APRENDIENDO DE CATALUÑA

Tras unos cuantos días de silencio vuelvo para dejaros por aquí un testimonio excepcional. Hoy hemos tenido el honor de recibir en el Parlamento Europeo al nuevo y flamante presidente de la Generalitat Artur Mas. Este político de raza ha tenido que ganar tres elecciones, la última con una enorme ventaja sobre su inmediato perseguidor para poder devolver el gobierno de la generalitat a Convergencia i Unió que es la opción preferida por los catalanes para liderar aquel país.

Nos recomienda trabajo, proximidad, proyectos e ilusión. Eso lo tenemos Y con eso es con lo que debemos enfrentar la situación que nos ha tocado vivir. No entremos en la descalificación ni en el regate corto. Sigamos, como hasta hoy, oponiendo a este desgobierno de hoy la certeza de que hemos sabido y sabemos hacer, de que tenemos un proyecto sólido para sacar de nuevo adelante el país y de que esas virtudes son conocidas y valoradas por la gente. Pero también olvidemos la soberbia y recordemos siempre que en la proximidad, en mantener vivo ese hilo caliente con la sociedad a la que pertenecemos es el primer ingrediente para hacer las cosas bien.

 

Más ha vivido durante ocho años una situación terrible. Siempre que se ha presentado a las elecciones las ha ganado, pero ha tenido que esperar ocho años para acceder al gobierno. Allí la cosa siempre resultó más apañada porque no hubo que anular más de cien mil  votos de una candidatura para que saliesen los números y poder alcanzar el «cambio». Bastó con que tres partidos, los socialistas catalanes, que comparecieron a las elecciones aquella primera vez con el apellido de «ciudadanos por el cambio» (vamos que aldaketa era un deja vu), los independentistas de Eskerra e «Iniciativa por Cataluña» se pusieran de acuerdo para sacar a Convergencia del Govern. Como en nuestro caso, eso es lo único que tenían claro.

 

Cuatro años después el veredicto ciudadano fue ya contundente, pero ninguno de los tres partidos quiso escucharlo. A los ocho años ha sido definitivo. Los tres, a los que no se recuerda iniciativa propia de calado más profunda que esgrimir ante la gente la cabeza de Pujol como un trofeo de caza, han resultado molturados por los electores.

 

Nosotros vivimos una situación aún peor. Estamos «gobernados» por el gobierno de las promesas incumplidas, como denuncia hoy mismo Iñigo Urkullu en su blog. Un ejecutivo «socialista» en minoría que comenzó incumpliendo la primera premisa, no pactar con su actual socio y vive prisionero de él. El PP es además feroz competencia. Tiene comportamiento de enemigo en todas partes. Ambos partidos, el PP y el PSOE tienen modelos antitéticos en el ámbito de la economía. No alcanzan, por lo tanto acuerdo serio alguno en la puesta en marcha de programas para enfrentar la crisis. Por ello este gobierno está resultando irrelevante en ese campo y ve como se disparan como nunca las cifras de paro. Además de sigue incrementando la deuda, hay un evidente y palpable deterioro de servicios públicos básicos. Les hemos visto también cruzarse de brazos cuando algunos especuladores financieros amenazan la estabilidad de las más importantes empresas del país o impedir un proceso de fusión de entidades financieras que estimulan en toda España y solo impiden en Euskadi y Cataluña.  Es claro que alguna especificidad nos reconocen aunque sea a nivel subconsciente.

 

Tampoco coinciden en absoluto en el enfoque que debe darse al proceso del final de la violencia. Por esa razón protagonizan también divertidos sainetes. Basagoiti les dice cada día lo que está bien y lo que está mal, les suspende en gestión y les marca la tarea para el día siguiente. Siempre son instrucciones de calado, sugeridas con enorme finura y discreción, por ejemplo «no sacar a los etarras de Sortu en la ETB». Y lo hacen!!!!  

 

Por eso la acción de gobierno resulta imposible. Por eso no se cumplen los calendarios legislativos. Por eso no hay propuesta ni iniciativa alguna y por eso el cambio se ha quedado en regresión. Y la gente lo sabe y lo valora por más que la propaganda intente edulcorar el balance de este auténtico bienio negro en el ámbito de la gestión pública en Euskadi. Y es que los apoyos mediáticos de este gobierno lo tiene, muchas veces, muy difícil. Qué hacer, por ejemplo, cuando nombran al inefable Juaristi para promover el euskera, una decisión muy meditada y pensada según la consejera de Cultura? Porque este divertido personaje revela días después que la lengua vasca le importa una higa y está allí para chinchar.

 

También existe una tendencia generalizada a cuestionar el pasado, hasta las iniciativas que objetivamente han sido más positivas para el país. El paradigma de esta extraña conducta es la actitud que observan, por ejemplo con el Guggenheim, que contrasta con la reiterada elección de su egregia sede para albergar numerosos festejos organizados por el mismo gobierno que denigra el museo.

 

Finalmente los «líderes del gobierno abierto» se dedican a limpiar de las fotos institucionales a los adversarios políticos o consideran que revelaciones como las que hemos leído estos días sobre el caso Urtxuegia son chismorreos para tapar escándalos que afectan al PNV, actitud que contrasta fuertemente con lo que hicimos nosotros con las personas relacionadas con el caso Miñano.  

 

Conclusión. Todo esto lo han vivido en Cataluña, todo esto provoca unos efectos devastadores en términos de retroceso económico y social en el país que lo padece y  todo esto lo saben y lo sufren ciudadanas y ciudadanos. Por eso lo resuelven las urnas. En Cataluña ocurrió además para sonrojo y disgusto de los propagandistas de lo imposible, que también los había. Y aquí ocurrirá lo mismo como se adivina en los sondeos cada vez que preguntan.  .

 

Explico para terminar, el problema de estos días. Sencillamente no he tenido tiempo. He vivido un terremoto que me ha llevado sucesivamente de Bruselas a Donostia e Iparralde, Barcelona, Copenhage y finalmente Bruselas en apenas una semana. Cuando ya comenzaba a respirar, porque volví ayer aquí estoy levantando el campo, porque el viernes tengo charla en Portugalete, es decir, mañana. La semana que viene toca Estrasburgo, aunque pasando por Valencia, en dónde el lunes tengo que intervenir en unas jornadas a las que me ha invitado la asociación de víctimas de las cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Pero prometo que este fin de semana me pongo al día. Os contaré la fiesta que organizó la diputación de Bizkaia en Bruselas la semana pasada. Colocaré aquí también una entrevista que le hice a Odón Elorza el día que presentó en Bruselas la exposición «Olas de energía» a favor de la candidatura de Donostia a capital cultural en 2016 que apoyamos fervientemente. Finalmente el lunes espero contaros lo que pase en Valencia en un  acto que se dedica a las mujeres víctimas del terrorismo. Ese día espero llegar por la noche a Estrasburgo.

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