EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX (CREO QUE FALTA HARPO)

Esta mañana, ante el cisco que se está armando tras la designación de Donostia como capital europea de la cultura para 2016 he decidido animar a la comisión a que defienda el trabajo que han hecho sus técnicos y a que ratifique esa decisión.  Que poco espíritu democrático, que poco cuajo y que falta total de fundamento están demostrando algunos!!!.  Peor para ellos, porque por los pasillos de las instituciones europeas empiezan a tomarse a chanza las críticas de estos «sesudos» personajes y consideran que sus actitudes rozan el ridículo. Y con otro efecto derivado: Recordaréis que ya he dicho en varias ocasiones en el pleno que los excesos de las políticas del «todo es ETA» que se han aplicado en España gracias a la colaboración de PP y PSOE habían producido verdaderos atropellos democráticos. Esta semana los miembros de la Comisión Europea que integran el jurado han tenido ocasión de comprobar hasta qué punto es cierto lo que denunciaba. Les han llamado desde tontos hasta filoetarras. Y tras varios fallos seguidos de los tribunales europeos contra «sentencias» de algunos tribunales españoles que eran auténticas aberraciones jurídicas y episodios como el vivido esta semana empiezan a creerse que efectivamente, en España, hay demasiada gente con unos conceptos realmente estrechos de lo que es la democracia.

En efecto, si el señor Juan Alberto Belloch, o la ilustrísima ministra de agricultura y ex alcaldesa de Córdoba Doña Rosa Aguilar hubiesen dedicado un minuto a leerse cómo se juzgan las candidaturas que se presentan a este certamen sabrían que los criterios para adjudicar la candidatura son tasados y conocidos y que no hay espacio para la arbitrariedad y la frivolidad. De paso leyendo las bases hubiesen podido contribuir a mejorar las candidaturas de Córdoba o Zaragoza que estaban muy por debajo, al decir de las personas que han «estado en el ajo», de la que presentó Donostia. Tan es así que Córdoba por ejemplo, cuyos mandatarios habían vendido que era la favorita no tenía ninguna oportunidad el día en que se produjo la votación. Burgos o Segovia, las dos ciudades con muy buenos proyectos estaban muy por delante de la ciudad andaluza.

Por eso esta mañana he presentado una pregunta para que la Comisión certifique que los técnicos de este organismo han  actuado con criterios objetivos al tomar esta decisión y para que ratifique que la candidatura de la ciudad vasca es la mejor de las presentadas en España para aspirar a esta designación. Finalmente he pedido que la Comisión defienda la honorabilidad y capacidad de sus técnicos ante las críticas injustificadas e injustificables que han recibido.

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Ya os he contado en entradas anteriores que la defensa la capitalidad cultural para Donostia fue una parte de nuestro programa electoral y en ello voy a seguir. No me sorprenden mucho algunas de las reaciones escuchadas porque representantes de PP y PSOE ya boicotearon en 2010 una visita a Donostia de la Comisión de Cultura del Parlamento Europeo que había acordado conocer la ciudad. Ninguno de los dos partidos, en lógica coherencia con el cordón sanitario que tenían establecido sobre Euskadi mientras fue «territorio rebelde», querían que se supiese como somos y que hacemos allí. Ahora gracias al «cambio» vivimos una proliferación de suplementos, reportajes, etc. que cantan las glorias y bondades de Euskadi. Pero sus redactores llegan a veces a rozar el ridículo. El otro día, sin ir más lejos, leí en el suplemento de un gran periódico que en Euskadi hay la mitad de pero que en España, un sector productivo real, políticas de innovación, etc. (ahora se enteran) No le quedaba otro remedio al periodista que reconocer que todo aquello era fruto de una apuesta política de largo plazo sustentada por las instituciones autonómicas. Pero caía en el ridículo de poner a hablar sobre ello al actual ministro de la presidencia. Ni rastro (bueno, si, unas breves declaraciones de Iñaki Azkuna) de las opiniones de los líderes políticos y el partido que ha liderado el país en los últimos treinta años.

Así ven Euskadi, así la tratan y así les va. Las críticas recibidas por los miembros del tribunal que ha tomado la decisión son una manera simple y un poco cutre de curarse de la frustración de los perdedores y un recurso fácil para que los alcaldes de las ciudades que no han sido designadas justifiquen el fracaso ante sus vecinos.

Y es que, ya lo dice Sabina, «el problema vasco, es muy complicao!». Y por eso mismo sirve para un roto como para un descosido. Todos los que se han apuntado a este carro, desde políticos a medios, han ocultado a sus vecinos y a sus oyentes, telespectadores o lectores que  los miembros del tribunal  han valorado la estructura, calidad y originalidad de los proyectos; su capacidad para generar economía y desarrollo; el marco físico y el catálogo de eventos y manifestaciones culturales capaces de atraer y fidelizar visitantes; el grado de apoyo social e institucional; la implicación ciudadana en la puesta en marcha y desarrollo de la misma. Todos ellos son parámetros concretos, objetivos y conocidos.

También se han olvidado de contar que el proyecto presentado por Donostia es el mismo en el que trabajo el equipo de Odón Elorza durante casi cuatro años hasta conseguir la designación. Después de lo ocurrido ya sabemos que algunos que se llaman «demócratas» creen que hay dos clases de cambio. Esta el «cambio bueno». En esa versión, ellas y ellos quitan del gobierno a otros, aunque sea con alguna ayudita no precisamente proveniente de los apoyos populares. Pero, también existe el «cambio malo» el que se produce cuando la ciudadanía dice «nones» a componendas como la comentada anteriormente y les licencia a ellas y ellos con deshonor de las responsabilidades de Gobierno. Y prefieren olvidarse de que quienes les ganan las elecciones son igual de legales que ellos pero suman más apoyo ciudadano. Cuando se produce un cambio «malo» se puede echar por la borda años de trabajo de un equipo técnico, un proyecto que ha demostrado ser el mejor, la implicación de decenas de miles de ciudadanos, etc.   

No quiero terminar esta crónica sin otra reflexión. A algunos dirigentes de la izquierda abertzale creo que este tipo de cosas les van a enseñar a valorar lo que han hecho y aguantado otros y otras durante muchos años. Cuando estaba el PNV en las instituciones las facturas políticas de este tipo generadas por la violencia las pagábamos las instituciones y todos los ciudadanos.  A escote. Además del horror de la violencia, de las víctimas, de los muertos y heridos, del odio, del miedo, de la persecución, vascas y vascos estábamos castigados, como país, como colectividad y sus legítimas instituciones recibían peor trato que el que se ha ofrecido ahora a Donostia. Porque esta vez nadie se ha encargado de torcer el rumbo de las cosas. Otras muchas veces todo el peso de la diplomacia española se dedicaba a impedir a un lehendakari acceder a los máximos mandatarios europeos, acusarle de proetarra ante todo tipo de instituciones internacionales, puentear operaciones de cooperación con otros países en aspectos básicos para nuestro desarrollo económico, impedir entrevistas, limitar contactos, asaltar nuestras instituciones con fallos tan arbitrarios como el que afecto al Parlamento Vasco, etc. Etc. Etc. Esperemos que alguna vez asuman que esa ha sido una de sus grandes aportaciones a este país durante los últimos treinta años.

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