LA ROCA

 

 Los electores  han decidido pasar una vez más de las potentes arengas mediáticas que les aconsejaban otras cosas y han dado la espalda al bipartidismo. Hemos sido el partido más votado porque 323.517 ciudadanos en la CAV y 42411 en Navarra han considerado que el PNV ha realizado una gestión coherente del país en sus años de gobierno. Ese partido recibió del franquismo un país en ruinas y es la opción política que ha sido capaz de pilotar una transformación más positiva y coherente del tejido productivo y la economía en los territorios en los que ha gobernado.  En Euskadi tenemos economía productiva, empresas competitivas e internacionalizadas, potentes grupos cooperativos que nos aportan los valores y la pujanza de la economía social. Esa transformación es una gigantesca apuesta de la sociedad en su conjunto, fruto del trabajo de vascas y vascos y ha sido liderada por el PNV. Y ese recuerdo es lo que nos ha convertido en una roca en la que se ha estrellado la famosa ola de Amaiur. En las municipales apenas les sacamos cuatro mil votos. En estas nos aproximamos a los 40.000 de ventaja. Hemos sido la fuerza más votada además en las dos comunidades del Euskadi peninsular, porque si sumamos los votos recibidos en Navarra por Geroa Bai también superamos a Amaiur por mucho que sus espectaculares resultados gipuzcoanos le otorguen más escaños que a nosotros.

 

Es hora pues de no confundirse. Tenemos un modelo que funciona y que gusta al electorado. El enorme esfuerzo realizado para convertirnos en un país competitivo, con la oposición violenta jaleada por buena parte de lo que hoy es Amaiur, se ve lastrado hoy por la prima de riesgo española que nos obliga a financiarnos a unos precios imposibles. Sabemos además que el PP es responsable de lo que ocurre porque durante el aznarato no fue capaz de aprovechar la bonanza económica de los sectores que potenció, básicamente la construcción, para comenzar a cambiar el signo general de la economía española que sigue siendo muy débil en el terreno productivo. Solo funcionaron el turismo, la construcción y la especulación inmobiliaria y el crecimiento derivado de las dos últimas cuestiones es insostenible. El PSOE, por su parte siguió gastando cuando se pinchó ese globo, como si continuase la situación de vacas gordas. Ese es el origen del déficit que nos asfixia y una de las razones que están detrás de los resultados del domingo. Por eso la ciudadanía ha percibido, pese a la sordina oficial, que hay otro modelo diferente, que funciona y ha decidido apoyarlo.

 

Pero en los resultados hay razones también para la autocrítica. Hay mucha mejora posible que tiene como base creer en nuestro modelo, mantener nuestra oferta y posición, reforzarla con la ilusión de un proyecto emblemático y la imagen de un equipo cohesionado y competente y obrar en consecuencia. En Euskadi muchos que en estas elecciones no han acudido a votar y otros que nos apoyaron en otras ocasiones nos esperan con ese programa. En Alava y Gipuzkoa, particularmente quieren vernos recuperar el tono que nos llevó al gobierno en ambos territorios desde las instituciones forales. Responder a esa demanda exige obrar con muchos menos complejos frente a la derecha española y al radicalismo institucional que comienza a dar sus primeros pasos por las instituciones democráticas. Lo hacen sin demasiados proyectos y con estrepitosos fallos en la gestión de lo cotidiano. Los problemas ni esperan ni se pueden meter en el congelador. Hay que afrontarlos y no vale la indefinición que tan bien han explotado hasta ahora los autodenominados «izquierda abertzale». Decidir es optar y comprometerse y el paso a esa fase de la actividad institucional va a colocar a Bildu, Amaiur, Sortu o como acabe llamándose la organización que represente esa sensibilidad política, ante sus propias contradicciones. Por no hablar del germen de la discordia que supone alojar en su seno a varias escisiones y escindidores que, tarde o temprano volverán a las andadas.

 

La combinación de ese plus de ilusión y afrontar algunos problemas organizativos internos nos coloca en una excelente plataforma de salida para las próximas autonómicas. En ellas va a pesar además el recuerdo del pacto antinatura que sumado a la ley de partidos sirvió a PP y PSOE para apartarnos del gobierno. Los resultados de las elecciones municipales y generales acreditan además que la ciudadanía considera nefastos los resultados que arrojan estos dos años largos de gestión del ejecutivo de Patxi López  que suspende en las urnas como pronostican las encuestas. Hasta las que les hacen los más afines.

 

Por cierto no cabe más que calificar de ridículo el maquillaje que propicio que el CIS pronosticase una victoria en la CAV del partido socialista y un  descalabro del PNV, predicciones que fueron animosamente jaleadas por la prensa afín al actual gobierno con el propósito patente de orientar a los votantes hacia la entente constitucionalista como único mecanismo posible para «frenar la marea independentista».  Esa intención se percibio también en las correcciones de última hora que alguien aconsejo introducir en los resultados del estudio electoral de la lehendakaritza cuando la primera versión ya rulaba por los medios. Nada casualmente estas matizaciones apuntaban hacia la misma línea que el CIS.

 

En resumen: agradecimiento a las y los vascos, ilusión para el futuro y las necesarias dosis de autocrítica para seguir mejorando. Y por supuesto, vuelta al tajo para enfrentar el paro y la crisis que es lo primero que nos exigen las miles de personas que lo están pasando realmente mal en estos tiempos de tribulación.  Hoy andamos con temas de pesca y fiscales. mañana os lo cuento, aunque hemos mandado una nota de prensa y algunas cosas han salido ya por ahí:

http://www.eaj-pnv.eu/noticias/vascos-catalanes-escoceses-flamencos-defienden_28089.html

Tags: Amaiur, elecciones generales 2011, pnv, resultados

Category: Blog