PESCA RESPONSABLE. INSTITUCIONES…?

Los estudios científicos sobre el estado del stock de anchoa en el Cantábrico, que se han conocido esta semana, permiten pronosticar que los barcos y la industria transformadora que viven de esta pesquería podrán volver a pescar la próxima temporada. Los datos certifican que la especie se va recuperando tras cinco años de veda. La reapertura de la pesquería  se ha caracterizado por un comportamiento ejemplar de los arrantzales que han sabido autorregular su capacidad de pesca. Esta táctica ha permitido mejorar los precios en lonja pero además ha transmitido un mensaje muy claro a las autoridades comunitarias: en el Cantábrico se practica la pesca responsable.

 

Pero aquí terminan las buenas noticias. Lamentablemente la próxima campaña se abre con otra incertidumbre. La incomprensible actitud de la Comisión Europea primero y del Consejo después, a petición e los gobiernos de España y Francia va a determinar que el Plan de Gestión a largo plazo para esta pesquería no este aprobado al menos hasta fin de año. A día de hoy no sabemos cómo se va a calcular la cuota de capturas de anchoa para la próxima temporada.

 

Hasta ahora, mientras se ha podido pescar, la asignación de cuotas se realizaba de un modo completamente opaco. La cuota de la anchoa entraba en un paquete global de negociación. Nunca supimos con qué criterios se decidía, qué cromos se cambiaban y a cambio de qué podíamos pescar más o menos. Lo que si sabemos es que este procedimiento, que lo último que ponderaba era el estado de la especie en el mar, estuvimos a punto de acabar con la anchoa en el Cantábrico.

 

El Plan de gestión que estuvimos apunto de aprobar en el primer trimestre de este año cambiaba radicamente el panorama. Una fórmula matemática, pactada con el sector permitía hacer un cálculo objetivo de la cantidad de anchoa que podía pescarse ponderando la biomasa de pescado existente en el mar, su capacidad de reproducción el nivel mínimo de ejemplares que debían quedar en el mar para garantizar la supervivencia de la especie. Además en el plan se establecía un principio muy importante para nuestra flota, que garantizaba que los barcos del Cantábrico peninsular iban a tener un porcentaje fijo de la cuota de pesca frente a la flota continental, a la flota francesa. Eso se bautizó en el plan como principio de estabilidad relativa y acababa con otra de las grandes incertidumbres que afectaba cada temporada a nuestros barcos. En las negociaciones políticas a que me he referido, además de fijarse la cuota de pesca se repartía también con criterios desconocidos, entre ambas flotas. Y lo normal es que el sector peninsular saliese peor parado que el continental.

 

Por eso ayer me pareció chocante que la consejera de agricultura instase a las instituciones europeas a aprobar cuanto antes el plan de gestión de la pesquería de la anchoa. Nosotros, desde la comisión de pesca del parlamento europeo teníamos hechos los deberes en el mes de diciembre. Me tocó coordinar el informe que realizó el parlamento sobre este plan. Invité al sector a la comisión de pesca y en diciembre teníamos aprobado un acuerdo entre grupos parlamentarios  y sector. El parlamento entonces solo era a estos efectos un órgano consultivo.

 

Ese mismo mes entró en   vigor el tratado de Lisboa que otorga al parlamento poder real en materia de pesca. A partir de entonces consejo comisión y legislativo codeciden. Deben llegar a un acuerdo. Yo pensé, ingenuamente, que eso reforzaría el valor del acuerdo que habíamos alcanzado, pero ocurrió lo contrario. Primero la comisión y hace nada más dos semanas el consejo, a instancias de España y Francia han convertido el documento que conseguimos aprobar en el Parlamento en papel mojado. Parece que no quieren perder la facultad que tenían de fijar las cuotas a su libre albedrío y se escudan en que hace falta adaptar el plan al tratado de Lisboa. Por eso cuandom ayer le oí a la consejera del Gobierno vasco referirse a este plan, pensé que estaba haciendo un brindis al sol. Podría perfectamente haber pedido a Zapatero, presidente de turno este semestre del consejo, que apoyase el acuerdo al que habíamos llegado. O no se ha enterado de lo que ha ocurrido, lo cual sería muy grave, o peor aún lo sabe y esta tratando de evadir la parte de responsabilidad que le corresponde a su partido en este fiasco.

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