SUKARRIETA Y EL MODELO PNV
El domingo me encantó el acto en el que el presidente del PNV Iñigo Urkullu explicó lo que significa estar en el mundo en el siglo XXI. A un país, en estos tiempos, en el mundo globalizado, la visibilidad se la da su seriedad, su viabilidad económica, su capacidad para aportar con su conocimiento y capacidad productos y servicios de primera calidad y a precio competitivo. Esas cualidades se convierten en una marca que te hace identificable y reconocible en el mundo y desde esa posición das a conocer tu cultura, tu idioma, tu bandera y el resto de las señas de identidad que hace solo unos años parecían ser la base de tu posición en el mundo. Así de claro nos lo contaba ayer Iñigo en Sukarrieta en el aniversario de Sabino Arana.
El nacionalismo económico fue en el siglo pasado sinónimo de autarquía y esa era la enfermedad que casi nos arruina. Gracias a una estrategia completamente equivocada, de un proteccionismo imposible, nuestra industria pesada salió del franquismo herida de muerte. Transformar aquel tejido industrial herrumbroso y en declive en lo que somos hoy fue una tarea titánica en la que se empeñaron vascas y vascos y a la que colaboró decisivamente la estrategia económica, industrial y fiscal desplegada por el PNV en los últimos treinta años. El esfuerzo que no se hizo en otras zonas del estado en las que se aplicó la máxima de que «la mejor política industrial es la que no existe» y en dónde campó por sus respetos la cultura del pelotazo para regocijo de pocos y tribulación de muchos.
Por eso en cualquier indicador en que nos fijemos, Euskadi marcha mejor que la mayor parte de las comunidades españolas, en gasto social, en fracaso escolar, en índice de paro, en productividad, en índice de producción industrial, en creación de empleo, en afiliación a la seguridad social. Esos datos, esos hechos se concentran en una expresión que yo adoptaría como un mantra de cara a los próximos y decisivos meses: «modelo PNV».
Por eso una fecha como la de ayer, en la que celebramos el centenario del fallecimiento de Sabino Arana es especialmente oportuno poner de relieve estas realidades. Hay entre nosotros quién a veces se despierta con complejo por un quítame allá estas ikurriñas o se fija en quién entona con más desenvoltura determinados himnos como si eso le hiciese a uno ser más abertzale. Las personas que militamos en el PNV desde luego debemos estar libres de todos esos complejos. Nuestro fundador es el verdadero ideólogo de la nación vasca y el origen y génesis de todas las organizaciones que dicen aspirar a crear alguna vez una. Pero nosotras y nosotros, hemos ido actualizando constantemente esa idea a los tiempos y comprendiendo que no hay nación sin personas, bienestar y sociedad. Y a construir esas tres cosas hemos dedicado nuestros esfuerzos mientras unos trataban de convencernos de que solo existe una nación, la española y otros mataban personas, quemaban autobuses, amenazaban a la gente y destruían todo lo que se les ponía por delante. Todo lo que los demás íbamos construyendo paso a paso y con enorme esfuerzo. Me alegro de que hayan salido de esa espiral, pero por favor que no pretendan ahora inventar el nacionalismo.
Porque en eso ha estado el PNV desde que nació. Y lo hemos hecho con determinación en circunstancias bien difíciles, dándolo todo. Hemos tenido la suerte de vivir como se ponían en pié algunas instituciones como el parlamento vasco o la ETB que jamás habían existido antes. Hemos visto como se recuperaban otras como el Concierto económico o la Ertzaintza que son tan importantes para nuestro presente y futuro. Y hemos usado esos instrumentos adecuadamente para convertir la ruina que recibimos en el país que somos. Modelo PNV. Es para aprender de lo realizado y aspirar a ser capaces de seguir por esa senda. I’m basque y Made in Euskadi abren ya puertas en el mundo. Y eso ha sido posible gracias a unos objetivos claros, un esfuerzo sostenido, y una estrategia pegada a la realidad. Me quedo con un ejemplo que os invito a leer. Otra vida de rica, intensa, basada más en hechos que en palabras huecas. Os dejo por aquí el episodio que glosaba Iñaki Anasagasti ayer en Deia sobre el papel del lehendakari Leizaola en la fundación de la Universidad vasca. Nada más ni nada menos. ¿Podríais colocar junto a esta historia algo remotamente parecido firmado por la gente de La Ola? Nuestra fuerza esta en seguir siendo fieles a esta forma de hacer.
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