¡¡¡¡¡¡A LA BIM, A LA BAM, A LA BIM…. BOMBA!!!!!!!!!!
Confieso que no soy para nada futbolera. Sigo más bien de lejos ese mundo, aunque evidentemente no puedo sustraerme a acontecimientos como la reciente clasificación de la Real para la liga de campeones u otros éxitos de nuestros equipos. Así interpreté el año pasado el mantenimiento del Osasuna en primera, lamente la renqueante temporada del Athletic o me alegre de los ascensos del Alavés y el Eibar. Pero hay noticias, como el fichaje del galés Gareth Bale por cien millones de euros que no pueden pasarse por alto si tienes una mínima sensibilidad.
Esta semana, una más loca y complicada, en la que las estadísticas de paro vuelven a darnos un disgusto, me ha llamado mucho la atención una inversión semejante. Las cifras en ese mercado son mareantes siempre, pero esta es estratosférica. Y cuando comienzas a investigar y compruebas que vistos los ingresos por ventas de otros jugadores al menos un 80% de esa cantidad no procede de las cantidades obtenidas por estos conceptos. Gran negocio este del futbol y enorme tesorería la de una organización que en estos tiempos parece disponer de unos ochenta millones de euros para invertir en este asunto.
La noticia me ha llamado la atención porque es la primera vez que observo que un asunto así se comenta de manera crítica en los pasillos del parlamento. No es para menos. En un país con el índice de paro juvenil más alto de Europa, con decenas de miles de familias sin ingresos, con enormes problemas para financiar negocios y operaciones mucho menos inciertas que ésta, con bancos al borde del colapso, casos de corrupción que igualmente asombran por aquí y un ambiente general de crisis, esta inversión ha generado críticas algo más que subidas de tono en la prensa internacional. Incluso uno de nuestros colegas se ha interesado por la identidad del prestamista y ha realizado una pregunta parlamentaria. Desde luego si lo que este hombre sugiere, nada menos que Bankia es la entidad que financia los 500 millones de deuda viva que tiene una entidad que acaba de cerrar esa operación, la cosa es realmente preocupante. Al menos no creo que sirva para mejorar la confianza con que se observan por aquí las evoluciones de algunas entidades bancarias rescatadas.
Por eso me ha parecido interesante plantear ante la Comisión Europea una reflexión sobre las normas que rigen ese mercado en el que competir es mucho más que enfrentar once contra once sobre un terreno de juego. Como todo el mundo sabe, estamos hablando de empresas y clubes que mueven miles de millones de euros, que generan movimientos sociales, viajes y operaciones de consumo que inciden en la economía, creo que es interesante averiguar cómo se contempla esta parte «b» del verbo competir desde la comisión europea que, como se sabe dedica buena parte de sus esfuerzos a vigilar distorsiones en la competencia en todos los sectores.
Por eso he comenzado preguntando por una investigación abierta en torno a las posibles ventajas de que disfrutan los cuatro clubs deportivos que militan en la primera división frente a los equipos que se gestionan como sociedades anónimas deportivas. Athletic, Osasuna, Barcelona y Real Madrid están afectados por estas pesquisas. Además quiero saber si otros aspectos como el reparto de los derechos de televisión, o la financiación de determinados fichajes, están bajo la lupa de la Comisión Europea.
Lo de los derechos me parece difícil de entender a la vista de lo que ocurre en otros países europeos, en los que el reparto es bastante más equilibrado. Desde luego eso distorsiona la competencia sobre el césped y también la otra. Me sorprende más a la vista de las trifulcas que se organizaron sobre este asunto con la titularidad de los derechos, la declaración del futbol como asunto de «interés general» o la prohibición del acceso de las radios a los campos de futbol, que también traje aquí mediante una pregunta parlamentaria. Otra dedique a los incidentes que padeció la afición del Athletic en Viena en una de sus últimas participaciones en competición europea
Ya me parece duro que en estos tiempos se paguen cien millones por un futbolista, pero sería tremendo que el crédito para cerrar la operación lo hubiese formalizado algún banco rescatado de los que no dejan un duro a PYMES o autónomos. Veremos que contestan. Ya os lo contaré.
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