UNA LECCION DE VALORES
Este fin de semana ha venido marcado por el acto del XXX aniversario del parlamento, que ya comentamos en otra entrada El domingo también, estuve en Ibarrangelua, en el homenaje a los últimos supervivientes de la marina de Euskadi. Gracias desde aquí a Alberto Astuy y Eduardo Araujo por las fotografías que hicieron durante el homenaje y que son las que ilustran esta crónica.
Este fue un acto emotivo, entrañable y didáctico. Cada vez que hablas con personas que vivieron la guerra y sus secuelas, la dictadura, etc., tienes la oportunidad de medir la categoría moral de aquella generación. Educaron a sus hijos en la memoria, pero también en el no odio, que es algo muy diferente a la resignación. Una de las asignaturas que tenemos pendientes en el país es precisamente la de recuperar esos testimonios y poner en valor el comportamiento de las víctimas de Franco. En este asunto, como en el de ETA, hace falta también verdad y justicia. Respeto a la historia y coherencia. No hay porqué asustarse cuando se escucha el Eusko Gudariak, porque esa canción pertenece a aquel momento, a aquellas personas, por mucho que algunos ahora hayan intentado apropiársela y la ensucien muchas veces cuando la entonan.
Resulta muy preocupante lo que esta pasando en torno a este tema. Quizá al revisionismo histórico que puso de moda Aznar, el que casi resucita que Gernika fue bombardeada por los gudaris, aplauda lo que está pasando con Garzón. Un asunto que es el hazmereir de Europa, por cierto. Quizá también prefieran que no se busquen más cadáveres no fosas comunes. Quizá no quieran escuchar los horrores de aquel trienio negro y las barbaridades de una dictadura que no está tan lejos en el tiempo. Y que ha dejado muy visibles huellas en el imaginario colectivo y la educación de un par de generaciones en España. Porque Franco si intervenía en la escuela, fabricaba libros de texto ad hoc y depuraba profesores díscolos. Pretendía convertir las aulas en la cantera del régimen. Y allí no menudeaban valores como la pluralidad, el respeto a las ideas de los otros, la promoción de la no violencia, etc.
Quizá a los revisionistas, y a los «pensadores» que hablan permanentemente de que el nacionalismo vasco es una idea potencialmente peligrosa (porque el patriotismo español, en cambio, para ellos es una gozada) les venga bien olvidar, por ejemplo que E.T.A. nació en pleno franquismo como reacción violenta contra los desmanes del dictador. A todos ellos, un consejo: Que hablen con personas como Juan Pardo o Juan de Dios Telletxea homenajeados el domingo en Ibarrangelu y se empapen profundamente de los valores de paz que transmiten.
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Te lo voy a decir porque la nueva presidenta del Parlamento no te llega ni a la suela de los zapatos. Lo siento. No te imaginó diciendo las barbaridades que dice ella.
Saludos.