UNION EUROPEA Y SECESION

Ayer fue un día histórico para la Unión Europea. El propio Jose Manuel Durao Barroso reconoció que la crisis que sufre la Unión Europea es, especialmente, de orden político. Habló por primera vez, con toda claridad, de una unión federal de estados que permita a Europa funcionar de una vez con una sola voz. Y explicó que esta ciudadanía europea común, una gobernanza económica y supervisión financiera de nivel europeo nos habrían ahorrado muchísimos problemas y nos los resolverán en el futuro si somos capaces de construir una unión así. Y, claro, recordó que para conseguirlo necesitamos una decisión democrática en ese sentido que está en manos de la gente, de decisiones democráticas.

 

Nosotros siempre hemos sido europeistas. Porque creemos que los derechos nos corresponde a todos por nuestra condición de personas y que la identidad nacional es un derecho más de cada persona. La nacionalidad desde luego no debe ser la llave que da acceso a principios básicos de la democracia como la igualdad ante la ley, el derecho a la educación, la sanidad, etc.

 

Cuando comenzó a forjarse la unión europea nuestros líderes, José Antonio Aguirre o Francisco Javier de Landaburu comprobaron que efectivamente estos principios formaban parte de la filosofía de un proyecto que nació para oponer el diálogo, la cooperación y la democracia y sus principios frente a la amenaza de la violencia y la guerra. Así solo diez años después de que acabase la guerra mundial se consiguió que Francia y Alemania administrasen juntos sus principales recursos, el carbón y el acero mientras conservaban su identidad francesa y alemana. Y lo hacían de común acuerdo sellando una alianza voluntaria. A nadie se le ocurrió entonces pensar que por que la suscribieran personas que se sentían alemanas o francesas, aquello fuese una broma. Y el futuro demostró que no lo era. Ahora Barroso recordaba sencillamente que para responder a los problemas globales que nos afectan la Unión Europea tiene más sentido que nunca. Y esa es una suma voluntaria de personas que acatan las reglas básicas de la democracia.

 

Por eso cuando se escribe en una constitución «todos los españoles somos iguales ante la ley» se da pie a que sea legalmente posible privar de derechos fundamentales en territorio español a quienes no lo son. No he oído aún al equipo de predicadores habituales del constitucionalismo opinar sobre este evidente etnicismo de la constitución española. Etnicismo que, por cierto estaba expresa y rotundamente eliminado de la definición sobre nacionalidad que aparecía en el mal llamado Plan Ibarretxe que, como no podía ser de otro modo señalaba que ser vasco o español, en Euskadi, era completamente irrelevante a la hora de acceder a los derechos básicos de todo ciudadano, porque unos y otros son, para empezar, seres humanos.

 

Así, que los discursos que se hacen ahora tratando de oponer esta unión voluntaria y de carácter federal entre naciones europeas a los movimientos que existen en Cataluña, Euskadi, Escocia o Flandes para integrarse en esa unión desde esas identidades nacionales es una completa falacia. Por el contrario una unión construida desde el respeto a esas aspiraciones mayoritarias entre los ciudadanos de esas comunidades culturales y sociopolíticas será más sólida que la que los desprecie.

 

Ese es el sentido de la iniciativa institucional que hemos planteado, especialmente en este contexto, frente a unas declaraciones de un portavoz de la Comisión Europea en las que señalaba que si se produce una secesión en un estado miembro el nuevo estado surgido de ese movimiento democrático debería pedir de nuevo el ingreso en la unión europea.

 

Vascos, catalanes, flamencos y escoceses somos europeos. Los tratados europeos no prohiben en ningún sitio que personas que forman parte de un estado miembro, que ya son europeas, puedan democráticamente decidir  que quieren formar un nuevo estado. Tampoco hay ningún precepto legal que diga que el nuevo estado, cuyos ciudadanos ya serían europeos, no sería  miembro de la unión europea y tendría que pedir su ingreso en ella. Es evidente que habría que renegociar aspectos como qué participación correspondería al nuevo estado en el parlamento o en el Consejo. Pero parece absurdo que se exigiese a ciudadanos europeos que se agrupan en un estado democrático y quieren seguir siendo europeos tengan que volver a aprobar el examen para serlo.

