APROVECHAR LA OPORTUNIDAD
Una de las cosas que más me preocuparon cuando llegue a Bruselas es comprobar el brutal efecto que la violencia ha producido sobre nuestra imagen exterior y nuestras posibilidades de desarrollo. Entonces, con ETA aún activa era muy complicado llamar la atención de los responsables europeos sobre otra cosa que no fuese ese problema.
La situación ha cambiado, pero la sombra nos persigue. Cuesta mucho trabajo transmitir que aquello termino. Yo estoy particularmente orgullosa de la frecuencia con que a medida que se nos va conociendo se pone el caso vasco como experiencia a considerar en muchas cosas. Han hablado bien de nostros desde el comisario de empleo a la de innovación, pasando por el de industria y hasta la de cultura para referirse a nuestras políticas lingüísticas. Por eso no podemos perder ninguna oportunidad de insistir en ese trabajo de recuperación de nuestra imagen exterior.
En esta legislatura y desde esa perspectiva se han producido algunos eventos realmente importantes. Entre ellos uno de los fundamentales ha sido la designación de Donostia como Capital Europea de la Cultura para 2016. Creo tanto en esta forma de superar nuestros sambenitos (más Euskadi en Europa, más Europa en Euskadi) que desde que me propusieron venir aquí he procurado implicarme en este proyecto con un intenso trabajo de seguimiento, promoción y defensa de la candidatura y posterior nominación de la ciudad como capital europea de la cultura 20016 en las instituciones europeas. Durante la campaña electoral para los comicios europeos me comprometí a impulsar esta candidatura. Ya en Bruselas consiguimos que la Comisión de cultura del Parlamento Europeo fijase la capital guipuzcoana como destino de su viaje anual en 2010. Una vez tomada la decisión, socialistas y populares se pusieron de acuerdo para realizar una nueva votación y revocarlo por lo que la visita finalmente no se produjo. También participé en la presentación de la candidatura en el Parlamento Europeo y defendí la designación ante la Comisión cuando se produjo la polémica en torno a la misma tras el cambio de color político en la alcaldía de Donostia San Sebastián. Igualmente he trabajado para propiciar desde la Eurocámara la implicación de todo tipo de programas europeos en la preparación del programa de la capitalidad cultural.
Por eso me ha preocupado la información que me transmite desde Donostia nuestro grupo municipal, preocupado por la deriva que toman los acontecimientos. Euskadi necesita aprovechar todas las oportunidades que tiene a su alcance para mostrar al mundo su verdadera imagen. La violencia nos ha hecho mucho daño como país. Muchos europeos no saben que detrás de las imágenes que veían en sus televisores estaba una sociedad como la vasca que llama la atención en los despachos de Bruselas porque en treinta años ha sido capaz de reinventarse, de superar la ruina económica en que vivía y que ahora esta superando la lacra de la violencia. Es un lugar para conocer y disfrutar. Una tierra de oportunidades. Necesitamos aprovechar todos los escaparates que tengamos para difundir esta realidad. No podemos perder esta oportunidad.
Por eso hay que ir a por el «Bikain» en un asunto como el de la capitalidad cultural» y por eso he presentado unas cuantas preguntas a la Comisión Europea con el exclusivo ánimo de que entre todos seamos capaces de dejar en Europa un recuerdo inolvidablemente bueno de lo que somos.
En concreto quiero que se certifique si la Comisión esta preocupada por la marcha de las tareas de preparación de este evento y cómo juzga la tarea que se está haciendo para prepararlo. Igualmente les pregunto por las recomendaciones que nos pueden dar para corregir el rumbo si ello es preciso y les animo a compartir esta visión con todos los grupos del ayuntamiento, porque esta es una de estas cosas que saldrá mucho mejor cuantas más personas sumen su conocimiento, saber hacer y entusiasmo. Finalmente también quiero aclarar si la polémica que se organizó en su día (mal perder de algunos disfrazado de «todo es ETA») puede tener alguna influencia en la al parecer reticente actitud con que el ministerio de Cultura mira hacia la Concha. Ojalá contribuyamos a alcanzar el objetivo que creo todos perseguimos: que Donostia 
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