TESTIMONIOS PARA RECORDAR EN DIAS DE BUENAS NOTICIAS

 Estos días abundan las noticias y de gran calado. En concreto este fin  de semana estamos viviendo el monotema de los nuevos estatutos de la izquierda abertzale. Es un tema importante porque parece que vivimos el final de la violencia. Son buenos síntomas que tengamos noticias documentales de ETA y no atentados, aunque quepa exigirles más. Pero son excelentes noticias los desmarques claros de las actividades violentas por parte de cualquiera que quiera competir en el juego electoral. Si se produce, como parece que ha ocurrido ayer por la mañana, estaremos ante un hecho de calado, algo que esta tendencia política debería haber hecho hace treinta años. Nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento. El desmarque entre Sin Feinn e IRA fue en Irlanda básico para el final de la violencia. Por eso la primera noticia de un día como hoy es que vamos alejándonos un poco más de la angustia que supone sentirse y vivir amenazado y eso es lo más importante. Muchas personas están hoy más cerca de ayer de una total libertad.  Por aquí os dejo sendas entrevistas que me hicieron ayer en EITB y el miércoles en el Diario vasco y que se ha publicado ayer. En ambas me preguntaron sobre cómo ven en Europa todos estos movimientos.  

 

Sin duda por falta de espacio en la del periódico no han podido incluir respuestas a preguntas que también me hicieron, como los trabajos que venimos realizando ya para que haya una versión vasca del programa PEACE, una carta europea de víctimas y para que en Europa vayan tomando nota de que, efectivamente, algo serio y de calado se mueve en ese mundo. A vosotros aquí ya os lo he contado, así que me basta con  recordaros, por ejemplo, la entrevista que mantuvo Iñigo Urkullu con la comisaria Malmström. También os dejo por aquí la posición oficial de EAJ-PNV a la presentación del nuevo partido.

 

De lo que ocurra con esta nueva formación dependen los derechos políticos de más de cien mil ciudadanas y ciudadanos que no han podido ver reflejado el sentido de su voto en la conformación de algunas instituciones. Esta ausencia ha tenido importantes repercusiones para toda la ciudadanía. Miguel Sanz dijo una vez que en Euskadi se ha producido un cambio de gobierno que es fruto de una decisión judicial, no de una modificación de la sociología política del País ni de un clamor ciudadano. Ni quito ni añado nada a una sentencia tan significativa como la del presidente navarro a la que se refirió el lehendakari Ibarretxe en un artículo que escribió ahora hace casi un año. Creo que merece la pena releerlo hoy.

 

Sin embargo quiero hablaros, estoy obligada a hablaros de otra cosa. Porque estos felices acontecimientos han impedido que tenga la visibilidad que merece otro tema que debería hacernos también pensar. Estas dos semanas se juzga a los dos piratas detenidos en Somalia en relación con el secuestro del buque Alakrana. Los tripulantes vascos de este barco han ofrecido su testimonio sobre los días que pasaron secuestrados en el Índico. De sus testimonios se deducen al menos dos cosas: que quienes les secuestraron pertenecían a una organización con ramificaciones de calado en el continente y que los autores del secuestro operaron con una gran crueldad, sin miramiento alguno y dando muestras de conocer perfectamente las claves de su “oficio”.

 

Creo que es importante resaltar estas dos cuestiones porque están en relación directa con el sufrimiento, dolor y miedo que produjeron en los secuestrados y sus familias. Sin embargo todo este colectivo no ha podido acogerse a las ayudas y protección y reconocimiento social y político que si se ofrece a las víctimas de delitos similares perpetrados en Europa por organizaciones que nos resultan tristemente más conocidas.

 

Los tripulantes del Alakrana vivieron un auténtico infierno del que se han conocido pasajes estremecedores durante el juicio. Personas golpeadas, sometidas a un tratamiento destinado a destruir su dignidad como personas, y generar el máximo nivel de presión y miedo, amenazas…Pensad qué tiene que ser, para estas personas, volver al lugar en que se produjeron los hechos. Especialmente porque se sabe que las organizaciones autoras de estos secuestros permanecen en la zona y siguen actuando.

 

Por eso hay que tomar conciencia de todo lo qué debemos intentar desde aquí para ayudarles. En primer lugar hay que seguir insistiendo en la cobertura que ofrece a estos buques la operación Atalanta que ha demostrado en estos meses todas sus carencias. En las últimas alarmas ningún recurso de este gigantesco operativo ha auxiliado directamente a los barcos en peligro. Y eso lo saben ya los piratas que operan en la zona.

 

En segundo lugar  hay que insistir en que, precisamente por ello los tripulantes de las flotas que pescan o navegan en el Índico han sido y siguen siendo objetivos de estas organizaciones criminales y en consecuencia son víctimas de un fenómeno delictivo que se dirige contra actuaciones que ampara la propia la unión europea. Por eso y más tras escuchar estos testimonios me he empeñado y voy a insistir en la idea, en incluir a estas personas en la carta europea de atención a las víctimas del delito. Es una cuestión de justicia en la que  voy a seguir empeñándome en los próximos meses.

 

También resulta obligatorio combatir dialécticamente algunos discursos objetivamente injustos para con el trabajo y el riesgo que asumen los tripulantes y armadores de estos barcos. Nuestra flota pesca allí al amparo de un acuerdo pesquero en el que la Unión Europea invierte muchos millones de euros. Este dinero y la actividad que propicia ayudan objetivamente al desarrollo de los países ribereños. Los barcos además deben cumplir estrictas normas de respeto al medio y a las especies que pescan para proteger los caladeros y hacer sostenible esta práctica. Por eso no se pueden admitir los discursos que sugieren que la flota europea desarrolla en el Índico alguna clase de espolio, discurso que coincide con las justificaciones “políticas” que utilizan las organizaciones piráticas para legitimarse.   

 

 Si habéis leído el currículo que publico en este blog os habréis fijado que repito varias veces que una de las guías de mi existencia y de mi trabajo es no olvidar de dónde vengo. A veces por lo que oigo me parece que  una parte importante de esta sociedad parece haber olvidado que hay un sector que se llama “primario” porque es el que satisface nuestras necesidades básicas. Ha olvidado también que el modo de vida de sus empresarios y trabajadores afronta riesgos naturales que no percibimos en las calles de la ciudad.   Además ahora se suman otros problemas que no deberíamos minimizar, como los ataques piratas. Por eso siempre que abro una lata de conserva me pregunto si en el precio que pago estarán adecuadamente retribuidas tantas incertidumbres. Así que no dudo: siempre elijo conservas realizadas con materia prima pescada con técnicas sostenibles, transformada con todas las garantías sanitarias y técnicas y elaborada por personas con todos sus derechos laborales y sociales en vigor. Es un poco más caro que otras ofertas, pero optar por ahorrarse cincuenta céntimos es una amenaza para mantener en vigor todas esas cualidades de las producciones europeas. Por aquí os dejo el balance que hice un año después del secuestro. Lo que os comento aquí es una consecuencia del trabajo que venimos desarrollando en estos meses para  mejorar la situación en que viven estas personas.

Tags: Alakrana, Audiencia nacional, Azpimarratu, ibarretxe, Iñigo Urkullu, Miguel Sanz, PEACE, Proceso de paz en Euskadi, secuestro

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