HACIA UN UNICO ESPACIO FERROVIARIO EUROPEO
Ayer me tocó poner de largo ante la comisión de transportes mis primeras ideas en torno a la propuesta legislativa que pretende mejorar la interoperabilidad de los ferrocarriles en Europa del que ya os conté que soy ponente titular. Eso quiere decir que tengo la responsabilidad de redactar y acordar la posición con la que el Parlamento Europeo acudirá a las negociaciones preceptivas con el Consejo y la Comisión europeos para aprobar definitivamente esta propuesta legislativa. Vamos a traducir, porque la jerga comunitaria no es fácil.
El principal objetivo de esta directiva es superar los obstáculos que dificultan la libre competencia en el transporte ferroviario y eliminar las barreras que impiden hoy que un tren fletado por ejemplo en Algeciras pueda llegar hasta Estocolmo sin cambiar cuatro veces de alimentación eléctrica, sin tener que obtener siete autorizaciones de cada uno de los estados miembros que atraviesa, sin perder tres meses para obtenerlas y si arriesgarse a que le pongan una multa en algún estado no se sabe muy bien porqué. Además se trata de que pueda comprar una locomotora y unos vagones con la misma capacidad de circulación en todas las vías europeas que tiene un camión en las autopistas del continente: es decir que no tenga que homologar los materiales en cada estado y que al fabricante ese proceso deje de costarle casi el 10% de lo que debe invertir para poner un material rodante en el mercado. Las dificultades, claro, las ponen los actuales monopolios que, estado a estado, se protegen de la competencia con estos procedimientos que perjudican a los usuarios, a nuestra competitividad y al medio ambiente. Los sobreprecios que hay que pagar por mover mercancías incrementan el coste final de los productos. El monopolio impide que la competencia ofrezca más y distintos servicios y mejore los precios. Y estos problemas perjudican una integración más intensa del ferrocarril en la paleta de opciones que tiene cualquier interesado en mover productos por Europa.
Tanto parlamento como Consejo y Comisión tienen competencia para decidir sobre esta materia (codecisión) por lo que será ese el procedimiento que se pone en marcha para aprobar definitivamente una directiva llamada a abrir el transporte ferroviario a la libre competencia. El procedimiento se inicia con la propuesta que nos envió la Comisión Europea al parlamento. Sobre la propuesta legislativa remitida por la Comisión Europea tengo que hacer un informe y buscar un acuerdo con todos los grupos parlamentarios. Conseguido éste hay que negociar el texto en varios «trílogos» (negociaciones a tres bandas entre parlamento Europeo, Comisión y Consejo) para tratar de llegar a un acuerdo entre las tres instituciones. Si se alcanza el texto volverá finalmente a la cámara, institución responsable de dar el visto bueno definitivo a esta normativa.
Ayer, como habéis podido ver en el vídeo, al presentar el diagnóstico de situación ante la eurocámara los problemas de fondo que afectan al sector son tan claros que no es difícil compartirlos. Existen monopolios estatales que no quieren perder su posición de ventaja, no hay transparencia y no hay condiciones objetivas para la competencia en el sector. Depende de nuestra voluntad política cambiar para siempre esta situación.
En el intercambio de puntos de vista que tuvimos ayer hablamos de las increíbles dificultades que tiene un convoy ferroviario para hacer fletes transfronterizos o de alcance europeo. El transporte continental puede ser más competitivo, más limpio, más útil y más barato para los usuarios y presentar más oportunidades para los emprendedores si el ferrocarril se abre a la libre competencia y aparecen más operadores y más oferta. En la actualidad la complejidad de las normas que afectan al sector, las diferencias entre todas ellas, la pesadez de los procedimientos y la falta de transparencia sobre las claves que presiden la toma de decisiones para aplicarlos es total.
También son inaguantables para cualquier emprendedor Las cargas administrativas que implica la situación y la inseguridad jurídica que se genera por la incertidumbre en la interpretación de las normas y la aplicación de procedimientos. Estas circunstancias no propician que las compañías privadas se planteen crear empresas de transporte ferroviario. El incremento de oferta en este sector además de abaratar los precios permitiría combinar con más flexibilidad y frecuencia el ferrocarril con otros modos de transporte, mejoraría la competitividad de toda la economía al hacer descender los costes por este servicio, reduciría las emisiones de gases efecto invernadero y ofrecería una cantera de empleo de calidad y con altas exigencias de capacitación técnica.
Por eso mi propuesta va a pasar por propiciar que ferrocarril incorpore toda su potencialidad al sistema europeo de transporte para mejorar la oferta y los precios para los usuarios, abrir el sector a nuevos operadores, hacer más transparentes y simples los trámites administrativos que deben superar los operadores para fletar trenes y homologar las condiciones técnicas y de seguridad del material rodante en todo el continente y fortalecer para ello las competencias de la Agencia Ferroviaria europea (ERA).
Para redactar el informe parlamentario ya os conté que organizamos una audiencia pública abierta a especialistas y profesionales del sector, junto con los eurodiputados que representarán a los otros grupos parlamentarios en la negociación del informe. Además nos hemos visto ya con 18 representantes de distintas organizaciones y esperamos ver a otros ocho más además de recabar posiciones por vía electrónica con representantes del sector y usuarios. En fin, ya veis: Uno de los trabajos más intensos y complejos en los que me he visto implicada desde que llegue a Bruselas. Deseadme suerte porque la voy a necesitar.
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Tanto parlamento como Consejo y Comisión tienen competencia para decidir sobre esta materia (codecisión) por lo que será ese el procedimiento que se pone en marcha para aprobar definitivamente una directiva llamada a abrir el transporte ferroviario a la libre competencia. El procedimiento se inicia con un informe del ponente, en este caso la eurodiputada jeltzale, a la comisión de transportes del Parlamento Europeo sobre la propuesta legislativa sobre el tema remitida por la Comisión Europea a la eurocámara y la búsqueda de un acuerdo sobre sus contenidos con todos los grupos parlamentarios. Conseguido éste Izaskun Bilbao Barandica representará a la eurocámara en los “trílogos” ,negociaciones a tres bandas entre parlamento Europeo, Comisión y Consejo para tratar de llegar a un acuerdo entre las tres instituciones. Si se alcanza el texto volverá finalmente a la cámara, institución responsable de dar el visto bueno definitivo a esta normativa.