REAL COMO LA VIDA MISMA
Acabo la semana con ánimo, después de sufrir uno de esos percances que te recuerdan lo que dependemos de algunas máquinas y te animan a hacer más caso a esos consejos de seguridad que pueden evitarte un buen disgusto.
Ya visteis que ayer el día empezó muy bien. Estuve en Seafood recogiendo inquietudes de la gente del sector en torno a uno de los debates que esta en estos momentos en el candelero en la comisión de pesca: la comercialización. Recorrimos un montón de stands, hicimos muchos contactos y fue muy gratificante el trato que recibimos. Además volvimos con montones de ideas para seguir trabajando.
Por la tarde dediqué más de cinco horas a un viejo conocido de todas y todos vosotros: el informe sobre corredores ferroviarios que coordina el parlamentario rumano Ian Marinescu. La próxima semana tenemos las votaciones y se van a tomar decisiones críticas. Es un asunto importante pero enrevesado, pero en general terminé satisfecha de lo que hemos conseguido colocar en este informe. Por eso cuando salía del parlamento iba contenta.
Era tarde pero hacía un día extraordinario. Casi 20 grados. Me animé a sentarme en una terraza y dejé el bolso colgado del respaldo de la silla. Entre la acera por la que circulaba la gente y la mesa en la que estaba yo había aún otra fila de mesas y sillas por lo que estaba perfectamente aislada de las personas que andaban por la calle. Detrás de mí cenaba una pareja.
Aunque hacía calor, durante la tarde el cielo se fue cargando y sobre las 22,15 comenzó a levantarse el típico viento que anuncia que las nubes que se estaban formando van a descargar. No era desagradable, pero tengo la garganta bastante frágil. Por eso decidí ponerme un pañuelo en el cuello. Lo cogí del bolso. Un minuto más tarde quise sacar un pañuelo de papel y el bolso ya no estaba. Los que cenaban detrás mío se habían marchado a toda velocidad y sospecho que con mi bolso.
Dentro estaban las llaves de mi casa de Bruselas, las de Bilbao…el teléfono móvil, la cartera en la que, por pura casualidad, llevaba bastante dinero, las tarjetas de crédito, las acreditaciones de parlamentaria, la documentación, en fin…me liaron la de San Quintín. A las 11,15 de la noche estaba realmente tirada y muy, pero que muy enfadada. Me parecía increíble que hubiesen podido llevarse un bolso enorme delante de mis narices. Perder el contenido era malo, pero el continente también significaba mucho para mí. Me robaron un bolso que me regalaron los y las compañeras del grupo parlamentario de Vitoria.
Estuve en la policía como media hora hasta que obtuve el boletín de denuncia necesario para empezar a hacer otras gestiones. Anulé tarjetas y di por perdido un móvil con más de 500 números. Por eso este fin de semana no contesto llamadas ni mensajes. Al que llama le sale «esta apagado o fuera de cobertura» pero en realidad está en paradero desconocido.
Ahora casi 24 horas después me quedo con lo positivo. Al menos no me atracaron, fue un hurto. Y afortunadamente y gracias a la colaboración de mucha gente casi vuelvo a la normalidad. Como no quiero dejarme a nadie de los muchos y muchas que hoy realmente han echado el resto para ayudarme a solucionar este problema, sirvan estas líneas para agradecerles de verdad lo que han hecho ayer por la noche y durante todo el día de hoy. Eskerrik asko, bene-benetan. Y un consejo: andad al loro, porque por algo a los cacos que practican este tipo de hurto les llaman «descuideros».
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Comentarios (8)
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- La última eurodiputada víctima de robo « eurotribune.eu | 4 mayo 2010
Izaskun, menos mal que eres positiva, aunque me imagino que de entrada el cabreo y frustración serian de un calibre elegante. Pero tampoco entiendo lo de ´´descuideros´´ lo menos parece que les has incitado a la pareja a que te levanten el bolso….si todavia parece que la culpa es tuya, descuideros????? mangantes y punto. Tu estas bien y la gente te ha ayudado es lo que vale,lo demas se puede reponer. Tendre encuenta tu consejo.
Musus Izaskun
Me he quedado con la duda porque no sé si ha sido en Bruselas o aquí. Si ha sido en Bruselas no te ha pasado nada que no les haya pasado a otros parlamentarios puesto que, hace meses, leí que, en los alrededores del Parlamento, había amigos de lo ajeno y que eran muchos los diputados que habían renunciado hurtos delante de sus narices. Si ha sido aquí me calló.
Saludos.
Robos en Bruselas, nada nuevo. Por aquí eso pasa continuamente, basta sacar el tema y resulta que a todo el mundo le han robado el bolso, el móvil, la cartera, el coche, o le han entrado en casa. Bruselas es un sitio peligroso para las pertenencias, e Izaskun no es la primera. Y lo peor es que cada vez es más peligrosa para la integridad física también…
Eutsi goiari!
Hola Izaskun:
Siento mucho lo que te ha pasado…la verdad que parece difícil robar un bolso como el que llevabas, que mas parecía una trolley sin ruedas. Siempre me pregunté la cantidad de cosas que podías llevar ahí dentro, el chorizo todavía las estará sacando.
Aparte del lógico cabreo que tendrás y que veo se te va pasando, a mí me disgusta no tener ya tu teléfono, o sea que cuando tengas el nuevo, ya sabes, me lo pasas. Me gusta saber que aunque no te llame, está ahí al otro lado de un teléfono. Muxux y ánimo
Aupa Izaskun.
Vaya faena! Lo peor es la sensación de impotencia y desamparo iniciales, pero este tipo de robos es de lo más común y como dices hay que ver lo positivo, ya que un atraco es mucho más duro e impactante.
Ánimo, poco a poco ya irás renovando tarjetas, documentación y los teléfonos perdidos, lo más importante es que tú estés bien.
Muxu haundi bat
Ánimo Izaskun!
Eta jarraitu gogor Bruselasen, orain arte egin dozun lez!