PARTICIPACION Y APERTURA, EL RETO DEL PRESENTE

Hoy he comenzado la semana con una inyección de energía positiva. Hemos recibido en el Parlamento Europeo a un grupo de estudiantes de la universidad de Deusto. He visto un grupo de jóvenes con inquietudes, y ganas de informarse de primera mano. Así que hemos tenido un diálogo estimulante sobre todo tipo de cuestiones, aunque lógicamente la crisis y las medidas de ahorro que de ella se derivan, el encaje de las instituciones regionales en Europa o cuestiones más específicas como la reforma de la política agraria común han centrado buena parte de las preguntas. Aquí podéis escuchar a Patricia contándonos qué esperan del viaje que han comenzado hoy.

Cada vez que tengo ocasión de recibir una visita de este tipo me ratifico en la idea de que las personas de todas las edades quieren participar en los asuntos públicos. Y creo que algunas de las dificultades que tienen para hacerlo derivan de las aburridas trifulcas que protagonizamos las y los políticos y de la complejidad que supone identificar quién y dónde está el responsable de una materia determinada y poder interactuar con él mientras un asunto está en proceso de decisión. Hay además algunas otras barreras de carácter técnico, como el metalenguaje jurídico o administrativo en el que se escriben las normas. También creo que se pueden mejorar mucho la estructura de este tipo de textos, para favorecer una comprensión más precisa de los objetivos que se persiguen con una determinada normativa, como pretenden alcanzarse y cómo se va a comprobar que, efectivamente, lo que se decide ha servido para lo que se pretendía hacer.

Hoy hemos estado hablando con el presente, con chicas y chicos que se preparan para un inminente acceso al mundo profesional y que por la naturaleza de sus estudios, básicamente eran estudiantes de derecho, van a ser protagonistas en esa necesaria transformación. Tienen a su favor la familiaridad con unas herramientas, como todas las ventajas que supone Internet, que rompen las barreras de espacio y tiempo que eran tan limitadoras. Por eso todos ellos se han aproximado con curiosidad a este complejo entramado que son las instituciones europeas y han ratificado algo que sabían: muchas de las leyes que se aprueban en Euskadi o en España son trasposiciones de normativa comunitaria. El catálogo de temas cotidianos que se abordan aquí es muy amplio: desde el porcentaje de azúcar que pueden contener los zumos que se venden envasados hasta las tarifas de los sms-s.

Las preguntas han recogido también ecos de cuestiones de actualidad como la corrupción o la posibilidad de reformar instituciones que, a simple vista, parecen inútiles especialmente si se ponen en relación con su coste. Ha salido, por ejemplo, el papel del Senado, muy necesario como representante de la diversidad e intereses territoriales pero muy necesitado de una reforma que lo convierta de verdad en esa cámara territorial que hoy no es.

Esta pregunta me ha recordado la necesidad de insistir en que este tipo de reformas nunca deben acometerse a caballo de la necesidad, sino al abrigo de una reflexión meditada, seria y compartida. Nada de eso es el famoso informe de duplicidades que ha aventado estas semanas el Gobierno vasco que llama la atención por tres cosas. En primer lugar si el informe es el texto que se ha colgado en Irekia, me parece caro y vacuo (300.000 euros por esto claramente excesivo) Milagros García Crespo citó el otro día en la radio trabajos universitarios sobre la materia mucho más serios y solventes, que existen y que son trabajos de investigación financiados con los fondos que se dedican a la universidad. Ese me parece un camino mucho más razonable para hacer esas cosas que recurrir a una consultora.  En segundo lugar por su autismo, pues es un informe realizado por sus autores consigo mismo. Hay una apelación a la no participación de las diputaciones, a las que se consultó recién concluido el proceso electoral que las renovó el pasado mes de mayo y cuando estaban en proceso de constitución. Parecería lógico haber esperado unas semanas y hacer el intento con más seriedad. En tercer lugar coincide demasiado con el discurso político de los autores del encargo como para no percibir que la ausencia de contraste era voluntaria e interesada.

Algo muy distinto ocurre con el artículo que este fin de semana publicó el lehendakari Ibarretxe en el grupo Noticias sobre la situación financiera del Gobierno vasco y su política de promoción económica. La pobrísima respuesta que la contundente argumentación del ex lehendakari ha merecido en los directamente interpelados. Esa es la diferencia entre la política de verdad, la seria, la que interesa a la gente y la que espanta. No se puede descalificar un análisis contundente y solvente como el que contenía ese artículo con una soflama y un par de insultos. Esas actitudes son las que echan a la gente de la política. Aunque bien mirado, a lo mejor es lo que más interesa a quienes incurren en estas conductas. ¡¡¡¡Que mejor que intentar que todos miremos para otro lado y les dejen en paz haciendo sus cosillas!!!!

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