INNOVACION SOCIAL VASCA EN BRUSELAS

Ya podéis perdonar pero esta semana, hasta hoy no he tenido tiempo para escribir nada en el Blog. Está siendo una semana intensa con muchas reuniones sectoriales y además con «minipleno» en el que tenemos un orden del día denso y con grandes temas de los que os hablaré en los próximos días. Para que os hagáis una idea de los temas que andamos trabajando hemos tenido que lidiar desde con la primera opinión del parlamento europeo sobre la reforma de la Política Agraria Común que viene en otoño hasta el paquete de gobernanza financiera.

 

Ayer además tuvimos un acto en la Delegación de Euskadi en Bruselas para dar a conocer aquí el trabajo de algunas de las organizaciones que se están dedicando en casa a la innovación social. Creo que en este ámbito, una vez más llevamos años siendo precursores a nivel Europeo.  Para explicar este esfuerzo para movilizar y poner el talento de todas las personas al servicio de la sociedad en su conjunto, se dieron cita en Bruselas responsables de Eutokia (José Antonio Saenz de Ocariz),  Innobasque (Luis María Ullibarri y Gotozn Bernaola  y Bilbao metrópoli 30 Alfonso Martínez Cearra.  En el vídeo que os pongo aquí podéis escuchar un resumen de lo que nos contaron.

 

 

Creo que en torno a este esfuerzo hay que destacar   tres cosas. En primer lugar el mismo principio de innovación con esa vocación social puede hacer mucho para apostar y apoyar por otros valores en el mundo actual. Este asunto de la innovación social tiene como uno de sus apartados más sugerentes el acercamiento entre el modelo de empresa tradicional y las organizaciones del tercer sector sin afán de lucro y va a dar lugar a otra forma de entender y ejercer la responsabilidad social corporativa. Una buena noticia. En Euskadi además tenemos la suerte de contar con un amplio tejido de pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales son cooperativas. En la mayor parte de ellas si repasamos su historia y sus apuestas, el capital ha sido siempre más un instrumento para poder funcionar que el fin último del proyecto. Y eso, sin duda, ha tenido una enorme influencia en los valores que en su conjunto predominan en nuestro tejido económico. Por eso nuestras empresas fijan mejor el empleo que otras al suelo en que están radicadas. Este impulso a favor de la innovación social  va a profundizar en esa vía.

 

Esto es muy importante siempre pero más ahora. La crisis que vivimos es financiera. Tiene su origen en la usura, en la santificación del capital y el beneficio por vías especulativas. En ese modelo el dinero es el todo y pierde contacto tanto con la economía real como con sus protagonistas: las personas. Y en esas condiciones no hay otro valor que la búsqueda a toda costa del beneficio. El cuello blanco parece santificar los movimientos de algunas palancas que, limpiamente empujadas en un despacho de la City londinense o en el de algún agente de bolsa de Nueva York, dejan sin empleo y sin posibilidad de seguir trabajando a miles de personas en cualquier lugar del mundo. Mientras, en muy poquitas cuentas bancarias poquísima gente gana mucho gracias a las, para él, invisibles tragedias que provoca.

 

La segunda cuestión que quiero destacar es la apuesta de fondo que hay en esta iniciativa por las personas y por el conocimiento existente en la sociedad que se quiere movilizar para que evolucione del estado «existente» al de «disponible» y al final al «operativo» en términos puramente sociales. Ese empeño exige otra forma de liderar, otra ponderación de las capacidades, conocimiento y emociones y nuevas habilidades. Porque una gestión eficiente del conocimiento no se lleva bien con las estructuras piramidales. Y esa exigencia tarde o temprano se va a proyectar no solo sobre las organizaciones privadas sino sobre la sociedad en su conjunto.

Por eso llevo años hablando de innovar en política, (este video está grabado en 2008) de favorecer este gran cambio (esto si es un cambio de verdad) no solo en la actitud de las y los que nos dedicamos en la política sino también en una ciudadanía que de indignada debe pasar a ser comprometida y sentirse corresponsable de muchas cosas si permite que las decisiones se tomen sin el nivel de implicación ahora posible y en el futuro imprescindible.

 

El futuro está en las personas. Las ventajas competitivas de nuestro tejido productivo de hoy se explican por la apuesta que se hizo hace décadas ya, cuando nadie hablaba de eso, por el capital humano, nuestra única riqueza como país. Ahora estamos subiendo otro peldaño crítico para nuestro progreso social y por lo tanto colectivo. Hay que afrontar este paso con la misma decisión que dimos el de ayer.

 

La tercera es, una vez más, y diréis: «que pesada»! el orgullo de país. He podido comprobar que en esta materia estamos a la última, que andamos ya haciendo en terrenos en los que muchos piensan o dicen. Y esa es otra de nuestras ventajas competitivas. Somos un poco tribales en nuestra pequeña Euskadi y tendemos a atomizar los esfuerzos, pero estamos llenos de conocimiento, energía y determinación. Esas características nos hacen visibles y reconocibles en el mundo.

 

Para terminar ya os he dicho que el evento lo había organizado la delegación de Euskadi en Bruselas cuya responsable Marta Marín tuvo que lidiar con un día en el que la agenda política de la capital de Europa era ciertamente intensa. El acto sobre Innovación Social en Euskadi se enfrentaba, nada menos, que con la víspera de un Consejo Europeo y con la sesión plenaria del Parlamento Europeo que se inició ayer por la tarde en Bruselas y salió bastante bien parado, porque hubo representación de la Comisión europea en el edificio de la Rue des Deux Eglises y algo que me llamó la atención: Un porcentaje importante de los asistentes tenía menos de 30 años.

 

 

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