LA PUBLICIDAD, EN EL CENTRO DEL DEBATE

Estos días andamos en el Parlamento Europeo trabajando en una propuesta de resolución para prevenir la publicidad engañosa. La iniciativa merece mucho la pena porque trata de poner coto a algunas prácticas que empiezan a ser muy preocupantes. Por una parte aboga por unas prácticas más limpias en la publicidad con la que se financian los medios tradicionales. Por otro lado, y esa me parece una aportación fundamental, trata de prevenir algunos efectos perniciosos que tiene la publicidad en Internet. En este soporte hay, desde luego, una casuística nueva y compleja a la que conviene asomarse para salvar cuestiones talas como el derecho a la intimidad o la privacidad. Tenéis información sobre esta iniciativa pulsando aquí.  

A mi me ha parecido bien añadir a esta propuesta un apunte sobre los estereotipos y el uso sexista de las mujeres en todo tipo de soportes publicitarios. He querido además ser coherente con la promoción de la igualdad tratando de evitar el uso sexista del lenguaje y promoviendo la imagen de la mujer y erradicar cualquier mensaje que favorezca conductas violentas o degradantes contra las mujeres. Por eso he preparado unas enmiendas que avanzan en la dirección de la propuesta que hice para que se regule la publicidad de prostitución en los medios. También he querido plasmar de alguna manera una inquietud por la desigualdad que enfrentamos las mujeres en el trato que normalmente nos ofrecen los medios de comunicación.

En todo caso quiero que sepáis que, por lo demás, estamos muy de acuerdo con esta propuesta, porque es de esas cuestiones que va a mejorar nuestra vida en un asunto que a todos nos afecta: el de las pequeñas historias que se cuelan en nuestra casa cada día para vendernos la excelencia de no se qué producto. Es uno de esos temas que demuestra lo importante que es la regulación que se produce en las instituciones europeas y lo mucho que nos afecta en asuntos diarios. Por eso cuando os digan que Europa está lejos de los ciudadanos recordad que sus instituciones legislan todos los días en asuntos que tienen una incidencia directa en nuestro día a día.

Y que decir de la necesidad que hay de poner un poco de orden en la publicidad en Internet. No se si os habéis enfrentado, por ejemplo, a uno de esos anuncios que se te abren en la pantalla cuando estas navegando por determinadas webs, generalmente las de medios de comunicación. De repente se te abre un mensaje que te informa que has sido elegida para participar en el sorteo de un viaje, un coche, un lote de productos alimenticios, o de cosmética, etc. Si se te ocurre abrirlo lo primero que hace aquella cosa es pedirte datos: mail, teléfono, nombre, edad, etc. Y lo hace de manera a veces tan sibilina que mucha gente, casi sin darse cuenta, entra en el juego.

Imaginaos que habéis sido elegidas o elegidos para participar en el sorteo de un coche. Cuando entráis al anuncio pueden proponeros que elijáis el modelo y hasta que lo tuneéis a vuestro gusto eligiendo el color, los asientos, los accesorios, etc. Esto ofrece un montón de datos al anunciante que acaba solicitando, como poco el nombre y mail del que participa. Cuando vas a dar otro paso decisivo, por ejemplo saber cómo se va a sortear o apuntarte definitivamente como aspirante al premio, empiezan a abrirse nuevos anuncios, todos ellos relacionados con el coche: gafas de solo, hoteles, accesorios para el automóvil, combustible… y si has dado el mail una vez…a los pocos días comienzan a aparecer ofertas de todo tipo en tu correo electrónico. El destinatario suele ser «Departamento de premios» o algo parecido y cada mensaje abre una nueva cadena de anunciantes que se enganchan al mismo mail…y así sucesivamente.

Por eso me parece bien que tengas la opción de borrarte automáticamente de esas listas si compruebas que lo que recibes no te interesa y de proteger tu intimidad ante el uso que puede hacerse de los datos que tienen de ti ese tipo de compañías. Veremos qué da de si este proceso que no acaba sino de abrirse con el debate de esta propuesta de resolución.

Tags: ESTEREOTIPOS, lenguaje sexista, publicidad

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