 

Lo que si hay es una iniciativa ciudadana, firmada por miles de ciudadanos en toda Europa que propone justo lo contrario de lo que dijo el portavoz de la Comisión Europea. Y de acuerdo con los tratados europeos va a haber que pronunciarse sobre lo que aquí se propone. Es, desde luego, perfectamente legal de acuerdo con los tratados hacer este tipo de propuestas. Y la comisión está obligada a pronunciarse y en su caso explicar porqué no quiere legislar sobre ese tema y rechaza una iniciativa semejante.

 

Por eso esta misma mañana después de solicitar apoyo a otros diputados catalanes que comparten este punto de vista he presentado una pregunta en la que solicito a la Comisión Europea que identifique en qué precepto de los tratados puede apoyarse una expulsión de la UE de las personas que siendo ciudadanas de la UE apuesten expresamente por seguir siéndolo desde una nueva realidad estatal. Izaskun Son las personas y no los estados los titulares de la identidad y la nacionalidad. Por eso en el caso de un proceso de secesión desarrollado democráticamente por ciudadanos europeos estos conservarían tal condición al no existir previsión alguna en sentido contrario en los tratados.

 

el  portavoz de la Comisión Europea que hizo estas declaraciones empezó por reconocer que «no hay disposiciones en el tratado sobre la secesión de una región en el seno de un estado miembro», pero se inclinaba por que el nuevo País surgido de este proceso no pertenecería automáticamente a la Unión Europea. A juicio de este portavoz,  cualquier proceso de secesión «debe desarrollarse de acuerdo con la legislación internacional», lo que le llevaba a concluir que tras una secesión «el nuevo país debe hacerlo de acuerdo con los tratados y disposiciones sobre la adhesión. «Mientras tanto, dijo, esta nueva entidad no es parte de la UE y por ello tiene que pedir la adhesión».

 

por eso me ha parecido oportuno recordar a la Comisión que tal y como afirmó su portavoz, que no hay previsión  alguna en los tratados en torno a la secesión en el seno de un estado miembro por lo que sus declaraciones son una interpretación que se contrapone a doctrinas jurídicas perfectamente asentadas y que opinan todo lo contrario. Entre ellas está la denominada «ampliación interna de la Unión» que como veis en ese enlace ha dado lugar a una iniciativa ciudadana europea sobre la que legalmente si debe pronunciarse la comisión.  La propuesta se basa en  la evidencia de que son las personas y no los estados las titulares del principio de identidad y nacionalidad.  La paradoja podría crecer si los nuevos estados presentasen mejores condiciones económicas para seguir en la Unión que los estados de los que se escinden. 

 

Por ello preguntamos a la Comisión Europea si comparte el principio básico de que son las personas y no los estados los titulares de los derechos de identidad o ciudadanía. Si es así y surgen nuevos estados a consecuencia de procesos democráticos en el seno de la Unión, quiero que la comisión identifique «en qué precepto de los tratados puede apoyarse una expulsión de la UE de las personas que siendo ciudadanas de la UE apuesten expresamente por seguir siéndolo desde una nueva realidad estatal». Finalmente animo a la Comisión europea a que explique cómo piensa afrontar posibles procesos de este tipo si junto a la secesión, la ciudadanía implicada apuesta expresamente por continuar en la UE. En definitiva democracia son las personas las que deciden. Sostener lo contrario es negar principios básicos de la democracia.

 

 

Crónica en el blog sobre intervencion de IBB en un foro destinado al estudio del principio de ampliación interna.

 

Tags: cataluña, Durao Barroso, EAJ, escocia, euskadi, flandes, Independencia, secesión

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