AHORA PROPUESTAS, TRABAJO Y MAS EUROPA

Ya era hora. Por fin el lehendakari se ha decidido y tendremos elecciones el 21 de octubre. La situación era insostenible. Este gobierno se ha caracterizado por una preocupante inacción y por su tozudez en negar la realidad. La convocatoria tiene que ver con eso. Este gobierno comenzó con una debilidad de fondo: una contundente e inesperada derrota electoral del PSOE, y una gran mentira: el pacto con el PP del que renegaba el propio López en campaña y una ayudita exterior: la ley de partidos. Así que la legislatura y su final esta perfectamente a la altura de tan pésimo arranque.

Pero una vez dicho esto, ahora toca otra cosa. Nos toca contrastar proyectos y balances de gestión y plantear propuestas realistas, novedosas e ilusionantes para superar la situación en que vivimos. Y en ese terreno una de nuestras señas de identidad como partido debe ser Europa.

Euskadi tiene que encajar sus señas de identidad económicas y sus peculiares instituciones de autogobierno en el nuevo esquema de gobernanza económica y supervisión financiera de la zona euro. Y eso no solo es perfectamente posible sino deseable y obligatorio si queremos seguir manteniendo nuestra capacidad de autogobierno. De estas cosas no hablan ni hablaran socialistas ni populares salvo para decir a todo que no, como lo han hecho votando contra el Concierto Económico en Europa en cuanto han tenido ocasión. A la autodenominada Izquierda abertzale tampoco se le espera. Están aún en otro estadio: hace veinte años. Por eso en nuestra propuesta de nuevo pacto político este encaje va a ser pieza fundamental.

En Europa saben ya que el federalismo fiscal, que la responsabilidad en el ámbito de los ingresos, en definitiva que sistemas como nuestro concierto económico son una herramienta de primer orden frente al déficit y favorecen la promoción de la economía real. Solo quienes pensaron que podían cargarse el sistema o aplican el “el que venga atrás que arree” pueden observar comportamientos tan imprudentes como el desarrollado por este gobierno en materia de deuda y déficit.

En cuanto a las autonomías de régimen común, el debate que se aventa desde las posiciones más reaccionarias sobre el coste de las autonomías es una completa falsedad. Las comunidades que se financian vía LOFCA tienen obligaciones bien precisas pero dependen, para ejecutarlas, de las transferencias que reciben del estado. Pueden mejorar en eficiencia, eliminar la corrupción, pero los grandes resortes de la política financiera no están en sus manos. Por el contrario, el problema de España es de modelo económico y productivo. Y el único lugar en el que en treinta años se ha cambiado el modelo ha sido en Euskadi. La receta es simple: Trabajo conjunto de una sociedad que creyó en sus posibilidades, herramientas como el concierto y un liderazgo político, el del PNV, que se ha demostrado adecuado.

Estas cosas no gustan. No se oyen. Se ocultan cuidadosamente y han relegado al ostracismo en España el eslogan con el que el actual Gobierno Vasco quiso apropiarse de este patrimonio. Es lo que llaman “modelo Euskadi”. La misma realidad que despreciaban, minusvaloraban y hasta negaban cuando estaban en la oposición.

Por eso tras este trienio negro en lo económico tenemos que volver a acciones, programas, cifras, comportamientos e indicadores de solvencia que nos hagan recuperar el terreno y el crédito perdido en estos tres años y medio. Y en Europa y en otras regiones del mundo tenemos el desafío de ratificar que somos capaces de adaptarnos a las exigencias de la economía global. Ello pasa por volver a recuperar el impulso en materia de I +D + I, poner de nuevo en marcha la red vasca de ciencia y tecnología, seguir apostando por la economía social, recuperar el terreno perdido en formación profesional, poner en orden de nuevo las finanzas de la casa y reordenar el gasto en dos direcciones: garantizar el apoyo a quienes menos tienen y dedicar todo el dinero posible a recuperar la economía productiva.

Cuando hemos seguido ese guión hemos obtenido resultados y compuesto una figura que ha llamado la atención en Europa, que nos ha granjeado reconocimiento y respeto. En esas condiciones, con esas credenciales vamos a encontrar nuestra oportunidad en el espacio europeo. Un ámbito, por cierto, en el que bromas pesadas como la propuesta de reforma electoral con la que simplemente se pretende alterar el censo para negar la realidad social del país o la resistencia del tribunal constitucional para aceptar la doctrina del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos expresada ayer mismo con un fallo sobre la doctrina Parot espero que no tengan cabida en el espacio europeo. Yo ya he preparado estos días las correspondientes preguntas para la comisión europea. Espero que tengan el mismo resultado que las que hice sobre la fusión de los organismos reguladores de los mercados de la energía y las telecomunicaciones. De momento se proyecto se ha quedado en el cajón tras la advertencia de Bruselas.

Category: Blog