DOLOR Y CONDOLENCIAS

Me ha costado mucho escribir este post porque tras los tristes sucesos de Bilbao en los que perdió la vida Iñigo Cabacas me resulta durísimo contrastar el dolor, el luto y la preocupación que me ha producido este asunto con la vida cotidiana y sus preocupaciones. Estos días he estado muy volcada con asuntos pesqueros y relacionados con la agencia de seguridad marítima. Es mi responsabilidad, pero creo obligatorio dejar al menos constancia de mi pésame y condolencias a la familia y amigos del fallecido y expresar mi profundo pesar y consternación por lo ocurrido.  

 

Deseo a los actuales rectores del departamento de Interior suerte y acierto en el esclarecimiento total de estos hechos y espero que se depuren responsabilidades, porque un asunto de esta gravedad no puede cerrarse en falso. Espero humanidad y sensibilidad hacia la familia de esta víctima evidentemente no deseada ni buscada, pero desgraciadamente fallecida de un modo tan violento como evitable. Y eso requiere transparencia total y especialmente hacia los más afectados por este triste suceso.

 

Me gustaría además percibir que el Gobierno Vasco actúa con la máxima diligencia y rapidez porque la situación de cese definitivo de la violencia parece haberle cogido con el pie cambiado.  Pero como no quiero entrar en ningún tipo de crítica que pueda hacer sospechar que pretendo hacer algún tipo de utilización política de este btrágico asuntome limito a desear que se adapten los protocolos de actuación de la Ertzaintza a la nueva situación. Sin duda todos ellos tenían sentido cuando la emboscada mortal era la práctica habitual de los violentos contra los agentes de nuestra policía. Hoy, en una situación completamente diferente a la de hace dos años y no digamos nada a la de hace diez, deberían haberse revisado ya. Creo que conviene también un poco más de prudencia y de templanza, porque no hay sobreactuación buena. Recuerdo los tiempos en los que acusaban a la Ertzaintza de tibieza por «no intervenir» cuando lo que en realidad ocurría era la aplicación estricta del principio que legitima a las autoridades policiales a hacer uso de la fuerza: «La intervención nunca debe producir más daños que los que pretendes evitar». Eso nunca debería olvidarse.

 

También espero que quienes jamás han condenado la sangre y la muerte en otros casos no ensucien la memoria ni traten de utilizar políticamente la muerte de Iñigo. Aquí procede la transparencia, una investigación rigurosa y la aplicación de la ley para adjudicar y depurar las responsabilidades a que haya lugar. No hay otra medicina. Lamento además el perjuicio que este lamentable episodio va a ocasionar a la imagen y buen nombre de la Ertzaintza. Espero que el habitual buen hacer y profesionalidad de sus agentes permita a esta institución superar este bache.

 

Mañana espero que con otro ánimo os contaré los asuntos que os señalaba en torno a la agencia de seguridad marítima y el informe sobre ordenación del mercado de los productos de la acuicultura y de la pesca. Afortunadamente voy recuperando la operatividad porque justo antes de la semana santa me rompí el codo y me ha costado también un poco manejar el teclado con la escayola.

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Comentarios (2)

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  1. Bittor dice:

    kaixo,Izaskun: Nos alegramos de poder leerte a través de este medio,tras larga ausencia.Nos unimos al dolor de los familiares y amigos de Íñigo.Esperamos,también, que intervenciones semejantes de las policías, no vuelvan a repetirse.

  2. txols dice:

    Holaholaholaholaholaholaholahola !!!!!!!!!!!!!! ainssss el codo roto, espero que no tengas un escayolon que necesites una polea para comer…jejejejejeje.
    Pues si Izaskun condolencias principalmente a la familia y amigos. No olvidarnos de la mejor hinchada del mundo mundial que no se merecian semejante actuacion tan violenta y desproporcionada. Que ha fallado ??? pues eso, que se depure hasta el final y con todas las consecuencias y que sea LA ULTIMA VEZ que ocurre una tragedia igual.
    Musus Izaskun

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