarse quienes aquí han apoyado la violencia. Quizá este vídeo les ayude a comprender lo que han hecho, asumir sinceramente sus errores y aprender definitivamente que ese camino es una indecencia. Porque en el vídeo vimos un ataque fascista con agresiones, insultos y amenazas. Pero durante muchos años hemos vivido asesinatos, secuestros, extorsiones y otras actividades delicitivas que han contado con el apoyo tácito o explícito de muchas gentes que hoy se indignan y revuelven con este ataque.

Llevamos demasiado tiempo alertando de que la desvergüenza con que determinadas organizaciones reivindican la figura del genocida Franco y tratan de hacer una amable e indignante revisión de aquella dictadura deben ser políticamente denunciadas y combatidas. Llevamos demasiado tiempo viendo como delitos cometidos por personas vinculadas a estas ideologías fascistas delinquen y cuentan con una permisividad y un tratamiento inaceptablemente indulgente.  El caso de uno de los agresores Iñigo Pérez de Errasti, es un paradigma de lo que digo.  Espero que lo ocurrido anime a hiperactivos delegados del gobierno, magistrados de conocida filiación ultra y otras autoridades a dejar de tomarse a broma que las jóvenes generaciones del principal partido de España o algunos de sus cargos institucionales consideran una gracieta entonar el “Cara al sol”. Muchas víctimas de ese criminal llamado Francisco Franco, sus familias y los millones de personas que pagan hoy aún las consecuencias de actos cometidos en aquella dictadura consideran estas actuaciones una auténtica ofensa.

Por eso queremos que las instituciones europeas tomen conciencia de que el neofranquismo es en España tan grave como el fenómeno neonazi en Alemania y que merece la misma consideración y atención que otros fenómenos ultras. La decisión marco de 2008 que obliga a convertir en delito penal la apología del nazismo y todas las ideologías racistas y xenófobas debería aplicarse en España, también a estos grupúsculos de neofascistas. Antes de que sea demasiado tarde.

Afortunadamente en la última respuesta que recibimos sobre este asunto, la Comisión Europea parece dispuesta a tomar cartas en el asunto. Como me decían en un reciente comentario en este blog, están dándose cuenta de que Franco y sus 40 años de paz fueron otra vergüenza en la historia de Europa. El aldabonazo que les ha despertado de sus deseos de olvidarse delo que aquí ocurrió, quizá porque la actitud de muchos estados europeos tras la guerra española fue una absoluta vergüenza, (no sé, no miro, no veo) ha sido comprobar que no solo muchos pro nazis españoles participaron en la guerra en favor de la causa de Hitler en la división azul, sino que nada menos que la delegada del gobierno en Cataluña fue capaz de rendirles hace unos pocos meses, un homenaje. Como el que les rinden mensualmente a Mola y Sanjurjo en Pamplona ante la pasividad dolosa de las autoridades navarras.

Veremos si la creciente implicación europea crece en la intensidad y con la dirección que debió tomar hace sesenta años. Nunca es tarde si la dicha es buena.

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