APORTANDO EN EUROPA PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA DE GENERO

Hoy me ha alegrado poder recordar a Cristina la última víctima vasca de la violencia de género aportando ideas y propuestas al debate europeo sobre la materia. Hoy se cerraba el plazo para presentar enmiendas a la directiva sobre las líneas generales de una nueva política europea contra la violencia de género. Este texto va a definir el marco en el que se van a mover las futuras legislaciones que vayan elaborando sobre este tema los estados miembros.

Mis aportaciones se han basado en los contenidos de la ley sobre igualdad de género que aprobó el parlamento vasco en 2005. Leyendo la propuesta original que acabo de enmendar y el texto de nuestra ley puedo certificar que, al menos en lo que a legislación se refiere, Euskadi es una referencia para buena parte de los estados miembro.

En concreto he querido en primer lugar que en las líneas generales de lo que va a ser la lucgha contra la violencia sexista se incluya una definición europea de lo que es y significa este tipo de delito. he utilizado para ello la exprsión literal que contiene el texto de nuestra ley: » cualquier acto violento por razón de sexo que resulte o puede producir daño físico, sexual o psicológico o en el sufrimiento de la mujer. Esta definición incluye también las amenazas, la coacción o privación arbitraria de libertad que se produzcan en la vida pública o privada».

Además he tratado de mejorar el catálogo de los derechos mínimos a los que debe poder acceder cualquier víctima de actos de violencia contra las mujeres. Las víctimas vascas tienen reconocida la gratuidad de la asistencia jurídica y psicológica y también está regulado el derecho a disponer de unos pisos de acogida para que las mujeres puedan vivir si deben abandonar su domicilio. Para facilitar su autonomía económica y futura inserción laboral la Ley vasca establece la necesidad de habilitar una renta básica que tampoco figuraba en el proyecto europeo.

He hecho además hincapié en la mejora del aparato estadístico de observación de este problema a nivel europeo añadiendo al texto original dos aportaciones: la primera que se incorpore a los datos a recoger el número de niños y niñas que también son agredidos o incluso asesinados en estos episodios de violencia familiar y que se recoja de algún modo la problemática de los y las hijas que quedan desamparados cuando se ven afectados por alguna tragedia de este tipo. En las enmiendas abogo también porque se creen institutos de la mujer en todos aquellos paises en los que aún no existen y que sean estos órganos los en cargados de elaborar los estudios de evaluación sobre las medidas que se adopten para combatir esta lacra.

Me ha parecido importante también completar todo el apartado que se refiere al trabajo de las fuerzas de seguridad y en general los servicios asistenciales que trabajan en torno a esta problemática. En la ley vasca se incorpora la obligación de realizar un diagnóstico sobre las necesidades de formación de los profesionales implicados en las intervenciones en casos de violencia contra las mujeres y plantear programas de reciclaje adaptados a las necesidades de las y los distintos profesionales. 

Ya os contaré la suerte que corren estas enmiendas. En todo caso trabajar en este campo me ha permitido comprobar, una vez más, la visión con la que sse ha trabajado en esta materia en Euskadi en las últimas décadas y lo que aún nos queda por avanzar. La violencia como comentábamos ayer es una consecuencia, la más grave y cruel, de la desigualdad. Convivimos con ella con una familiaridad pasmosa, tanto que ni somos conscientes de lo que significan muchas imágenes que vemos cada día. Como muestra vale un botón.

 Mirad este video y estas fotografías que aparecen en una de tantas noticias que la prensa dedicó a la cumbre que mantuvo el Presidente Zapatero con grandes empresarios el pasado 27 de noviembre. Las mujeres somos al menos la mitad de la población, estudiamos y las estadísticas acreditan obtenemos mejores resultados académicos que los hombres y se ha demostrado que aportamos competitividad a las organizaciones en las que desempeñamos puestos de responsabilidad. Por eso resulta inexplicable la escasísima presencia femenina en lo que los medios han dado en llamar cúpula empresarial española. Os animo a que hagáis cualquier día el ejercicio que aparece en el vídeo de una noticia que publiqué en este mismo blog hace unos meses. Seguro que obtenéis un resultado muy parecido.

Las cosas comenzarán a mejorar cuando esto no ocurra, cuando nos resulte inconcebible el lenguaje soez y dominador que caracteriza los anuncios de prostitución que aparecen en la prensa o cuando ninguna madre se escandalice por ver a su hija leyendo el periódico en el sofá mientras su pareja plancha una camisa.  

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