157.000 RAZONES PARA DAR LO MEJOR

Os comentaba el otro día que tras mi viaje a Colombia volví a un país convulsionado por tres noticias: las cifras del paro, la ilegalización de Bildu y la ejecución de Bin Laden. Desde luego el sainete que se han traído con lo de Bildu, además de ser un ataque radical a principios básicos de la democracia se está utilizando en esta campaña como una cortina de humo para no hablar de lo otro, del paro que es la primera preocupación  de la gente. 157.000 vascas y vascos están en paro. Solventar su situación es la primera prioridad. Estar integrado en el mercado laboral es, para empezar cobrar a fin de mes y tener la posibilidad de desarrollar una vida autónoma. Pero es además un elemento básico para mantener la autoestima, para sentirse útil, para desarrollar una vida profesional a la que aportamos como personas conocimiento, capacidad y muchas veces entusiasmo. Por eso quedarse sin trabajo es para empezar quedarse sin recursos, pero además un golpe brutal para el proyecto vital de cualquiera. Cada historia tiene nombre y dos apellidos, circunstancias, compromisos, proyectos a los que hay que renunciar…Nada hay pues más importante que resolver este problema. Por eso comienzo a saldar las deudas que tenía pendientes con una reflexión sobre el paro y las políticas que deben aplicarse para acabar con él.

 

Una de las frases más manidas, de los tópicos más usuales cuando se escuchan conversaciones sobre política es la frase: “todos los políticos sois iguales”, algo rigurosamente incierto si atendemos a los datos que resumen el resultado de la gestión de unos y otros. La evolución del empleo es una de esas cifras. En España la media de personas en paro supera ya el 20% lo que significa que más de 4.600.000 personas se encuentran en situación de desempleo. 1.800.000 personas son “parados de larga duración” y en muchos hogares ya no hay una sola persona que aporte ingresos a la unidad familiar. En Euskadi en cambio, tenemos exactamente la mitad de índice de paro que en el Estado Español. Y eso pese a la parálisis del actual Gobierno Vasco que ni tiene planes propios para abordar este problema ni considera las propuestas que le hacemos los demás. Estoy segura de que con otro gobierno en Lakua las cosas serían muy diferentes. Porque la historia así lo acredita y porque los resultados de hoy son fruto del trabajo de fondo de treinta años durante los cuales se ha transformado el tejido económico del país.

 

Dónde están las diferencias? En España hay más paro que en Euskadi porque los sucesivos gobiernos estatales no han sido capaces de ir generando un tejido productivo digno de tal nombre. Las políticas cortoplacistas, las apuestas por el monocultivo del turismo y la construcción, la especulación, han sido las características principales del devenir económico en España en los últimos treinta años, desde que el fin  de la dictadura y la progresiva incorporación de España a los organismos internacionales desvaneciera la quimera franquista de la autarquía. El país tras el desarrollismo de los sesenta entraba más que en crisis, en barrena. Las infraestructuras eran malas y no existía ni se produjo después, apuesta coherente alguna por un desarrollo sostenible más allá del fácil recurso a los resorts para acoger turismo barato.

 

Se insistía así en una trayectoria histórica que explica tanto el fracaso de la economía Española en el concierto mundial, cuando en los siglos XVI y XVII tuvo la ocasión de convertirse en una primera potencia como su actual situación de liderazgo en los índices de paro de la eurozona. Una circunstancia, por cierto, inseparable de la debilidad del proyecto de España como estado moderno que ha caracterizado su devenir desde que se aprobó  la constitución de Cádiz en 1812.

 

En efecto la estructura del gasto público en el reino de España desde el llamado «Siglo de oro» desvela que las elementales apuestas que deberían haber cimentado la consolidación de esa posición hegemónica no se produjeron. La debilidad de las infraestructuras españolas, de su sistema educativo, en particular de la educación superior y el nulo prestigio del emprendimiento son fruto de la mentalidad del nuevo rico que asoló la península tras el descubrimiento de América y que tiene su exponente en dos de los mitos culturales y sociales de la época el pícaro y el hidalgo improductivo.

 

En Euskadi no ocurrió lo mismo gracias a la autonomía vinculada al sistema foral, a la tradición metalúrgica de la era preindustrial, al gusto por el emprendimiento, al particular funcionamiento del derecho de sucesión  y al buen funcionamiento de instituciones como la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País que consolidaron la cultura del trabajo y la formación profesional que estaba en los genes colectivos de los territorios vascos.

