TECNOLOGIA E INNOVACION EN EL BEC

Hoy he compartido inquietudes con los fabricantes de máquina herramienta que participan en la bienal del sector que cierra mañana sus puertas en el Bilbao Exhibition Center. Tuve ocasión de saludar en Bruselas a los responsables de la asociación que los agrupa y hoy he comprobado sobre el terreno que tenemos razones para estar orgullosos de lo que estos emprendedores hacen por nuestra sociedad. En la entrada me encuentro con la plana mayor de AFM y el secretario general  de Confebask, Pepe Zubía que me ofrece un rápido análisis de situación.

Ya veis. Estas empresas navegan en los últimos tiempos en medio de una tempestad que no ha conseguido desarbolarles. Es lógico, porque estos profesionales trabajan al filo de lo imposible. Contestan a preguntas “más dificiles todavía” con mucho más que palabras o intuiciones. Todos los coches lustrosos, silenciosos, casi perfectos que vemos por la calle, los productos acabados que nos hacen la vida tan cómoda deberían tener créditos, como en las películas. Allí deberían figurar los nombres de las personas que consiguen resolver los miles de problemas que hay que superar para convertir una idea, un diseño industrial en un producto de consumo. Muchos de ellos los resuelven los fabricantes de máquina herramienta. Fijaros por ejemplo lo que cuenta este profesional. Pensad en cajas y cajas llenas de residuos metálicos que ocupan mucho espacio, pesan poco, son difíciles de reciclar. Esta empresa fabrica máquinas que compactan esos residuos:

Esta feria esta llena de gente acostumbrada a responder a “¿cómo consigo fabricar rápido y barato ese engranaje excéntrico que trabajará bajo el agua y a 90 grados, que tiene que ajustar al milímetro en tres ejes de distintos diámetros y que…? Contestan a esas peticiones con sofisticados robots capaces de convertir una chapa, un bloque de metal, una madera, plástico, cristal…en casi cualquier cosa. Máquinas construidas a base de tecnología y conocimiento. Ingenios capaces de perforar, corta, pulir, fresar, moldear, troquelar, trefilar, doblar…de producir obras exactas, materia de precisión nacida para cumplir. Porque a cada pieza que fabrican con estas máquinas se le exige que encaje, que dure, que resista, que soporte tracciones, que transmita movimiento, amortigüe fuerzas, selle, ventile, refrigere, sostenga, amortigüe, engrane, canalice…

Por eso estos empresarios están acostumbrados a responder a retos difíciles. Por eso en plena crisis han conseguido reunir a 475 empresas que presentan 1075 marcas diferentes a los más de 45.000 visitantes registrados. De entre ellos hay 350 empresas extranjeras con importantes programas de compra. Las y los vascos aportamos el 75% del sector en el estado. El 80% de la producción se exporta y se invierte el 6% de la facturación en I +D. Gracias a ese esfuerzo disponemos de tecnologías y experiencia que compite con éxito en el complejo mercado global con el que convivimos. Y todos los clientes buscan aquí precisamente ese conocimiento, ese saber hacer. La ventaja competitiva de las personas que forman este sector.

Eso estaba desplegado hoy en el BEC. Estas empresas venden conocimiento y tecnología, precisión, rigor. Y esos son productos limpios, aseados. Nada tiene que ver con el olor a grasa, la suciedad que pensamos que hay en muchos talleres que gracias a la máquina herramienta y a otras forma de gestión se van progresivamente transformando en escenarios más cómodos, menos ruidosos y más necesitados de mano de obra más cualificada. De esa que es tan difícil de encontrar. Por eso hay que conservarla a toda costa. Por eso el empleo en este sector ha resistido mejor que en otros.

Por eso cambia también la forma de vender estas máquinas. Aquí os dejo un vídeo de una de las que he visto. Esta, limpiamente convertía chapas en miles e piezas con la elegancia que tienen siempre los movimientos precisos. Combina esa eficacia mecánica con un diseño que cambiará radicalmente el aspecto del taller que acabe utilizándola.

Koldo Arandia, que además de presidente de AFM trabaja en el sector acaba de terminar en su empresa un cambio de imagen corporativa centrado en transmitir, a golpe de vista, estos valores. La precisión que vende, la potencia bajo control que caracteriza los sofisticados robots que fabrica se asoman al cliente desde unos pulidos escaparates circulares que anuncian la solución definitiva. Diría que una respuesta redonda. Y punto. Y además engalanada con el color morado de la igualdad en un sector tradicionalmente masculino que va descubriendo los activos que le pueden aportar las mujeres.

En definitiva una visita estimulante. De esas que me animan a felicitar a tantas personas por tanto esfuerzo. De las que te hacen sentirte orgullosa de ser conciudadana de una gente así. Y de aspirar a representar adecuadamente estos valores en Europa, un continente que necesita desesperadamente volver a creer en esta forma de hacer si no quiere ser fagocitada por regiones emergentes que avanzan a toda máquina. Lo importante es que sigamos vendiéndoselas nosotras y nosotros.

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