 

 Esos factores se conjugaron con la aparición de mineral de hierro en las orillas del Nervión y pusieron las bases de lo que somos. En Euskadi vivimos también el declive de la autarquía y los efectos de la desinversión que sufrieron especialmente Bizkaia y Gipuzkoa durante la dictadura pero supimos sobreponernos a las circunstancias. Cuando comenzamos a gobernar y especialmente cuando recuperamos el concierto económico en 1981 se desarrolló en Euskadi una política de apoyo a la economía productiva que ha dado sus frutos. Fue una apuesta de largo plazo que pasó tanto por apoyar el emprendimiento, la innovación, la diversificación y la internacionalización y apostar por las empresas con proyecto como por un desarrollo vigoroso de las infraestructuras y una apuesta por la educación que ha llevado al sistema educativo vasco a obtener los mejores resultados del estado en los informes PISA. Todavía me acuerdo de los famosos «3 erres» o de lo que tuvimos que soportar por invertir en  una red de ciencia y tecnología que no tiene parangón en el Estado.  Fue una apuesta de toda la sociedad liderada por el Partido Nacionalista Vasco y nos ha permitido llegar a estos tiempos de tribulación con menos de la mitad del paro que España.

 

Esa es la diferencia, palpable y constatable. Mientras en España escuchábamos que la mejor política industrial es la que no existe aquí desarrollábamos un estilo de trabajo conjunto público privado en el que las instituciones tenía claro su papel: acompañar, limar obstáculos, generar condiciones. Mientras en algunas zonas del estado se vivía la borrachera del ladrillo aquí se levantaban parques tecnológicos y se apostaba por la formación profesional. Ha habido proyecto, se ha ejecutado y ha funcionado bien.

 

Eso es lo que ahora echamos de menos con este gobierno formado por dos partidos antagónicos que no se ponen de acuerdo ni cómo decir “buenos días” y que, en consecuencia, ni están en condiciones de plantear un proyecto coherente ni mucho menos de ejercer ningún tipo de liderazgo. Por eso el paro, aunque menor que en el estado, crece sin que se perciban más medidas o planteamientos para frenarlo que los que se hacen desde la oposición.

 

Por eso todos los políticos no son iguales. No tienen los mismos resultados, las mismas actitudes ni las mismas recetas ante los problemas. Y tampoco el mismo grado de implicación ni los mismos proyectos. En eso hay que fijarse cuando se vota. Hay que elegir entre la incertidumbre de un proyecto nacido para superar una coyuntura sin ninguna cohesión interna, el fracaso del pacto PP-PSOE o los resultados que acreditan 30 años de trabajo bien hecho y el empe o de dar lo mejor, el lema de nuestra campa a electoral. Si se nos mide por los resultados no tengo duda de que ganaremos posiciones el 22 de mayo.

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Comentarios (4)

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  1. manuel dice:

    Y es que a veces te preguntas: ¿ Qué me deparará el futuro? ¿ Conseguiré encontrar trabajo? ¿ Podré llevar a cabo mis planes de futuro?.

    Saludos.

  2. Joserra dice:

    Pues si se ponen de acuerdo,en pasar a todas nuestra instituciones y cultura a un perfil bajo. Euskera, Ertzaintza, Enseñanza, etc., en ese proyecto si estan implicados.
    El estado aposto por meter todos los huevos en la cesta de ladrillo y la cesta ya ha caido. ¡A ver como salimos de esta!

  3. Bittor dice:

    Kaixo,Izaskun: Excelente modelo de clase magistral. Pero ¿qué le decimos a ese/esa joven,excelentemente formada/o, pero que vive a cuenta de sus padres, que perdió su autoestima, que no cree en una clase política que no cumple lo que promete,que hace pactos antinatura que desorientan el voto? Los jóvenes esperan comprobar que todos los políticos » no son iguales «.Os quieren ver coherentes, dialogantes, próximos, trabajadores ,portadores de soluciones técnicas e inmediatas para estos momentos críticos…Segi aurrera…

  4. Autor dice:

    Que se acerquen, que nos expongan su visión, sus ideas, sus aportaciones, que recuperen la autoestima y que aprovechen las oportunidades. Son lo mejor que tenemos. En Euskadi no hay apenas materias primas, pero tenemos las mejores personas, preparadas, emprendedoras. Hemos salido adelante y volveremos a hacerlo.

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